Por Agroempresario.com
El Gobierno nacional avanzará en los próximos días con el envío al Congreso de un borrador del Presupuesto 2026, en el marco del compromiso asumido con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Esta primera versión incluirá un adelanto sobre cómo se continuará con el ajuste fiscal para garantizar el superávit primario en los próximos años, un paso fundamental tras dos años sin una ley de ingresos y gastos sancionada en el parlamento.
Durante los primeros dos años del gobierno de Javier Milei, no se sancionó ningún presupuesto formal en el Congreso. En 2024 se utilizó la prórroga del Presupuesto 2023, ya que la propuesta para el año actual no fue debatida ni incluida en sesiones ordinarias ni extraordinarias. En este escenario, el equipo económico trabaja ahora en la elaboración y revisión final de un adelanto del Presupuesto 2026, con el objetivo de enviarlo al Congreso en los primeros días de julio.
El compromiso con el FMI, que mantiene su misión técnica en Buenos Aires, exige que el proyecto incluya un marco fiscal de mediano plazo que asegure la regla de déficit cero y la obtención de superávit. Este acuerdo forma parte de las medidas estructurales del programa firmado en abril de 2025, donde se solicita también una declaración detallada de riesgos fiscales y estrategias para mitigar escenarios adversos.
La misión del FMI, liderada por el economista Bikas Joshi, sigue en Buenos Aires para evaluar el avance de la política económica y los compromisos asumidos. Los encuentros técnicos con funcionarios del Ministerio de Economía y del Banco Central profundizan en aspectos macroeconómicos, regulatorios y reformas estructurales, en el marco de la primera revisión trimestral del acuerdo firmado este año.
Según fuentes oficiales, esta misión evaluará si la revisión puede aprobarse y si se habilita un desembolso de 2.000 millones de dólares para el país, un monto vital para el financiamiento externo argentino. De no concretarse la aprobación, se prevén más instancias de negociación en las próximas semanas.
El programa plurianual aprobado junto con el FMI plantea un crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) del 4,5% para el 2026, con una inflación anual proyectada entre el 10% y el 15%. El superávit primario deberá alcanzar un 2,2% del PBI, por encima del 1,6% estimado para este año.
En cuanto a las reservas internacionales, se espera un aumento de hasta 56.000 millones de dólares, casi 15.000 millones más que las actuales. El déficit de cuenta corriente se mantendría en torno al 0,3% del PBI, aunque los datos preliminares del primer trimestre indican un rojo mayor, cercano a los 5.200 millones de dólares.
Desde el inicio de su mandato, el gobierno de Milei enfrentó críticas por no lograr la sanción de un presupuesto anual formal. La ausencia de esta ley dificulta la planificación fiscal y generó incertidumbre sobre la gestión financiera del Estado. El equipo económico, encabezado por funcionarios del Ministerio de Economía y el Banco Central, trabajó en alternativas para mantener el control del gasto público y cumplir con los objetivos macroeconómicos a pesar de esta situación.
En 2024, Pablo Quirno y Carlos Guberman fueron los representantes del Ministerio de Economía en el Congreso para defender un proyecto de Presupuesto que finalmente no fue aprobado.
El documento que el Ejecutivo entregará al Congreso incluirá una exposición sobre los lineamientos fiscales y presupuestarios, detallando la ruta para continuar con el ajuste y alcanzar el equilibrio fiscal. También ofrecerá una descripción de los riesgos fiscales potenciales y las estrategias de mitigación que se implementarán para evitar desviaciones.
Este adelanto busca aportar mayor previsibilidad a la política económica y fiscal, atendiendo al pedido del FMI y a las necesidades de transparencia del parlamento y la sociedad.
La sanción del Presupuesto 2026 será una señal clave para los mercados y organismos internacionales sobre el compromiso del gobierno de Milei con la disciplina fiscal y la estabilidad macroeconómica. Además, es vital para la planificación de políticas públicas y la asignación eficiente de recursos para sectores productivos, sociales y de infraestructura.
En un contexto donde la inflación y el déficit externo siguen siendo desafíos importantes, la claridad en el manejo del presupuesto contribuirá a generar confianza y estabilidad.