Por Agroempresario.com
En el sudoeste de la provincia de Buenos Aires, a 550 kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se encuentra Carhué, una ciudad de calles anchas y cielos despejados, famosa por su cercanía con la Laguna Epecuén. Este espejo de agua, cargado de sales y minerales, es reconocido por sus propiedades curativas y por haber sido escenario de un récord Guinness de flotación.
Carhué no solo es un destino turístico por sus aguas milagrosas, sino también por su riqueza histórica y arquitectónica. Uno de los puntos imperdibles es el Circuito Histórico, que comienza en la Plaza Levalle, donde se encuentra el imponente Palacio Municipal, una obra monumental de 30 metros de altura diseñada en 1938 por el arquitecto Francisco Salamone. Con un estilo que combina el art déco con influencias futuristas, esta construcción es un ícono de la ciudad.
Otro punto de interés es la Ruta Salamónica, que permite recorrer otras obras de Salamone en la región, como el Cristo del Camino, el Cristo del Médano y el antiguo Matadero Municipal, una estructura en ruinas que forma parte del atractivo turístico de Villa Epecuén.
A solo 7 kilómetros de Carhué, se encuentran las ruinas de Villa Epecuén, una antigua villa turística que quedó sumergida en 1985 tras una inundación. Luego de décadas bajo el agua, el retroceso de la laguna ha dejado al descubierto un paisaje único de escombros y estructuras corroídas por la sal, convirtiéndolo en un sitio fascinante para los visitantes. Entre los restos, se pueden observar viviendas, hoteles y el antiguo cementerio con sus tumbas cubiertas de salitre.
Con más de 18 mil hectáreas de agua rica en minerales, la Laguna Epecuén es conocida como un flotario natural, debido a su alta concentración de sales, similar a la del Mar Muerto. En 2017, fue escenario de un récord Guinness con 1941 personas flotando simultáneamente sin elementos de flotación.
Además de sus propiedades terapéuticas, la laguna es un área de conservación de gran importancia, albergando una colonia estable de más de 10 mil flamencos, la segunda más grande de América. Su biodiversidad la convierte en un atractivo para quienes disfrutan del avistaje de aves y la naturaleza en estado puro.
Desde principios del siglo XIX, la laguna es reconocida por sus propiedades medicinales, ideales para tratar enfermedades reumáticas y de la piel. Con la llegada del Ferrocarril del Sud en 1899, la afluencia de visitantes aumentó, consolidando a Carhué como un destino termal.
En 2019, se inauguró el Complejo Termal y Lúdico Mar de Epecuén, un espacio con piletas climatizadas que se abastecen de las aguas saladas de la laguna. Entre sus servicios destacan:
Asimismo, el Complejo Levalle ofrece opciones de camping, cabañas y departamentos con acceso a piletas termales, ideales para quienes buscan una experiencia de relajación completa.
A unos 10 kilómetros del camping municipal La Chacra, se encuentra el bosque implantado de El Molle, un área de 50 hectáreas con caldenes, piquillines y pastizales naturales. Este sendero turístico permite adentrarse en la flora y fauna del lugar, ofreciendo un espacio ideal para el ecoturismo y el avistamiento de aves autóctonas.
Para llegar a Carhué desde Buenos Aires, se debe tomar la Ruta Nacional 5 hasta Santa Rosa, La Pampa, y luego conectar con la Ruta Provincial 60. El trayecto dura aproximadamente 6 horas y media en auto.
En cuanto al alojamiento, Carhué cuenta con diversas opciones, desde hoteles con servicios de spa y piletas termales hasta cabañas y campings para los amantes de la naturaleza.
La Laguna Epecuén y Carhué ofrecen una combinación única de historia, naturaleza y bienestar, ideal para quienes buscan relajarse en un entorno de belleza incomparable. Ya sea flotando en sus aguas terapéuticas, recorriendo las ruinas de Villa Epecuén o disfrutando de las termas, este destino bonaerense promete una experiencia inolvidable en cualquier época del año.