Por Agroempresario.com
El sector ganadero argentino está atravesando un momento de incertidumbre a tan solo diez días del inicio de la campaña de vacunación contra la fiebre aftosa. La preocupación principal radica en la falta de definición sobre el precio de las vacunas, un insumo esencial para garantizar el estatus sanitario del país y el acceso a mercados internacionales. En medio de un clima de especulación, dos importantes entidades rurales han alzado la voz para exigir respuestas concretas, mientras los productores aguardan con ansiedad por el precio final.
La primera en hacer público el reclamo fue la Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (Farer), que a través de un comunicado expresó su desconcierto ante la falta de información sobre el costo de las vacunas. Según la entidad, hasta el momento no se conocen los valores de las dosis por parte de los laboratorios responsables de su fabricación. En Argentina, solo dos empresas fabrican la vacuna contra la aftosa: Biogénesis Bagó y Centro Diagnóstico Veterinario (CDV). Sin embargo, a pesar de las denuncias, fuentes de la industria negaron la falta de precios, afirmando que los valores no han cambiado con respecto a la campaña anterior.
En particular, CDV reconoció el problema y se mostró comprensivo con la preocupación del sector. "Estamos al tanto del reclamo de las entidades y entendemos la preocupación del sector", señaló Fernando Matticoli, director comercial de la empresa, aunque no ofreció una respuesta definitiva sobre el precio.
El problema ha generado una gran inquietud, especialmente porque la inflación en el país ha mostrado una clara previsibilidad, lo que debería facilitar el cálculo del costo de cada dosis. Sin embargo, las entidades rurales denuncian que se está dando una especulación en los precios, con rumores de que los laboratorios estarían buscando aumentar el costo de la vacuna de manera considerable. En el mercado argentino, el precio históricamente ha sido de aproximadamente 1 dólar por dosis, lo que representa alrededor de 100 millones de dólares anuales para vacunar a las más de 52 millones de cabezas de ganado que habitan en el país.
De acuerdo con fuentes cercanas a la industria, los laboratorios estaban evaluando llevar el costo de la vacuna al valor del kilo de ternero o novillo, que actualmente supera los 3.000 pesos. Esta especulación ha generado preocupación, ya que algunos temen que los costos se disparen aún más, lo que podría afectar tanto a los productores como a las fundaciones encargadas de la compra de las dosis.
A lo largo de 2022 y 2023, la campaña de vacunación contra la aftosa ya había generado controversia debido a los altos costos de la vacuna en comparación con los precios en países vecinos. En ese contexto, el laboratorio local Tecnovax solicitó permiso para importar vacunas desde Brasil, asegurando que podía garantizar un precio más bajo que el cobrado en ese momento. La situación fue tan grave que incluso se presentaron proyectos de ley para facilitar la importación de vacunas. En su momento, el costo de la vacuna llegó a 1.900 pesos, pero después de que Federico Sturzenegger, actual ministro de Desregulación y Transformación del Estado, hablara del costo del insumo en Argentina frente a la región, el precio bajó a 1.400 pesos. A pesar de esto, la importación de vacunas desde Brasil no ha avanzado como se esperaba.
Nicasio Tito, presidente de Farer, también se mostró preocupado por la falta de claridad en torno a los precios, mencionando que la Fundación contra la Lucha de Fiebre Aftosa (Fucofa) en Entre Ríos, responsable de la campaña en esa provincia, suspendió una asamblea prevista para discutir la vacunación, algo que no ocurría desde hace más de 15 años.
"Hay una gran especulación para brindar el precio a las fundaciones que son las que hacen las compras millonarias", dijo Tito, quien agregó que en las grandes cadenas de veterinarias, el precio de la vacuna es de 1.100 pesos para los productores privados. En medio de esta incertidumbre, se especula que el precio podría rondar los 1.400 pesos, pero los productores enfrentan un panorama incierto, pues aún no se ha definido el precio final.
Fernando Ferrari, coordinador de Carnes de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), se mostró preocupado por la falta de definición en el precio, un hecho sin precedentes a tan pocos días del comienzo de la campaña. "Nunca pasó que a 10 días todavía no tengamos precio. Es muy raro que los laboratorios todavía no tengan el precio definitivo de la vacuna", señaló Ferrari.
El coordinador de Carbap también destacó que en el pasado, los precios de las vacunas eran definidos con anticipación, y el costo por dosis era de 1 dólar. Sin embargo, en esta campaña, los laboratorios han mencionado que el precio actual es de 1.100 pesos y que se espera un aumento. Esta incertidumbre está generando gran preocupación en los productores, ya que la vacuna es uno de los principales costos para el sector ganadero.
A pesar de esta situación, las entidades rurales han dejado en claro que no se oponen a la vacunación, ya que consideran que mantener el estatus sanitario es fundamental para evitar brotes de aftosa, los cuales podrían causar un gran daño económico tanto a Argentina como a la región. Sin embargo, las entidades piden que se modifiquen ciertos aspectos de la estrategia de vacunación, especialmente en relación con las categorías de animales a vacunar.
"El año que viene habrá cambios en la estrategia de vacunación. Las entidades estamos pidiendo dejar de vacunar algunas categorías. En cada segunda campaña queremos que novillos, vaquillonas y novillitos dejen de vacunarse y que sean solo los terneros los que reciban doble dosis, como hacen en Paraguay y Uruguay", explicó Ferrari. Esta modificación en la estrategia busca reducir los costos sin comprometer la seguridad sanitaria del ganado.
Farer también instó al Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) a que considere la eliminación de la vacunación en algunas categorías, lo que representaría un alivio económico para los productores. Según la entidad, esta eliminación no generaría ningún tipo de riesgo sanitario y sería una medida que aliviaría la presión económica que enfrentan los ganaderos.
Desde CDV, Fernando Matticoli expresó que la empresa está al tanto de los reclamos y que se está evaluando el momento y el porcentaje de ajuste de los precios. En los próximos días, la empresa espera ofrecer más claridad a los productores y a las entidades responsables de coordinar la campaña de vacunación.