Por Agroempresario.com
Durante el verano, las altas temperaturas pueden facilitar la proliferación de bacterias asociadas a enfermedades transmitidas por alimentos (ETA), como el síndrome urémico hemolítico (SUH), que afecta principalmente a niños menores de cinco años. Aunque el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) realiza rigurosos controles en la faena y el transporte de reses para minimizar los riesgos, es esencial adoptar cuidados adicionales al manipular, adquirir y cocinar carne en el hogar. A continuación, te compartimos las principales recomendaciones de este prestigioso organismo para prevenir enfermedades y garantizar un consumo seguro.
El Senasa enfatiza que los establecimientos de venta de carne deben cumplir con estrictos estándares de limpieza e higiene. Las instalaciones y los equipos de manipulación de la carne, como cuchillos, bandejas, sierras de corte, máquinas de picar carne, balanzas, heladeras y mostradores, deben mantenerse en perfecto estado. Además, es crucial que la carne destinada al consumo humano sea de calidad. El Senasa aconseja que la carne fresca debe ser firme, elástica y carecer de olores desagradables. La aparición de coloraciones anormales, como marrón oscuro, mucosidad superficial o malos olores, son indicios de que la carne está alterada. En particular, advierten que la carne vacuna no debe mezclarse con la de cerdo o pollo.
Una vez que la carne llega a la cocina, el Senasa señala que es fundamental evitar la "contaminación cruzada". Para ello, se debe usar una tabla y cuchillo separados para cortar carne cruda y verduras que no se cocinarán. Asimismo, recomienda colocar la carne en un bol para guardarla en la heladera y asegurarse de almacenarla en los estantes inferiores, para evitar que derrames lleguen a los cajones de frutas y verduras.
Uno de los puntos más importantes es la cocción adecuada de la carne. El Senasa recalca que la carne debe cocinarse completamente, sin dejar partes rosadas o rojas en su interior. Para garantizar que la carne esté bien cocida, su temperatura interna debe alcanzar los 71°C. Es particularmente importante evitar ofrecer carne picada a menores de cinco años debido al riesgo de transmisión de bacterias. Además, siempre se debe mantener la cadena de frío de los alimentos desde la compra hasta la preparación.
El cumplimiento de estas recomendaciones contribuye a reducir el riesgo de enfermedades graves, como el síndrome urémico hemolítico (SUH), y otras ETA. Mantener la carne en condiciones óptimas desde la compra hasta su preparación es esencial para disfrutar de un consumo seguro y saludable.
El Senasa insiste en que, más allá de los controles de faena y traslado, el papel del consumidor en el hogar es clave para garantizar la seguridad alimentaria. Adoptar estos hábitos simples no solo protege la salud, sino que también asegura la calidad y frescura de los alimentos consumidos.