Por Agroempresario.com
Larry Ellison, el multimillonario cofundador de Oracle, es un hombre que nunca ha temido desafiar las expectativas. Con 80 años, sigue al frente de una de las empresas de software más grandes del mundo, centrado en la gestión de bases de datos y servicios en la nube. Aunque el éxito de Ellison es bien conocido, hay lecciones clave sobre liderazgo y gestión que los titanes de la tecnología, como Elon Musk, podrían aprender de su carrera. A través de su dedicación a su negocio y un perfil discretamente bajo, Ellison ha demostrado que la clave para el éxito duradero es mantenerse enfocado y evitar la dispersión, algo que Musk, con su enfoque multifacético, aún tiene mucho que aprender.
Una de las primeras lecciones que Ellison ofrece es la importancia de concentrarse en un negocio central. Oracle, aunque ha expandido sus operaciones hacia el mercado de la nube, sigue siendo una empresa que se especializa en un área crucial: la gestión de bases de datos. Mientras que Musk ha diversificado sus intereses en una variedad de industrias, desde automóviles eléctricos con Tesla hasta cohetes con SpaceX y una serie de otras iniciativas, Ellison ha logrado un éxito duradero al mantener la atención puesta en su producto principal.
El enfoque inquebrantable de Ellison en el negocio de bases de datos y software empresarial ha permitido que Oracle no solo sobreviva, sino que también prosperé a medida que las tecnologías emergentes, como la computación en la nube, comenzaron a cambiar el panorama del sector. Oracle, que alguna vez fue la reina indiscutida de las bases de datos, pudo adaptarse a estos cambios y ahora crece en el negocio de la nube a un ritmo impresionante, mucho más rápido que algunos de sus competidores más grandes, como Microsoft y Amazon.
En comparación, Elon Musk ha sido conocido por su tendencia a involucrarse en múltiples sectores y empresas simultáneamente. Tesla, SpaceX, X (antes Twitter), Neuralink, The Boring Company… cada uno de estos negocios es sumamente complejo, con necesidades de liderazgo y recursos que requieren una enorme cantidad de atención. Aunque Musk ha logrado avances impresionantes en cada uno de estos frentes, también ha mostrado signos de dispersión que podrían poner en peligro el éxito a largo plazo de algunos de estos proyectos. Si Musk quiere mantener su éxito y liderazgo en las próximas décadas, podría ser útil aprender de Ellison, centrando sus esfuerzos en los negocios con mayor potencial y delegando o cerrando los menos rentables.
Mientras que Musk disfruta de ser una figura pública, muy activa en las redes sociales y generando titulares con cada nuevo proyecto, Ellison ha optado por un perfil mucho más discreto. Aunque ha sido una figura prominente en Silicon Valley durante décadas, Ellison ha logrado mantener su vida privada fuera del ojo público, a diferencia de Musk, cuya vida personal es frecuentemente noticia. La habilidad de Ellison para mantener un perfil bajo le ha permitido centrarse en lo que realmente importa: el negocio.
Esta discreción también ha sido útil para las relaciones de Oracle con sus clientes, especialmente con el gobierno estadounidense, que ha sido uno de sus mayores clientes. A pesar de sus posturas políticas, Ellison ha mantenido relaciones pragmáticas con gobiernos de diferentes inclinaciones, mientras que Musk, por otro lado, ha tenido enfrentamientos públicos con diversas figuras políticas y ha generado controversias, especialmente en sus interacciones en las redes sociales.
Ellison ha mostrado cómo la prudencia y la reserva pueden ser herramientas poderosas para un líder corporativo. Mientras que Musk se lanza de lleno a los debates públicos, incluso a costa de sus propios intereses comerciales, Ellison ha aprendido a navegar por el mundo empresarial sin poner en riesgo su empresa o sus relaciones. Esto no significa que no tenga opiniones; simplemente elige expresarlas de una manera más controlada y en los momentos adecuados.
Otra lección crucial de Ellison para Musk es la delegación. Aunque Musk es un microgestor conocido, que tiende a involucrarse profundamente en cada aspecto de sus empresas, Ellison ha delegado la gestión diaria de Oracle en manos de Safra Catz, una de sus colaboradoras más cercanas. Aunque Ellison sigue involucrado en las decisiones estratégicas y en la visión a largo plazo de la empresa, ha demostrado que no es necesario estar involucrado en todos los detalles operativos.
Esto le ha permitido centrarse en áreas clave de desarrollo e innovación, mientras su equipo maneja las tareas cotidianas de forma eficiente. Musk, por el contrario, a menudo se involucra en todos los aspectos de sus empresas, lo que le ha llevado a estar más sobrecargado y, en ocasiones, a tomar decisiones que no siempre han resultado ser las mejores. Si Musk quiere seguir siendo relevante en el futuro, es posible que necesite aprender a delegar de manera más efectiva, confiando en su equipo de liderazgo para manejar los detalles operativos mientras él se concentra en la visión y la estrategia a largo plazo.
Larry Ellison ha demostrado ser un líder increíblemente resiliente. A pesar de los altibajos que ha enfrentado Oracle a lo largo de los años, como la aparición de nuevos competidores y los cambios en la tecnología, Ellison ha logrado adaptarse rápidamente y transformar su empresa. La transición de Oracle de ser una empresa de bases de datos a una potencia en la computación en la nube es un testamento de su capacidad para adaptarse a los tiempos cambiantes y mantenerse competitivo en un mercado en constante evolución.
Musk también ha demostrado resiliencia, especialmente con SpaceX y Tesla, dos empresas que, en sus primeros años, tuvieron problemas financieros y desafíos tecnológicos. Sin embargo, a medida que sus empresas comenzaron a tener éxito, Musk se hizo más conocido por su audaz enfoque para resolver problemas y asumir riesgos. Aunque Musk tiene una gran capacidad para la innovación, aún puede aprender de Ellison en términos de cómo hacer que una empresa sea resistente a las crisis y cómo adaptarse rápidamente a las circunstancias cambiantes sin perder de vista el objetivo final.