Por Agroempresario.com
La reciente licitación de títulos del Tesoro dejó en claro la estrategia del Gobierno: mantener tasas elevadas para incentivar la demanda de pesos y evitar una mayor presión sobre el tipo de cambio. En un contexto de incertidumbre internacional y volatilidad en los mercados, la administración de Luis Caputo busca reducir la dolarización de portafolios y mantener el atractivo de la inversión en moneda local.
La suba de tasas aplicada en la licitación se ubicó entre el 35% y 36% anual en pesos, muy por encima de la inflación esperada para 2025, que según el Relevamiento de Expectativas de Mercado se situaría por debajo del 25%. Además, este rendimiento supera ampliamente el ajuste mensual del dólar oficial, fijado en apenas un 1% desde este mes, fortaleciendo así la estrategia oficial de alentar la liquidación de divisas y desalentar la especulación cambiaria.
El mensaje para el sector agroexportador es contundente: conviene liquidar divisas cuanto antes. La combinación de una baja de retenciones y tasas reales positivas en pesos ofrece incentivos para que los productores vendan su cosecha en el corto plazo. Postergar ventas podría representar un perjuicio en un contexto donde el Gobierno busca reforzar la demanda de pesos y fortalecer el balance del Banco Central.
Por otro lado, los inversores también encuentran en este escenario una oportunidad para beneficiarse del "carry trade", es decir, la estrategia de posicionarse en activos en pesos aprovechando tasas altas y estabilidad cambiaria. Con una brecha cambiaria inferior al 15% y un compromiso oficial de mantener el dólar financiero bajo control, la opción de colocar fondos en bonos o plazos fijos en moneda local se vuelve más atractiva.
Sin embargo, no todo el panorama es positivo. La suba del riesgo país, que escaló hasta los 769 puntos básicos, refleja la desconfianza de los mercados y la cautela respecto al futuro económico argentino. A pesar de ello, los dólares financieros han mostrado estabilidad, lo que sugiere que el control cambiario sigue siendo efectivo, al menos en el corto plazo.
Además, factores internos como el aumento en el precio de la carne impulsarán la inflación de febrero, lo que podría justificar una política de tasas aún más restrictiva. En este contexto, el Tesoro logró un refinanciamiento del 165% de los vencimientos, absorbiendo 1,74 billones de pesos que se depositaron en la cuenta del Banco Central, según explicó el secretario de Finanzas, Pablo Quirno.
El mercado sigue de cerca las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), un factor clave para definir el rumbo de la economía en los próximos meses. Caputo reiteró que el acuerdo se cerrará dentro del primer cuatrimestre, pero la incertidumbre sobre el desembolso de fondos para fortalecer reservas y la sostenibilidad del régimen cambiario hasta las elecciones de octubre mantiene en vilo a los inversores.
En la medida en que el Gobierno demore la resolución de estas cuestiones, el mercado local podría continuar con volatilidad y el Banco Central enfrentará dificultades para mejorar su balance. La estrategia de tasas altas puede sostener la demanda de pesos en el corto plazo, pero las definiciones sobre la política cambiaria y el acuerdo con el FMI serán determinantes para el futuro financiero del país.