Por Agroempresario.com
Alemania se prepara para unas elecciones históricas el 23 de febrero, en medio de una profunda crisis económica y un avance significativo de la ultraderecha. Con un escenario político cada vez más fragmentado, los comicios determinarán el futuro de la primera economía de Europa. Friedrich Merz, líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), aparece como el favorito para suceder al actual canciller Olaf Scholz, del Partido Socialdemócrata (SPD).
Según los datos del Instituto de Investigación Económica IFO, la economía alemana se contrajo un 0,2% en 2024, luego de una caída del 0,3% en 2023. Para 2025, las proyecciones indican una modesta recuperación, con un crecimiento estimado entre el 0,4% y el 1,1%.
“Aún es difícil determinar si la actual fase de estancamiento es temporal o representa un cambio estructural duradero”, señaló Timo Wollmershauser, director de encuestas coyunturales del IFO. La crisis económica se debe, en gran parte, a la pérdida de competitividad industrial frente a China, el aumento en los costos energéticos derivado de la guerra en Ucrania y la interrupción de las cadenas de suministro tras la pandemia de Covid-19.
El debilitamiento de la industria alemana es notorio. Sectores clave como el automotriz y la química atraviesan dificultades por el encarecimiento de la energía y la reducción de la demanda china. En julio de 2024, la producción industrial cayó a su nivel más bajo desde mayo de 2020, según un informe de HSBC.
“Estamos ante el inicio de un proceso que podría agravarse”, advierte el economista Guillaume Duval. La inversión privada también se ha visto afectada, con grandes empresas como ThyssenKrupp y Volkswagen aplicando planes de ajuste. El índice del clima de negocios del IFO también reflejó un retroceso en noviembre pasado, situándose en 85,7 puntos.
El consumo interno también se ha desacelerado. La incertidumbre económica y la inflación han afectado el poder adquisitivo de los hogares alemanes, reduciendo la demanda de bienes y servicios.
El gobierno de Scholz enfrenta severas críticas por su gestión económica. Desde su llegada al poder, la coalición tripartita conformada por el SPD, los Verdes y los liberales (FDP) ha tenido dificultades para alcanzar consensos. En noviembre de 2023, la Corte Constitucional de Karlsruhe declaró inconstitucional un presupuesto que incluía un déficit de 60.000 millones de euros, lo que intensificó las tensiones dentro del gobierno.
Mientras el ministro de Finanzas, Christian Lindner (FDP), abogaba por la disciplina fiscal, el SPD y los Verdes impulsaban medidas de gasto público para estimular la economía. Esta falta de cohesión llevó al Bundestag a retirar su confianza a Scholz el 16 de diciembre de 2024, precipitando las elecciones anticipadas.
Las encuestas posicionan a la CDU/CSU como la fuerza más votada con un 30% de apoyo. La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) se ubica en segundo lugar con un 20%, aunque los conservadores han descartado cualquier posibilidad de alianza con esta formación.
El SPD de Scholz y los Verdes aparecen empatados en torno al 15% de los votos. Esto sugiere que la formación de una coalición de gobierno podría ser un proceso prolongado y complejo. En 2021, Scholz tardó diez semanas en formar su coalición, mientras que Angela Merkel necesitó seis meses en 2017.
El próximo canciller enfrentará varios desafíos. Alemania debe mejorar su competitividad industrial, diversificar su matriz energética y fortalecer su infraestructura. Además, el contexto internacional, con la posibilidad de una guerra comercial impulsada por Donald Trump, podría complicar aún más el panorama económico.
El debate económico también gira en torno a la necesidad de modernizar las políticas fiscales. Mientras que la CDU defiende un modelo basado en el ordoliberalismo –donde el Estado fija reglas pero permite la libre acción del mercado–, el SPD y los Verdes promueven un rol más activo del Estado en la economía.
Merz espera formar gobierno en los dos meses siguientes a los comicios. "Espero que la formación del gobierno haya terminado para Pascuas", declaró. En 2025, la Pascua cae el 20 de abril, lo que indica que podría haber intensas negociaciones hasta esa fecha.
La incertidumbre sobre el futuro de Alemania impacta en toda Europa. Con una economía debilitada y un entorno político inestable, el próximo gobierno deberá tomar decisiones clave para garantizar el crecimiento y la estabilidad del país. Las elecciones del 23 de febrero marcarán un antes y un después en la historia política alemana.