Por Agroempresario.com
Tropic, una empresa británica de biotecnología con sede en Norwich, ha desarrollado una innovadora banana genéticamente editada que tiene la capacidad de mantener su pulpa clara durante más tiempo. Utilizando una tecnología avanzada conocida como Geigs, similar al famoso CRISPR, los científicos de la compañía han modificado la variedad Cavendish de banana, ralentizando su proceso de oxidación, lo que podría traer grandes beneficios tanto en términos ambientales como comerciales.
La banana editada genéticamente ya ha sido aprobada en los Estados Unidos y Canadá, y ahora está a la espera de la autorización en el Reino Unido. Esta nueva versión de la fruta no solo prolonga su vida útil, sino que también presenta un avance significativo en la reducción del desperdicio de alimentos, un problema que ha afectado a la industria agrícola durante años.
Las bananas han sido una de las frutas más consumidas a nivel mundial durante más de 10.000 años. Sin embargo, una de sus características más problemáticas ha sido su rápida oxidación cuando entra en contacto con el aire, lo que provoca que su pulpa se ponga marrón en cuestión de minutos. Este fenómeno ha limitado el uso de bananas en productos preparados y en ensaladas de frutas, ya que su aspecto poco atractivo y su rápida descomposición hacen que los consumidores y las empresas se deshagan de ellas.
Tropic ha logrado solucionar este problema mediante una intervención genética que elimina los genes responsables de la producción de polifenol oxidasa, la enzima que cataliza el proceso de oxidación de la fruta. “Las bananas tienen el mismo sabor, aroma y dulzor que las tradicionales, la única diferencia es que la pulpa no se oscurece tan rápido”, explicó Gilad Gershon, cofundador de Tropic, en una entrevista con el diario británico The Telegraph.
Una de las características clave de esta innovación es que no se introducen genes de otras especies, lo que facilita su aprobación regulatoria en comparación con los organismos genéticamente modificados tradicionales. Esto representa un avance importante para la biotecnología agrícola, ya que aumenta la aceptación de estos productos en mercados más conservadores respecto a los alimentos modificados.
El impacto de la nueva banana de Tropic no solo se limita a la prolongación de su vida útil. Según estimaciones de la empresa, la reducción del desperdicio de bananas podría contribuir a disminuir las emisiones globales de CO2 en más de 9 millones de toneladas al año. Esto se debe a que una menor cantidad de frutas desechadas significa menos transporte, menos recursos utilizados en la producción de bananas y, por ende, menos emisiones de gases de efecto invernadero.
Al mantener su color por más tiempo, esta nueva banana también podría ser integrada en una mayor variedad de productos procesados y listos para el consumo. Esto abriría un mercado adicional dentro de la industria alimentaria, especialmente para aquellos productos que requieren una vida útil más larga, como las ensaladas de frutas empaquetadas, los jugos y otros artículos preparados.
El trabajo de Tropic no se detiene en la modificación del tiempo de oxidación de la banana. La empresa planea lanzar futuras versiones de la fruta que sean capaces de mantenerse verdes durante 10 días adicionales, lo que facilitaría su transporte sin la necesidad de utilizar productos químicos adicionales. Esto permitiría un ahorro significativo en los costos logísticos y en el uso de productos conservantes, lo que sería una gran ventaja para la industria de distribución de alimentos.
Además, Tropic está trabajando en el desarrollo de bananas resistentes a enfermedades como la Sigatoka Negra y el Mal de Panamá, dos de las principales plagas que afectan las plantaciones de bananas en América Latina y Asia. Estas enfermedades han obligado a los agricultores a aumentar el uso de pesticidas y a implementar medidas que han perjudicado la sostenibilidad de la producción global de bananas. Con la creación de bananas resistentes a estos problemas, Tropic espera reducir la dependencia de estos químicos y garantizar una producción más estable y ecológica.
A pesar de los beneficios potenciales de la edición genética, este tipo de innovaciones sigue generando escepticismo en ciertos sectores. Críticos de la biotecnología se refieren a estos productos como “Frankenfruits” (frutas Frankenstein) y cuestionan la seguridad de los mismos, así como su impacto en la biodiversidad y la salud humana. Sin embargo, las bananas de tipo Cavendish, que representan alrededor del 99% del consumo global, ya son un producto de manipulación genética. Estas bananas, que no producen semillas y se propagan por esquejes, son genéticamente idénticas y, por lo tanto, vulnerables a enfermedades. Por esta razón, los expertos ven la intervención genética como una posible solución a largo plazo para la supervivencia de esta variedad.
No es la primera vez que un producto editado genéticamente llega al mercado. En Japón, por ejemplo, se comercializa un tomate modificado con Crispr desde 2021, y otras iniciativas en la agricultura buscan aprovechar esta tecnología para mejorar la calidad y la sostenibilidad de los cultivos.
Con la banana como la fruta más consumida en países como el Reino Unido, el éxito de esta innovación podría representar un avance significativo en la aceptación global de alimentos editados genéticamente. Mientras tanto, Tropic continúa con su misión de cambiar la forma en que se cultivan y consumen las bananas, con la esperanza de contribuir tanto a la economía como al medio ambiente.