El girasol sorprendió con un gran avance en la zona núcleo

La chicharrita en el maíz y las nuevas condiciones del mercado impulsaron la siembra del cultivo en la región

El girasol sorprendió con un gran avance en la zona núcleo
martes 04 de febrero de 2025

Por Agroempresario.com

La siembra de girasol registró un crecimiento notable en la zona núcleo de Argentina, una región que históricamente no se destacaba por la presencia de este cultivo. De acuerdo con la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, el aumento en la superficie sembrada estuvo impulsado por varios factores, entre ellos, el impacto de la chicharrita en el maíz durante la última campaña y un contexto de precios más favorable, sumado a la reducción de las retenciones. En la campaña 2024/2025, la superficie implantada a nivel nacional alcanzó los 2 millones de hectáreas, superando los 1.850.000 de la campaña anterior.

Según el informe de la entidad, la expansión del girasol se observó en varias regiones productivas, pero fue en la zona núcleo donde se registró el crecimiento más destacado. Sin embargo, el comportamiento climático presentó variaciones: mientras que en el norte del país la falta de humedad afectó la siembra, en la zona núcleo las condiciones fueron más favorables.

“La escasez de humedad en el norte del país durante julio y agosto complicó la siembra y redujo el área implantada. No obstante, los lotes sembrados presentan buenas condiciones”, señaló Cecilia Conde, jefa de estimaciones agrícolas de la Bolsa de Cereales.

Si bien se registraron ciertos retrasos en la cosecha, los primeros rendimientos en el norte fueron calificados como “muy buenos”. En cuanto al estado del cultivo en pie, hasta la última semana, el 85% de los lotes presentaban una condición de normal a excelente, y un 40% de la superficie total se encontraba en plena floración, con un 80% de los lotes en estado bueno a normal.

girasol

El potencial del girasol en la zona núcleo

Jorge Ingaramo, asesor económico de la Asociación Argentina de Girasol (Asagir), destacó que la zona núcleo no tiene tradición girasolera, por lo que todavía existe un desconocimiento sobre el manejo del cultivo. Sin embargo, en esta campaña se observó un cambio en las decisiones de los productores.

“La zona núcleo nunca fue girasolera. Existe un gran desconocimiento sobre su manejo. Por cuestiones de rentabilidad, históricamente no podía competir con otros cultivos como la soja y el maíz. Sin embargo, este año, con la reducción de los alquileres y un rendimiento potencial de entre 2500 y 3000 kilos por hectárea, el cultivo comenzó a volverse una alternativa viable”, explicó Ingaramo.

Braian Tourn, ingeniero agrónomo, coincidió en que el girasol aún enfrenta desafíos en esta región, pero destacó su buen nivel de adaptación: “El girasol presenta una ventaja clave frente al maíz: su ciclo más corto y su menor demanda hídrica, lo que le permite desarrollarse en ambientes con menor disponibilidad de agua sin comprometer demasiado el rendimiento”.

“Los primeros ensayos en la zona núcleo muestran que, con un buen manejo, los rindes pueden alcanzar entre 2500 y 3200 kilos por hectárea, lo que hace que el cultivo sea más competitivo de lo que muchos productores creen”, agregó.

Asimismo, Tourn resaltó la importancia de trabajar en el control de malezas y en la elección de híbridos adecuados para optimizar los rendimientos: “El manejo agronómico en la zona núcleo es diferente al de las regiones girasoleras tradicionales como el sudeste bonaerense. Es fundamental seleccionar híbridos con estabilidad en rendimiento y resistencia a enfermedades, especialmente en suelos de alta fertilidad como los de esta región”.

Girasol

Factores económicos y perspectivas del mercado

Uno de los factores clave en la expansión del girasol en la zona núcleo fue la reducción de los costos de arrendamiento en términos reales, lo que hizo que el cultivo se volviera más rentable. Además, la necesidad de los productores de diversificar los riesgos productivos, en un contexto donde el maíz quedó en parte relegado por el impacto de la chicharrita, favoreció la inclusión del girasol en las rotaciones.

“La industria argentina de procesamiento de girasol opera con una alta capacidad ociosa y podría aumentar su producción en un 40% sin inconvenientes industriales, aunque el costo argentino sigue siendo un factor a considerar”, explicó Ingaramo.

En el plano internacional, la escasez de girasol por conflictos geopolíticos y altos costos de flete ha favorecido las exportaciones argentinas. “La relación stock-consumo es baja y la demanda mantiene los precios elevados, con un FOB estable hasta octubre, lo que sugiere buenas perspectivas para las próximas campañas”, añadió el economista.

Desde el sector destacan que el girasol sigue siendo un cultivo con gran potencial de crecimiento en Argentina. Aunque su superficie sembrada ha fluctuado en las últimas décadas, las condiciones del mercado y los desafíos agronómicos de otros cultivos podrían impulsar su consolidación en nuevas regiones productivas.

Superficie sembrada

Precios y proyecciones para el girasol

En términos de precios, el girasol ha acompañado la tendencia de los aceites vegetales en el mercado internacional, lo que representa un incentivo adicional para su producción. Ingaramo subrayó la importancia de impulsar el cultivo en zonas donde pueda alcanzar su máximo rendimiento.

“La demanda internacional de aceite de girasol sigue firme, con valores que en algunos momentos superaron los 1000 dólares por tonelada FOB. Además, la industria local está trabajando con márgenes positivos, lo que favorece la comercialización interna. Si logramos estabilidad en el área sembrada y mejoras en los rendimientos, el girasol podría recuperar un rol más estratégico en la rotación agrícola del país”, explicó el asesor de Asagir.

Históricamente, Argentina ha producido entre 3 y 4 millones de toneladas de girasol, con exportaciones que rondan el 70% de la producción total. Sin embargo, si el área sigue expandiéndose en zonas como la núcleo, podrían superarse esos volúmenes en los próximos años.

“El girasol podría ganar más protagonismo si su precio fuera más competitivo, especialmente en la región del sudoeste bonaerense”, comentó Tourn. “Es un cultivo más barato de producir que el maíz, pero enfrenta el problema de un mercado con pocos compradores y una estructura de comercialización monopólica”.

Con un contexto internacional favorable y un cambio en las decisiones de siembra de los productores, el girasol se perfila como una opción cada vez más viable dentro del esquema productivo argentino. Si las condiciones se mantienen, el cultivo podría consolidarse en regiones donde históricamente no tenía presencia, generando nuevas oportunidades para el sector agrícola.



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