Por Agroempresario.com
En el norte de la provincia de Buenos Aires, entre paisajes tranquilos y calles despojadas de aglomeraciones, se esconde Mariano Benítez, un pequeño pueblo de apenas 200 habitantes que guarda secretos históricos y culturales que remiten a los orígenes de la República Argentina. Su historia está marcada no solo por las batallas decisivas entre unitarios y federales, sino también por un misterio urbano que envuelve su diseño: ¿es el pueblo de Mariano Benítez un mapa masónico?
Ubicado a unos 260 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires y a tan solo 30 kilómetros de Rosario, Mariano Benítez tiene un origen fundacional reciente. Fue creado en 1908 por Miguel Dávila, quien decidió bautizarlo en honor a su primo, Mariano Benítez, un médico y hombre de campo que tuvo un rol destacado en la mejora de la estancia La Ambogena. No obstante, la pequeña localidad tiene un pasado que remonta a los primeros años de la independencia argentina, pues a tan solo cinco kilómetros de allí se libraron las históricas Batallas de Cepeda, en 1820 y 1859, que marcaron el destino de la nación.
Las batallas de Cepeda fueron dos enfrentamientos entre unitarios y federales que definieron la estructura política del país. La primera, en 1820, resultó en la victoria de los federales, lo que desencadenó la separación de Buenos Aires del resto de las provincias. La segunda, en 1859, culminó con la derrota de Buenos Aires y la firma del Pacto de San José de Flores, que permitió la reunificación del país. El Museo Batallas de Cepeda, inaugurado en 2015 en el pueblo, conserva objetos históricos de estas batallas, convirtiéndose en una parada imprescindible para conocer la historia de esas luchas fundacionales.
Pero además de su relevancia histórica, Mariano Benítez es conocido por su diseño urbano, que atrae a quienes se interesan por los símbolos masónicos. Se dice que el trazado de la localidad fue obra de un famoso masón de principios del siglo XX, Reynaldo Standke, quien se inspiró en Pedro Benoit, el arquitecto detrás del diseño de La Plata. Este diseño está compuesto por manzanas que, en su mayoría, presentan formas trapezoidales y triangulares, un aspecto que les otorga una estructura peculiar.
Algunas voces sostienen que el trazado de Mariano Benítez, visto desde una perspectiva aérea, podría formar símbolos masónicos. Este tipo de curiosidades ha llamado la atención de los visitantes y expertos en la materia, quienes creen que la ubicación y los símbolos ocultos en las calles del pueblo podrían estar relacionados con las influencias de logias masónicas activas en la época.
A tres cuadras de la plaza central de Mariano Benítez se encuentra el Museo Batallas de Cepeda, un lugar que conserva la memoria de esos enfrentamientos que marcaron la historia de Argentina. Este museo, inaugurado en 2015, alberga una colección de objetos históricos encontrados mediante excavaciones arqueológicas y donaciones de los habitantes de la región.
El museo no solo presenta exposiciones permanentes, sino que también organiza exposiciones temporales, cuenta con un auditorio, una biblioteca, archivo, tienda y hasta un café donde los visitantes pueden reflexionar sobre el pasado de la nación. La importancia histórica del lugar radica en que las batallas libradas en los campos cercanos al arroyo Cepeda fueron fundamentales para el proceso de organización nacional de Argentina.
Para quienes deseen visitar Mariano Benítez, hay diversas rutas dependiendo del punto de partida. Desde Rosario, se debe tomar la Ruta Provincial 32, que conecta la ciudad santafesina con Pergamino. Al llegar al kilómetro 17, hay que desviarse hacia la localidad de Manuel Ocampo y recorrer 10 kilómetros hasta llegar al pueblo. Desde la Ciudad de Buenos Aires, la forma más rápida es tomar la Autopista Panamericana, luego la Ruta Nacional 9 hacia Rosario y, a la altura de San Nicolás de los Arroyos, desviarse hacia la Ruta Provincial 188, que conduce a Pergamino. Finalmente, se accede a Mariano Benítez a través de la Ruta Provincial 32.