Por Agroempresario.com
En 1951, en la ciudad de Córdoba, Argentina, se inauguró una construcción sin precedentes a nivel mundial: la primera casa giratoria. Diseñada por Abdón Sahade, un inmigrante sirio autodidacta, esta innovadora vivienda fue concebida para seguir el recorrido del sol y optimizar la luz natural en cada una de sus habitaciones. Más de medio siglo después, la casa enfrentó la amenaza de ser demolida, pero un gigantesco operativo logró trasladarla y preservarla como parte del patrimonio arquitectónico del país.
La idea de Sahade no era solo un capricho arquitectónico, sino un proyecto funcional con una clara intención de eficiencia energética y confort. Con una estructura circular de 130 metros cuadrados y 13 metros de diámetro, la vivienda fue diseñada para girar 360 grados sobre su eje, permitiendo que sus habitaciones siempre recibieran luz natural.
El mecanismo de giro, compuesto por rieles y ruedas de ferrocarril, estaba accionado por dos motores trifásicos de tres caballos de fuerza cada uno y una caja reductora. La rotación de la casa era lenta e imperceptible, a una velocidad de un metro por minuto, completando un giro total en aproximadamente 55 minutos. Pero lo que realmente asombró a los expertos fue su sistema de abastecimiento de agua y electricidad, que funcionaba de manera ininterrumpida incluso mientras la casa estaba en movimiento.
Para sorpresa de muchos, Sahade no era arquitecto ni ingeniero. Su nieto, Carlos Sahade, recuerda que “mi abuelo era ingeniero de alma, aunque no había estudiado”. Su pasíon por la innovación lo llevó a autofinanciar el proyecto, que fue finalmente inaugurado el 10 de julio de 1951 en el barrio de Nueva Córdoba, ante la mirada curiosa de vecinos y autoridades locales.
A pesar de su carácter innovador, con el paso de los años la casa giratoria quedó rodeada por nuevas construcciones en Nueva Córdoba. Tras la muerte de su creador en 1954, la vivienda continuó en manos de su familia hasta que en 2002 enfrentó su más grande desafío: la posibilidad de ser demolida para dar paso a un moderno edificio de 24 pisos.
La noticia generó un fuerte debate en la sociedad cordobesa, y una encuesta del diario La Voz del Interior reveló que el 80% de los ciudadanos se oponía a su destrucción. Finalmente, se tomó la decisión de trasladarla al Museo de la Industria para preservar su legado.
El 22 de abril de 2004, se realizó un operativo sin precedentes para trasladar la estructura completa a lo largo de 26 cuadras hasta su nuevo hogar. La tarea requirió un carretón con 128 ruedas y la remoción temporal de cables, ramas y obstáculos urbanos. Miles de personas siguieron el traslado con emoción, celebrando la conservación de este tesoro arquitectónico.
Hoy, la casa giratoria es una de las principales atracciones del Museo de la Industria en Córdoba, donde se conserva en perfecto estado y con su mecanismo de rotación en funcionamiento. Para los especialistas, representa no solo un hito de la arquitectura argentina, sino también un testimonio del ingenio y la determinación de un hombre que se adelantó a su tiempo.
El sueño de Abdón Sahade de dejar un legado a su ciudad se hizo realidad, y hoy su obra sigue inspirando a generaciones de innovadores y emprendedores. Su casa, que alguna vez desafío las normas de la construcción tradicional, sigue girando y desafiando al tiempo, como un verdadero monumento al espíritu visionario de su creador.