Por Agroempresario.com
El comercio entre Argentina y Estados Unidos enfrenta un panorama desafiante en 2025, con medidas proteccionistas impulsadas por la administración de Donald Trump que amenazan con afectar gravemente las exportaciones locales. En particular, el aumento de aranceles al acero y al aluminio golpeará a empresas como Aluar, Ternium y Tenaris, mientras que la reanudación del déficit comercial bilateral podría excluir a Argentina de posibles excepciones.
El saldo positivo en la balanza comercial con EE.UU. registrado en 2024, de USD 229 millones, fue resultado de una fuerte contracción en las importaciones (-27%), más que de un crecimiento en las exportaciones (+16%). Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), el superávit se explicó en un 73% por la caída de las compras externas, impulsada por la recesión y el aumento de la producción energética local. Sin embargo, con una recuperación económica en marcha, se espera que las importaciones vuelvan a crecer en 2025, revirtiendo la balanza comercial a su tradicional déficit.
A lo largo de los últimos 30 años, Argentina solo logró cinco períodos de superávit con EE.UU., con un rojo promedio de USD 3.000 millones anuales. En 2023, las exportaciones argentinas a EE.UU. totalizaron USD 5.648 millones, mientras que las importaciones sumaron USD 8.629 millones, resultando en un saldo negativo de casi USD 3.000 millones.
Uno de los puntos más críticos para la economía argentina es la suba de aranceles a las importaciones de acero y aluminio dispuestas por Trump, que llevará la tarifa al 25% a partir de marzo. Se estima que esta medida afectará exportaciones por aproximadamente USD 600 millones anuales. Las principales perjudicadas serán Aluar, Ternium y Tenaris, empresas clave en la industria metalúrgica del país.
El gobierno de Javier Milei ha buscado fortalecer la relación con EE.UU. y alcanzar un acuerdo de libre comercio, pero hasta el momento no se han obtenido señales de que Argentina pueda recibir un trato diferencial. En 2018, durante la administración de Mauricio Macri, se logró una excepción temporal, lo que ha generado expectativas en el sector. Sin embargo, Trump desestimó recientemente la posibilidad de eximir a Argentina de estos aranceles, citando la falta de un déficit comercial con el país.
En 2024, Argentina comenzó a recuperar sus compras de bienes de capital, con un aumento del 7%, alcanzando su nivel más alto en seis años. Entre los principales bienes importados desde EE.UU. se encuentran vehículos, autopartes, medicamentos, gasoil, insecticidas, fertilizantes y manufacturas plásticas.
Con la reactivación económica prevista para 2025, se espera que la demanda de estos productos continúe en alza, lo que podría llevar a una ampliación del déficit comercial con EE.UU. y reducir aún más la posibilidad de beneficios arancelarios. Actualmente, el país norteamericano es el tercer mayor socio comercial de Argentina y el tercer origen de sus importaciones, representando el 10% del total.
El comercio con EE.UU. tiene un impacto significativo a nivel provincial. Entre 2018 y 2023, Chubut lideró las exportaciones hacia ese país, representando el 37% de sus ventas al exterior. Otras provincias con una alta dependencia del mercado estadounidense son Neuquén, Santa Cruz, Misiones, Corrientes, Mendoza, Tucumán y Tierra del Fuego, donde más del 20% de sus exportaciones totales tienen como destino EE.UU.
Además, en 2023, seis jurisdicciones tuvieron a EE.UU. como su principal socio comercial: Salta, Tucumán, Misiones, Corrientes, Río Negro y Chubut. Para estas provincias, el aumento de aranceles y una posible reducción de exportaciones representan un golpe directo a sus economías.
A medida que Argentina enfrenta un posible retorno a un saldo comercial negativo con EE.UU., los sectores industriales y gubernamentales buscan estrategias para mitigar los efectos de las nuevas políticas comerciales. La expectativa de un acuerdo de libre comercio aún es incierta, y el sector privado evalúa alternativas para diversificar mercados y evitar una dependencia excesiva del comercio con EE.UU.
La evolución de la relación bilateral en 2025 estará marcada por la dinámica política en ambos países, la recuperación de la economía argentina y las decisiones estratégicas de las principales industrias exportadoras. En un contexto de incertidumbre, el desafío será encontrar nuevas oportunidades para mantener la competitividad de las exportaciones argentinas en el escenario internacional.