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Mito: El vino que une a un trabajador del petróleo y la tierra patagónica

Un pequeño productor divide su vida entre la actividad en el petróleo y la elaboración de vino. Mito, Nectar de Dioses tiene 4000 botellas en su primera partida

Mito: El vino que une a un trabajador del petróleo y la tierra patagónica
martes 04 de febrero de 2025

El relato de Matías Ruíz, un trabajador del petróleo y pequeño productor de vino, está profundamente arraigado en la historia y las tradiciones de Cinco Saltos, Río Negro. Su proyecto propio llamado "Mito, Nectar de Dioses "no solo representa un homenaje a las leyendas locales, sino también un testimonio de resiliencia, pasión y una búsqueda constante de calidad.

El inicio de un romance con el vino

Matías creció rodeado de viñedos y chacras, en una época en la que la vitivinicultura era el eje económico del Alto Valle. “Mis padres eran empleados rurales y nací en una chacra en Cinco Saltos, donde funcionaba una bodega. Mis recuerdos de la infancia son de jugar en esa bodega abandonada”, recuerda. Aquellos momentos dejaron una huella imborrable que, sin que él lo supiera, serían el preludio de su carrera.

Después de terminar el secundario como técnico químico, Matías ingresó al mundo de la vitivinicultura en San Patricio del Chañar, en 2005. Comenzó en el laboratorio de Bodega Familia Schroeder y luego se trasladó a Malma, donde escaló posiciones hasta convertirse en jefe de producción. Mientras trabajaba, también estudiaba vitivinicultura en Cinco Saltos, consolidando así su pasión por el oficio.

El nacimiento de Mito

En 2010, durante una negociación salarial en Malma, surgió la posibilidad de elaborar una barrica propia. Matías vio en esta oportunidad la chance de crear un vino que representara sus raíces y su historia. “No podía obviar la mitología y la brujería que rodean a Cinco Saltos. Así nació Mito, Néctar de Dioses, un nombre que combina la connotación local con la magia del vino”, explica.

La etiqueta también tiene una fuerte carga simbólica. El monje jesuita que la ilustra hace referencia tanto a las leyendas locales, que hablan de figuras oscuras y encapuchadas, como a la influencia histórica de los jesuitas en la Patagonia. “Visitando el museo de Cinco Saltos, vi bocetos de monjes con aborígenes que seguían sus peregrinaciones. Esa imagen me marcó y quise plasmarla en Mito”, dice.

El primer lote de Mito se elaboró con uvas de la zona y se comercializa en el restaurante San Francisco que sus padres tienen en Añelo. “El vino siempre fue el vino de la casa”, comenta con orgullo.

Mito: El vino que une a un trabajador del petróleo y la tierra patagónica

La transición al petróleo

En 2017, una reestructuración en las bodegas del Chañar llevó a Matías a buscar nuevos horizontes. La absorción de Malma por parte del grupo Fin del Mundo desmanteló su equipo y lo empujó hacia la industria petrolera. “Nunca quise ser parte del petróleo, pero tenía una familia que mantener. Sin embargo, nunca abandoné la viticultura”, aclara.

Hoy, Matías es supervisor de cementación en una compañía internacional. Su trabajo implica asegurar que las napas de agua estén protegidas durante la perforación. Aunque su rutina de 10 días de trabajo por 5 de descanso es demandante, encuentra tiempo para dedicarse a Mito y su familia. “Divido mi tiempo entre mi familia y la enología. La pandemia me dio la oportunidad de enfocarme más en Mito y en producir vinos de calidad”, asegura.

Mito: El vino que une a un trabajador del petróleo y la tierra patagónica

Un enfoque en pequeña escala

Mito se distingue por su producción limitada, centrada en la calidad y en el trabajo con pequeños productores de la Patagonia (Mainqué y Senillosa). Matías produce unas 4.000 botellas, utilizando uvas seleccionadas de viñedos de la región. “Me gusta hablar con los productores, conocer el manejo de sus viñedos y llevarme pequeñas cantidades para hacer microvinificaciones”, explica.

Convencer a los productores para que le vendieran sus uvas no fue fácil. “Son personas con una gran tradición y compromiso. Me llevó tiempo demostrarles que trataba su producto de manera diferente y que buscaba revalorizar su trabajo”, cuenta.

Mito: El vino que une a un trabajador del petróleo y la tierra patagónica

El desafío de ser un pequeño productor

Para Matías, ser un pequeño productor en la Argentina actual es un gran desafío. “Cuesta mucho lograr estabilidad económica, pero estoy convencido de que este es el camino”, dice. Su visión cooperativista lo ha llevado a asociarse con otros microproductores del valle para reducir costos. “Compramos botellas, etiquetas y corchos en conjunto, lo que nos permite profesionalizarse y mantenernos competitivos”, explica.

Mito no busca crecer en cantidad, sino en calidad y en representatividad de la Patagonia. “Quiero que cada botella cuente una historia, que refleje el esfuerzo de los productores y la magia de nuestra tierra”, afirma.

Una visión hacia el futuro

Matías tiene claro que la industria vitivinícola de la Patagonia no debe quedar en manos de unas pocas grandes corporaciones. Su sueño es que los microproductores tengan un lugar en el mercado y que su trabajo sea valorado. “En la unión está la fuerza. Si nos apoyamos entre pequeños productores, podemos revalorizar la industria y mantener viva la esencia de la Patagonia”, concluye.

Con Mito, Matías ha logrado fusionar su pasión por el vino, su compromiso con la tierra y su capacidad para adaptarse a los desafíos. Cada botella es un tributo a su historia, a su familia y a la región que lo vio crecer. En un mundo dominado por la producción masiva, Mito se alza como un recordatorio de que la calidad, el trabajo artesanal y las raíces siempre tendrán un lugar especial.
 

FICHA TÉCNICA

Vista: Color rojo rubí con matices granates. Se muestra brillante y bien estructurado en copa.

Nariz: En nariz, se destaca una complejidad aromática, con notas de frutas rojas maduras como cereza, ciruela y mora. También se perciben toques sutiles de especias como la pimienta negra, trufas, junto con un fondo elegante de madera tostada, cacao y tabaco que evidencian su paso por barrica.

Boca: En boca, el vino presenta una estructura media equilibrada, con taninos sutiles y bien integrados. El cuerpo es pleno y suave, con una acidez refrescante que aporta frescura. Los sabores frutales se combinan armoniosamente con los de la madera y el cuero, ofreciendo un final largo y persistente.

Maridaje recomendado:

Este vino es ideal para acompañar carnes rojas asadas, platos de caza, quesos curados o embutidos. Su complejidad lo hace adecuado también para disfrutarlo solo.

Temperatura de servicio:

Se recomienda servir entre 16-18°C

LMNeuquen

 



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