Soja: ROSARIO
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Por Agroempresario.com
En un contexto de marcada incertidumbre para el sector agroindustrial argentino, la voz de productores experimentados se vuelve clave para entender la situación real del campo. En diálogo con Agroperfiles Radio, el productor santiagueño Víctor Badel brindó un detallado panorama sobre la campaña de algodón en Santiago del Estero, remarcando los desafíos climáticos, los problemas de infraestructura y el incierto futuro de cultivos como la soja en el norte del país.
"La cosecha en Santiago del Estero está a full en este momento. Tuvimos tres meses de humedad, lluvia y cielo nublado, lo que aplastó gran parte de la cosecha. A pesar de eso, el algodón se encuentra en buen estado, gracias a una ventana breve de días soleados que levantó un poco los ánimos", contó Badel.
Según el productor, el algodón es un cultivo resistente, pero no invulnerable: "El algodón es noble, se banca todo tipo de adversidades. Sin embargo, en los últimos años ha sufrido muchos cambios". Las provincias vecinas como Chaco y Tucumán tampoco escaparon a esta realidad, marcadas por sequías y temperaturas extremas.
Badel relató casos extremos: "Vi un video de un productor que pasaba la grasera por un lote de algodón en excelente estado vegetativo pero sin producción. Me dijo: 'Me sale más barato grasearlo que esperar la cosecha'".
Con 41 años de experiencia en el cultivo algodonero, Badel aseguró que nunca había visto una situación semejante. Sin embargo, señaló que hay zonas con buenos rendimientos. "El año pasado, entre Bandera y Pinto se lograron hasta 4.000 kilos por hectárea. El norte de Santa Fe también creció mucho".
Sobre los rindes actuales, informó: "En zonas de riego como La Banda y Fernández se cosechó entre el 40% y el 50%, con buenos resultados. En el sur de Santiago y el norte de Santa Fe, como Posadas y Villa Minetti, la cosecha va por el 20%".
Para Badel, la mejora en la productividad depende también de la calidad de las semillas. "Se trabajó con semillas con poder germinativo del 40 al 45%. Con buena semilla y lluvias en enero, el algodón es incomparable en nuestra región".
Por eso, está apostando a las semillas fiscalizadas, fundamentales para mejorar trazabilidad y rendimiento. También remarcó la importancia de la rotación de cultivos. "Es fundamental. Pero si hablamos de maíz, no podemos dejar de mencionar a la famosa chicharrita, que este año desapareció misteriosamente".
Badel señaló que el nuevo contexto económico también impacta en la actividad agropecuaria: "Hoy vivimos situaciones impensadas: el dólar oficial más caro que el blue. Las herramientas en dólares valen hasta tres veces más en Argentina que afuera. La tasa del 40% en dólares no existe en ningún país del mundo".
Sobre el precio de la fibra, detalló: "El mercado internacional ronda los 60 o 65 centavos en Nueva York. En el mercado local, se está vendiendo entre 1.600 y 1.650 pesos por kilo. Greiffus compró a 1.531 pesos, contado. La brecha se achica".
"Muchas fábricas importan cien remeras y fabrican diez. Eso perjudica mucho la actividad. El futuro pasa por exportar. Hoy, los costos operativos del algodón son el doble. Antes con 1.000 kilos alcanzaba, ahora se necesitan 2.000", remarcó.
El productor también describió el dilema de los alquileres: "Dejás un campo y hay cinco personas esperando para tomarlo. Nada se entiende. Es un momento difícil para todos".
Respecto a la soja, Badel fue categórico: "No cierra nunca. Los alquileres entre cinco y siete quintales no se cubren con los precios actuales del grano. Es preocupante la falta de rentabilidad".
A esto se suman otros costos. Recientemente se cerró un acuerdo paritario con personal de desmotadoras. Los pedidos iniciales rondaban los 4 o 5 millones de pesos mensuales por planta. "Eso hubiera sido letal para el cultivo del algodón".
Badel también remarcó que los costos logísticos aumentaron su peso dentro de la estructura general: "Antes, el transporte no llegaba al 10% del costo total. Hoy representa mucho más".
Y volvió sobre un reclamo histórico: "La falta de infraestructura vial en el norte argentino es un drama. Las rutas están destruidas. La 95, el tramo entre La Banda y Ceres... es un atentado contra la vida humana".
"Todos los gobiernos prometieron autopistas. Pero salvo Buenos Aires-Rosario o Rosario-Córdoba, el resto está abandonado. Hay obras en Santiago y Tucumán, pero no sabemos si avanzan o quedarán en anuncios".
"Tengo hijos, nietos, amigos... y no veo un futuro claro. No sé por qué pasa esto, pero ojalá cambie pronto. No se puede hablar de una Argentina productiva si seguimos ignorando los problemas estructurales. Las rutas en condiciones son clave para el desarrollo del país", concluyó Víctor Badel.
