Por Agroempresario.com
Cada 7 de mayo, el mundo celebra el Día Internacional del Sauvignon Blanc, uno de los varietales blancos más antiguos y reconocidos del mundo vitivinícola. Originario de la región de Burdeos, en el suroeste de Francia, su nombre evoca a las vides salvajes que crecían libremente en Europa antes de la domesticación vitícola. A pesar de su largo linaje, el Sauvignon Blanc mantiene un atractivo fresco y contemporáneo, capturando año tras año a nuevos entusiastas del vino.
En la Argentina, el crecimiento del consumo de este varietal ha sido sostenido: en la última década aumentó un 6,2% en el mercado interno, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). Actualmente, es el tercer vino blanco más consumido del país, solo detrás del Torrontés Riojano y el Chardonnay.
El enólogo Juan Pablo Solís, de la Bodega Kaiken, explica que el Sauvignon Blanc se diferencia claramente de otros varietales blancos por su perfil vibrante: “Mientras el Chardonnay tiende a ser más cremoso y evolucionar hacia notas de frutos secos con la crianza, el Sauvignon Blanc ofrece una acidez punzante, aromas intensos a cítricos, pasto recién cortado y, en ocasiones, frutas tropicales como el maracuyá o el pomelo rosado. Es más austero en expresión floral que el Torrontés, que se caracteriza por su perfume especiado y floral”.
El auge de esta variedad en el país responde a múltiples factores, entre ellos la mejora en la calidad de los vinos blancos argentinos. Según Solís, esto se debe a un “trabajo diferencial en la viticultura”, con la búsqueda de microzonas ideales y nuevas prácticas enológicas que maximizan la expresión del terroir.
Con 43.468 hectolitros producidos en 2024, el Sauvignon Blanc representa el 1,9% del total de varietales comercializados en Argentina y el 12,2% dentro del segmento de vinos blancos. Aunque su superficie cultivada cayó un 18,6% en los últimos diez años, sigue ocupando un lugar destacado en el mercado interno y en las exportaciones.
Hoy existen 1.823 hectáreas cultivadas de Sauvignon Blanc en Argentina. Mendoza lidera ampliamente con el 77,3% de la superficie total, seguida de San Juan y Neuquén. Esta variedad se reconoce fácilmente en el viñedo por sus racimos pequeños y compactos, y sus hojas medianamente lobuladas.
En regiones como Agrelo, en Luján de Cuyo, a 950 metros de altura, las bodegas producen Sauvignon Blancs de altísima calidad. En Bodega Kaiken, utilizan esta cepa para elaborar un blend junto con Semillón que busca capturar la frescura y complejidad del terroir mendocino. "Queríamos una mezcla elegante, fresca, de inspiración bordelesa, que reflejara la calidad de nuestros viñedos y el cuidado en la elaboración", comenta Solís.
De acuerdo a los especialistas, las recientes cosechas han sido muy favorables para esta variedad. “Tuvimos primaveras y veranos con condiciones ideales que nos permitieron cosechas tempranas, fundamentales para preservar la acidez natural y la expresión frutal que define al Sauvignon Blanc”, detalla Solís.
La vibrante acidez del Sauvignon Blanc lo convierte en un aliado gastronómico versátil. Lucas Löwi, director general de Terrazas de los Andes, señala que “es ideal para realzar platos frescos y equilibrar preparaciones grasas o especiadas”. Entre sus recomendaciones de maridaje figuran los pescados blancos, mariscos, ceviches, quesos de cabra y quesos blandos como el Brie o el Camembert.
En viñedos de altura como los de Terrazas de los Andes, las uvas maduran lentamente debido a las bajas temperaturas y la marcada amplitud térmica. Esto favorece el desarrollo de una gran intensidad aromática y notas minerales únicas, propias de los suelos pedregosos de la cordillera. Según Löwi, el Terrazas de los Andes Reserva Sauvignon Blanc 2024 “combina frescura, notas cítricas y aromas herbáceos de montaña, con una acidez tensa pero equilibrada y un final largo y placentero”.
En Kaiken, en tanto, recomiendan disfrutar su Sauvignon Blanc-Semillón en ocasiones informales, acompañando platos ligeros como ensaladas, pescados grillados, risottos delicados, sushi o incluso platos con espárragos y hierbas frescas.
En cuanto a exportaciones, el Sauvignon Blanc ocupa el tercer lugar entre los varietales blancos argentinos que se venden al exterior. En 2024 se exportaron 30.816 hectolitros por un valor de 10,6 millones de dólares. La gran mayoría (95,3%) se comercializó como varietal puro.
A pesar de estos números, las exportaciones de Sauvignon Blanc disminuyeron un 35,7% en volumen y un 16,5% en valor respecto a 2015. Su participación en el volumen total de varietales exportados pasó del 2,1% al 1,7%, reflejando los desafíos de un mercado internacional cada vez más competitivo.
Francia, Nueva Zelanda y Chile son hoy los principales productores mundiales de esta cepa, según la prestigiosa revista La Revue du Vin de France. Sin embargo, Argentina, gracias a la diversidad de sus terroirs y el esfuerzo de sus bodegas, se afianza como un productor de Sauvignon Blancs de altísima calidad que poco tienen que envidiar a los grandes referentes del mundo.