Por Agroempresario.com
La preocupación por la calidad del agua en el río Paraná sigue en aumento, especialmente en la zona de Entre Ríos, donde se han detectado niveles alarmantes de contaminación. Pese a la evidencia, las autoridades aún no han tomado decisiones firmes para enfrentar el problema.
Tras semanas de denuncias y la difusión de imágenes preocupantes, un informe reciente del Instituto Nacional del Agua (INA) confirmó la presencia de altos niveles de bacterias y residuos industriales en distintos puntos del río. Sin embargo, el reporte, que se esperaba para inicios de mes, fue publicado con una demora considerable, generando inquietud en la población.
Según los datos del informe, en la costa de Entre Ríos se detectaron concentraciones de Escherichia coli que superan los valores recomendados para actividades recreativas. En algunos sectores, las mediciones alcanzaron 1500 UFC/100 mL, cuando el límite seguro es de 1000. También se encontraron niveles elevados de enterococos, lo que incrementa el riesgo sanitario.
En relación con la contaminación industrial, los especialistas alertaron sobre la presencia de metales pesados y compuestos químicos en las aguas cercanas a los puertos y zonas de descarga. Esto se atribuye, en parte, a la falta de controles efectivos sobre los efluentes de las industrias instaladas en la región.
A pesar de la gravedad del diagnóstico, hasta el momento no se anunciaron restricciones para el uso recreativo del agua ni medidas de saneamiento específicas. Organizaciones ambientalistas y especialistas han insistido en la necesidad de una respuesta inmediata para evitar riesgos mayores en la salud de la población.
El problema de la contaminación del Paraná no es nuevo, pero la falta de medidas concretas agrava la situación. Mientras tanto, la ciudadanía sigue esperando soluciones que permitan garantizar la seguridad del agua en una de las regiones más importantes del país.