Por Agroempresario.com
Hace 85 años, cuando San Ignacio comenzó a producir dulce de leche en Santa Fe, nadie podría haber imaginado que su producto llegaría a las góndolas de la India, un mercado tan distinto en gustos y costumbres. Sin embargo, la tradicional marca argentina lo logró. La primera exportación ya ha aterrizado en el país asiático, sumando un nuevo hito a su historia exportadora. Pero llegar a este punto no fue tarea fácil. Se requirió estrategia, trabajo constante y una serie de alianzas clave para ingresar a un mercado donde los dulces tradicionales son muy diferentes a los de Argentina.
En conversación con iProfesional, Fernando Rodríguez Morón, gerente de Comercio Exterior de San Ignacio, explica que este primer envío de 150 cajas de frascos de vidrio de 450 gramos es solo el comienzo. La empresa, que actualmente exporta a más de 20 países, desde Japón hasta Francia, ve en la India una oportunidad singular por su afición por los dulces, pero también un gran desafío.
El proceso para ingresar al mercado indio comenzó hace años, con investigaciones, reuniones y una búsqueda incansable del socio adecuado para llevar el dulce de leche al país. "Donde haya una posibilidad de que esté el dulce de leche, vamos a intentarlo", asegura Rodríguez Morón. La clave fue encontrar un socio que no solo entendiera las características del producto, sino que estuviera dispuesto a apostar por su éxito en un mercado tan competitivo y diferente.
"En la India, las golosinas pueden incluir desde salsa picante hasta pétalos de rosa. Así que tuvimos que ser muy cuidadosos", explica el gerente. Además de las barreras culturales y de sabor, hubo que sortear trabas regulatorias que hicieron aún más complejo el proceso de aprobación del dulce de leche.
A pesar de estos obstáculos, la colaboración entre el sector público y privado fue clave. La Embajada Argentina en la India jugó un papel fundamental, facilitando contactos y ayudando en la búsqueda de distribuidores. Rodríguez Morón destaca: "Este proyecto es un ejemplo claro de cómo el sector público y privado pueden trabajar juntos para abrir mercados internacionales".
El dulce de leche llegó a la India con un empaque sofisticado, apuntando a posicionarse en el segmento premium del mercado. San Ignacio eligió frascos de vidrio de 450 gramos, un formato ideal para un producto gourmet que busca captar la atención de los consumidores más exigentes.
A pesar de ser un producto completamente nuevo para muchos consumidores indios, las expectativas de la marca son altas. "Somos optimistas porque la India es un país con una fuerte preferencia por los alimentos dulces", dice Rodríguez Morón. Sin embargo, no solo se trata de vender un producto, sino de educar al mercado sobre cómo consumirlo. "Cuando llegamos a un lugar donde no conocen el dulce de leche, no solo vendemos, sino que enseñamos", añade.
Además de la curiosidad por un nuevo producto, la India representa un mercado de 1.400 millones de personas, lo que convierte al país en una oportunidad de crecimiento significativa. "Si logramos captar un 10% del mercado, tendremos uno de esos 'buenos problemas' que todos quieren tener", reflexiona Rodríguez Morón, imaginando cómo abastecer un mercado tan grande.
San Ignacio no es ajeno a la expansión global. En 2018, fue pionero al llevar dulce de leche a Japón, un mercado que no se impresiona fácilmente. En 2023, añadieron Vietnam a su lista de destinos, y ahora, con la India, continúan fortaleciendo su presencia en mercados no tradicionales. Con un enfoque estratégico, la marca sigue abriendo puertas, como lo ha hecho en países como México y Australia.
El gerente de Comercio Exterior de San Ignacio reconoce que la participación en ferias internacionales como SIAL en París o ANUGA en Alemania fue esencial para dar a conocer el dulce de leche. "Cuando damos a probar el producto, gusta mucho. Es un factor clave para penetrar mercados donde no conocen el dulce de leche", explica Rodríguez Morón. Estas ferias no solo sirven como vidrieras del producto, sino también como un termómetro del mercado local. "Allí escuchamos al consumidor, queremos saber qué buscan y cómo podemos adaptarnos sin perder nuestra esencia", comenta.
En cuanto al futuro, el objetivo de San Ignacio es claro: convertirse en "la" marca de dulce de leche en el mundo. "Queremos que cuando se hable de dulce de leche, sea del de San Ignacio", asegura Rodríguez Morón con seguridad. Y la historia respalda esta afirmación. Con más de 85 años en el mercado y una trayectoria exportadora consolidada, San Ignacio está en camino de lograrlo.
San Ignacio también destaca por su compromiso con la calidad. A pesar de los nuevos horizontes internacionales, la marca nunca olvida sus raíces argentinas. "Aunque las puertas del mundo estén abiertas, nuestra bandera siempre será celeste y blanca", concluye Rodríguez Morón.
En la India, mientras el dulce de leche se abre camino en los supermercados, en Argentina sigue siendo un emblema, un producto que lleva consigo la historia, la tradición y la calidad de una empresa que supo abrirse paso en los mercados internacionales. La próxima vez que un indio se deleite con el dulce de leche, estará probando un pedazo de Argentina, y ese es solo el comienzo de una historia global con un futuro prometedor.