Por Agroempresario.com
La selva misionera argentina fue testigo de un hallazgo trascendental: la reaparición de un ejemplar juvenil de águila harpía (Harpia harpyja), una de las aves rapaces más poderosas de Sudamérica y críticamente amenazada de extinción. Tras veinte años sin registros confirmados en Argentina, los investigadores Sergio Moya y Manuel Encabo lograron capturar su imagen, marcando un hito para la conservación de la especie.
El hallazgo se produjo en agosto de 2024, después de años de investigaciones y expediciones en diversas zonas selváticas del país. "Eso que estaba en el video, que apenas me dejaba respirar mientras la filmaba y la observaba, puede que sea la noticia más importante y esperanzadora en cuanto a conservación de nuestra selva misionera en los últimos años", declaró Moya, investigador y fotógrafo. Encabo, especialista en aves rapaces con posgrado en Biología de la Conservación, añadió que "tuvimos la suerte o el premio de poder registrar al águila harpía, la más poderosa del planeta y una de las rapaces más raras y amenazadas".
El avistamiento de la águila harpía no fue fruto del azar, sino de un meticuloso trabajo de investigación de más de veinte años. Encabo y Moya han dedicado innumerables horas de campo recorriendo reservas en Misiones, Formosa, Salta y Jujuy, en busca de pruebas de la presencia de la especie.
Las vastas extensiones de selva, con más de 240.000 hectáreas de bosque denso, dificultaron la búsqueda. La águila harpía es una especie esquiva que vuela bajo entre las copas de los árboles, lo que hace que su avistamiento sea especialmente desafiante. Para superar estas dificultades, los investigadores emplearon tecnologías avanzadas como cámaras de largo alcance y monitoreo de sonidos característicos del ave.
El ejemplar hallado, un juvenil de aproximadamente dos años de edad, representa una esperanza para la especie en la región. Según Encabo, "este registro es clave para evaluar la situación de la águila harpía en Argentina y determinar las acciones necesarias para su conservación". Además, el equipo de la Fundación Caburé y el investigador Facundo Barbar han sido piezas fundamentales en el seguimiento y estudio de la especie.
Considerada una de las aves más grandes y poderosas del mundo, la águila harpía puede alcanzar hasta un metro de altura y pesar nueve kilos. Como depredador tope en su ecosistema, se alimenta principalmente de mamíferos como monos y perezosos, lo que la convierte en un indicador clave de la salud de los bosques tropicales.
Sin embargo, su supervivencia está amenazada por diversas razones:
El avistamiento de este ejemplar juvenil renueva las esperanzas de los conservacionistas y destaca la importancia de seguir protegiendo su hábitat natural. Según Moya, "este hallazgo nos impulsa a redoblar esfuerzos para garantizar que la águila harpía no desaparezca de nuestra selva".