Por Agroempresario.com
El déficit de la balanza turística de Argentina se aceleró considerablemente en 2024, alcanzando la cifra récord de USD 5.688 millones, lo que reflejó un claro impacto de la apreciación cambiaria. Mientras que para los extranjeros resulta ahora más caro gastar en el país, para los argentinos, viajar y comprar en el exterior se ha vuelto más barato, lo que se traduce en un aumento significativo en los egresos turísticos. Este fenómeno ha generado un mayor déficit en el mercado de divisas, aunque el impacto sobre las reservas internacionales fue algo mitigado por el uso de dólares propios por parte de los viajeros.
El déficit de la balanza turística representa una porción importante del déficit total de servicios del país, que en 2024 alcanzó los USD 4.875 millones, lo que implicó un aumento del 37% respecto al año anterior. Sin embargo, la buena noticia es que el impacto sobre las reservas internacionales fue algo menor de lo esperado. Según el Banco Central de la República Argentina (BCRA), alrededor del 60% de los egresos por viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta de crédito fueron cancelados con fondos propios de los clientes, lo que ayudó a reducir el impacto deficitario en el mercado de cambios.
Este comportamiento refleja una tendencia creciente entre los argentinos de usar sus ahorros en dólares para pagar sus gastos en el exterior, en lugar de recurrir a la compra de divisas a tipo de cambio oficial o paralelo. A pesar de esta tendencia, aún queda un 40% de los pagos que se realizaron a un tipo de cambio superior a los $1.600, lo que representa un 45% más caro que el tipo de cambio de mercado.
El fenómeno del “dólar tarjeta” ha sido clave en este proceso. Este tipo de cambio encarecido para los pagos en pesos por gastos internacionales ha impulsado a más personas a cancelar sus obligaciones con dólares propios, ya que de esta forma pueden evitar las altas tasas de interés y la diferencia cambiaria que representa pagar con pesos. Aunque la eliminación del impuesto PAIS desde este año ha abaratado parcialmente el pago de los resúmenes de las tarjetas, sigue siendo más conveniente utilizar divisas propias para abonar los consumos en el exterior.
Este comportamiento se ha reflejado en el aumento del saldo negativo en la cuenta de viajes, especialmente durante el mes de enero de 2024. Si bien aún no existen cifras oficiales, se estima que el saldo negativo en enero superó los USD 900 millones, un incremento significativo respecto a los USD 567 millones de diciembre. Este aumento se debe en parte a las compras de argentinos en el exterior durante la temporada alta de vacaciones y a la alta demanda de viajes internacionales.
Además del déficit turístico, otro factor que ha impactado negativamente las reservas internacionales ha sido el aumento de las importaciones. En diciembre de 2024, por primera vez desde mediados de 2023, se registró un saldo negativo tanto en la cuenta corriente como en la cuenta capital, lo que refleja que el país está pagando importaciones por encima de las compras mensuales. Este fenómeno fue particularmente notable en la industria automotriz, que experimentó un aumento en sus importaciones debido a la demanda interna.
El Gobierno argentino también ha recurrido a la venta de reservas internacionales para equilibrar el mercado cambiario, utilizando aproximadamente USD 1.000 millones, especialmente a partir de julio de 2024. A pesar de esta intervención, el déficit en la balanza cambiaria sigue siendo una preocupación, y la principal incógnita gira en torno a si se mantendrá el esquema del “dólar blend”, utilizado por el Gobierno para permitir que los exportadores liquiden una parte de sus divisas en el mercado financiero.
Una de las grandes incógnitas de 2024 es si el Gobierno continuará con el “dólar blend” en su negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), ya que el esquema ha sido criticado por su impacto en las reservas internacionales. En el último reporte del FMI, se mencionó la necesidad de abandonar este esquema, pero el equipo económico de Argentina optó por mantenerlo. Esta medida, aunque útil para los exportadores, también implica un costo para las reservas del Banco Central, lo que podría complicar la negociación con el FMI.
En este contexto, las autoridades argentinas también deberán negociar con el Fondo sobre el poder de intervención del BCRA en el mercado cambiario, especialmente si se consideran nuevos desembolsos del organismo internacional. Se estima que podrían llegar hasta USD 10.000 millones, lo que representa una importante herramienta para la gestión de las reservas del país.