Por Agroempresario.com
El Gobierno argentino ha creado un sistema de monitoreo para las exportaciones de jugo de limón concentrado hacia Estados Unidos, con el objetivo de asegurar que se cumpla el Acuerdo de Suspensión de Derechos Antidumping, firmado en 2016 y renovado en enero de 2025. Esta medida, formalizada a través de la Resolución 18/2025, fue impulsada por la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, y se centra en la protección de un sector clave para la economía argentina: la industria citrícola.
El sistema de monitoreo abarca el 100% de las exportaciones anuales de jugo de limón concentrado destinado al mercado estadounidense, con un control específico sobre las empresas signatarias del Acuerdo de Suspensión. Esto implica que solo las empresas que cumplan con los precios de referencia acordados podrán exportar, lo que asegura la estabilidad y la competitividad de la industria frente a posibles prácticas de dumping, que podrían poner en riesgo el acceso al mercado norteamericano.
Según la Resolución 18/2025, las exportaciones estarán limitadas a las empresas que hayan aceptado la última revisión del Acuerdo de Suspensión, al que han adherido 15 signatarios, entre ellos dos o tres fasoneros. Si bien hubo algunas fábricas que decidieron no firmar el acuerdo, se aclara que su producción no afectaba el espíritu del mismo, ya que sus volúmenes son bajos en comparación con el total exportado.
José Carbonell, presidente de la Federación Argentina del Citrus (Federcitrus), resaltó la importancia del mercado estadounidense para el sector citrícola argentino, al ser el principal destino del jugo de limón producido en el país. En este sentido, destacó que el acuerdo no solo busca regular los precios de exportación, sino también garantizar el acceso al mercado estadounidense, el cual es clave para la viabilidad del sector. “Estados Unidos es el principal cliente del jugo de limón de Argentina, y nuestra provisión es insustituible por volumen e importancia”, afirmó Carbonell.
La industria citrícola argentina produce aproximadamente 90.000 toneladas de jugo de limón al año, siendo Estados Unidos uno de los destinos más importantes para estas exportaciones. El acuerdo de suspensión ha sido crucial para regular el comercio, ya que, históricamente, los aranceles sobre el jugo de limón superaban el 100%, lo que afectaba las exportaciones y ponía en riesgo la competitividad de las empresas argentinas en el mercado internacional. Con el acuerdo, se fijó un precio mínimo de exportación de US$2760 por tonelada, y se estableció que el 85% de las exportaciones debía cumplir con este precio para evitar la aplicación de aranceles antidumping.
No obstante, en los últimos años, los precios internacionales del jugo de limón han experimentado una caída debido a la sobreoferta, lo que llevó a algunas empresas a vender por debajo del precio acordado en el acuerdo. Este fenómeno obligó a renegociar los términos del acuerdo, lo que resultó en la extensión de su vigencia hasta agosto de 2024. El precio de referencia se redujo en alrededor de US$500, situándose en torno a los US$2200 por tonelada, lo que refleja la realidad del mercado actual.
El acuerdo fue negociado con el Departamento de Comercio y Agricultura de Estados Unidos, y contó con el respaldo de la empresa Ventura Coastal, un grupo cooperativo que agrupa a los productores californianos. A pesar de los cambios en la administración estadounidense, con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, el acuerdo se mantuvo intacto, ya que las negociaciones fueron centradas en el sector privado y no en los gobiernos de ambos países.
Con la implementación del sistema de monitoreo, el Gobierno argentino busca asegurar que se cumpla con el acuerdo y evitar distorsiones en el mercado. La Dirección General de Aduanas, a cargo de José Andrés Velis, será responsable de autorizar las exportaciones, mientras que la Subsecretaría de Mercados Agroalimentarios e Inserción Internacional, dirigida por Agustín Tejeda, llevará un registro mensual de todas las operaciones. Esta información podrá ser remitida al Departamento de Comercio de Estados Unidos para verificar el cumplimiento del acuerdo.
El sector citrícola enfrenta varios desafíos internos, como las heladas que afectaron la cosecha de limón de verano en 2024, lo que provocó una menor oferta de fruta para el consumo interno y una mayor dependencia de las importaciones de países como Chile, España, Egipto y Brasil. Además, la industria ha atravesado años de crisis, con muchos productores no integrados (es decir, aquellos que solo producen y no procesan ni empaquetan la fruta) enfrentando pérdidas económicas. Según Carbonell, el último año de rentabilidad para los productores fue 2018, y desde entonces, los precios del limón han caído debido a la sobreoferta, lo que ha dejado a muchos productores trabajando a pérdida.
En este contexto, el acuerdo con Estados Unidos y la creación del sistema de monitoreo se presentan como una medida positiva para el sector. Aunque la campaña de este año prevé una menor oferta de fruta, lo que se traduce en una menor molienda y stocks más bajos de derivados en el mercado, la industria podrá defender mejor los precios, gracias a la estabilidad proporcionada por el acuerdo y el monitoreo de las exportaciones.
La resolución del Gobierno también responde a la necesidad de garantizar la competitividad de la industria citrícola argentina en un mercado global cada vez más competitivo y con mayor presión sobre los precios. El acuerdo de suspensión de antidumping, junto con el sistema de monitoreo implementado, busca equilibrar la oferta y la demanda, protegiendo tanto a los productores como a las empresas procesadoras de jugo de limón.
La resolución 18/2025 también refleja el compromiso del Gobierno con el sector agroindustrial argentino, al que considera clave para la economía nacional. A través de este sistema de monitoreo, se busca asegurar la competitividad de las exportaciones argentinas y la protección de los acuerdos internacionales que permiten al país mantener su posición como líder en la exportación de jugo de limón.