Por Agroempresario.com
El mercado de maquinaria agrícola en Argentina continúa enfrentando grandes desafíos que dificultan la renovación tecnológica de un sector clave para la economía del país. Según datos de la Asociación de Fábricas Argentinas de Tractores (AFAT), durante el año 2024 se patentaron únicamente 616 cosechadoras, 5244 tractores y 655 pulverizadoras. Estas cifras, que se encuentran por debajo de lo necesario para modernizar el parque de maquinaria agrícola, evidencian las dificultades para acceder a tecnologías de punta y la necesidad urgente de actualización del equipamiento.
Según la AFAT, un "año razonable" para las ventas de maquinaria agrícola debería oscilar entre 7000 y 8000 tractores, de 1000 a 1200 cosechadoras y entre 800 a 900 pulverizadoras. Sin embargo, en la actualidad, el parque de maquinaria en el país es mayoritariamente obsoleto, con un 70 a 80% de los tractores de más de 15 años y un porcentaje similar de cosechadoras con más de 10 años de antigüedad. Esta situación pone de manifiesto la necesidad de actualizar la maquinaria para seguir siendo competitivos y mejorar la eficiencia de los productores agrícolas.
Leandro Brito Peret, director ejecutivo de la AFAT, destacó que para fomentar la inversión en tecnología y la modernización del sector, es fundamental contar con un entorno favorable para la fabricación local. Además, hizo hincapié en la importancia de mejorar las condiciones de financiamiento y la infraestructura necesaria para permitir la adopción de maquinaria más avanzada, que facilite su distribución y uso en el país.
Uno de los principales obstáculos que enfrenta la industria de la maquinaria agrícola es la elevada carga impositiva que afecta tanto a los productos locales como a los insumos importados. De acuerdo con la AFAT, la producción local de maquinaria enfrenta una carga impositiva del 32%, lo que incrementa significativamente el costo de fabricación. A su vez, los insumos esenciales para la producción, como materiales y componentes importados, están gravados con una serie de tributos y percepciones que ascienden al 47%.
En este sentido, los fabricantes de maquinaria agrícola deben hacer frente a un complejo panorama impositivo que incluye un 21% de IVA, más una percepción de IVA adicional del 20%, así como una percepción del 6% sobre las ganancias. Estos impuestos, junto con las percepciones, generan que casi la mitad del valor de los materiales e insumos importados esté destinado a obligaciones fiscales.
Pese a las dificultades fiscales y económicas, el sector de maquinaria agrícola ha destacado que en 2024 se tomaron medidas positivas que han mejorado la situación. Entre estas, se encuentran la solución a los problemas de pagos a proveedores internacionales, la agilización de los procesos de importación y una importante disminución de la inflación. Además, en cuanto a la política impositiva, se eliminaron ciertos gravámenes como el impuesto PAIS y se redujeron las retenciones a los granos, incluidas las de las economías regionales.
Sin embargo, Leandro Brito Peret subrayó que la reducción de la carga fiscal sigue siendo un tema pendiente y un factor clave para mejorar la competitividad del sector. “La estabilidad económico-política es un requisito básico para cualquier inversión en bienes de capital, y en ese sentido, reconocemos el esfuerzo realizado para combatir la inflación o reducir el déficit del estado. Pero la reducción de la carga fiscal es fundamental”, indicó.
Otro de los desafíos que persiste es el acceso a financiamiento para la adquisición de maquinaria agrícola. Según Brito Peret, los productores y contratistas del sector necesitan contar con opciones de crédito previsible, a largo plazo, y con condiciones simples y ágiles. Además, destacó la importancia de que los fondos disponibles contemplen las características particulares del mercado agrícola argentino, que se ajusta a los ciclos productivos de los cultivos.
De cara al futuro, el sector espera que el mercado de maquinaria agrícola muestre una recuperación moderada en 2025. Las expectativas apuntan a un aumento del 10% en la venta de cosechadoras y una cifra similar a la de 2023 en cuanto a tractores. A pesar de la mejora en algunos aspectos impositivos, como la baja de retenciones, se espera que la necesidad de financiamiento y la carga fiscal sigan siendo temas clave a resolver para lograr un mercado competitivo y sostenible.
Brito Peret destacó que el sector ha mantenido reuniones con distintos bancos para presentar las necesidades de financiamiento del rubro, y afirmó que, si bien las tasas de interés son una preocupación, también es necesario adaptar las condiciones crediticias a las especificidades de la actividad agrícola. La variedad de necesidades de los productores y contratistas, junto con los ciclos productivos que varían según los cultivos, exige soluciones de crédito más flexibles y personalizadas.