Revolución agrícola en Patagonia: hortalizas de alto rendimiento en Río Negro

Por Agroempresario.com

La región norte de Río Negro está viviendo una revolución agrícola impulsada por la implementación de un sistema de riego gravitacional por bombeo. Este innovador método, que combina técnicas tradicionales con avances tecnológicos, está permitiendo la expansión de la frontera agrícola en la Patagonia, una zona que hasta ahora se consideraba predominantemente árida.

Según explicó Lucio Reinoso, ingeniero agrónomo e investigador de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN), el sistema de riego optimiza el uso del agua del río Negro, un recurso natural que fluye a lo largo de 650 kilómetros, desde la cordillera de los Andes hasta el Atlántico. Este sistema no solo mejora el rendimiento de los cultivos, sino que también refuerza la sostenibilidad de la producción agrícola mediante la rotación de cultivos.

“En unas semanas comenzaremos con la cosecha de zanahoria, y hacia fin de mes, la cebolla”, comentó Reinoso. La cebolla es uno de los cultivos más destacados de la región, con más del 50% de la producción destinada a la exportación, principalmente a Brasil. La estrategia de rotación de cultivos, que incluye zanahoria, zapallo, maíz y cebolla, permite mantener la fertilidad del suelo, lo que asegura la producción constante y minimiza los impactos negativos en el medio ambiente.

Río Negro se está consolidando como un nuevo polo agrícola en el sur de Argentina. Gracias a las excepcionales condiciones climáticas de la región, que incluyen un clima árido o semiárido y alta luminosidad, los rendimientos agrícolas son sorprendentes. En los ensayos realizados, se han registrado hasta 10 toneladas de trigo por hectárea, 20 toneladas de maíz y 120 toneladas de cebollas. Estos resultados son posibles gracias al eficiente uso de la energía de la fotosíntesis, que maximiza la producción de los cultivos.

Actualmente, las áreas bajo riego en Río Negro generan alrededor de US$ 300 millones anuales, pero el potencial de la región es mucho mayor. Con la posibilidad de ampliar el área de cultivo a 400.000 hectáreas, en comparación con las 200.000 hectáreas actuales, la producción agrícola de la región podría duplicar sus cifras. Este crecimiento no sería posible sin la colaboración entre los sectores público y privado, destacó Reinoso.

La provincia de Río Negro tiene más de un siglo de experiencia en riego, especialmente en la producción de peras y manzanas. Sin embargo, en la actualidad se está avanzando en nuevas formas de gestión hídrica, en colaboración con instituciones como INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) y Aapresid (Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa). Esta articulación es clave para el éxito de los proyectos en curso.

Una de las claves para lograr una producción agrícola sustentable en la región es la rotación de cultivos. Esta estrategia no solo optimiza el uso del suelo, sino que también ayuda a reducir los riesgos asociados a las variaciones climáticas. El maíz de alto rendimiento, que llega a tener hasta 100.000 plantas por hectárea, es uno de los cultivos que lidera los ensayos en la región. Otros cultivos que acompañan esta estrategia son alfalfa, cebada y cebolla.

Reinoso explicó que están ajustando las necesidades hídricas de cada cultivo para maximizar la producción de manera eficiente. Además, destacó la importancia de la investigación y la innovación como pilares del desarrollo agrícola sostenible en la Patagonia. “La cebolla es la protagonista en esta nueva etapa, y luego vendrán cultivos de cereales de invierno para rotar y finalizar con alfalfa”, anticipó.

Además de las técnicas de riego avanzadas, en la región se está utilizando una solución ingeniosa para optimizar los recursos y reducir costos: compuertas adaptadas con silos bolsa reciclados. Esta estrategia contribuye a la eficiencia de los recursos hídricos y permite maximizar la producción a menores costos.