Ganadería argentina bajo presión: tributa un 50% más que sus competidores regionales

Por Agroempresario.com 

La ganadería en Argentina atraviesa un momento de transformación, con avances concretos en materia de desregulación, pero aún enfrenta obstáculos estructurales que impiden su pleno desarrollo. Así lo expresó Dardo Chiesa, Coordinador de la Mesa Nacional de Carnes, quien reconoció los logros alcanzados por el Gobierno, pero advirtió que la presión impositiva sigue siendo excesiva, especialmente en comparación con los países vecinos.

En diálogo con Chacra Agro Continental, Chiesa señaló que “transcurrido ya más de un año de gestión del Gobierno, queremos poner en blanco y negro qué es lo que se cumplió y en qué parte estamos de los lineamientos propuestos para la ganadería argentina”. En esa línea, destacó medidas como la eliminación de restricciones a la exportación, la reducción de derechos de exportación (DEX) y la supresión de declaraciones juradas como pasos positivos hacia una mayor libertad comercial.

Sin embargo, el referente del sector fue enfático al advertir que “falta un montón” para lograr un entorno verdaderamente competitivo. Según Chiesa, persisten trabas estructurales como “la modificación del impuesto a las ganancias por tenencia, el establecimiento de un estatus sanitario único y una verdadera simplificación tributaria”. También subrayó la persistencia de gravámenes como ingresos brutos, tasas municipales y otras cargas que, en conjunto, minan la rentabilidad.

Uno de los puntos más preocupantes, según Chiesa, es la diferencia tributaria con los países de la región. “Si nos comparamos con nuestros competidores, Brasil y Uruguay, estamos con un 50% más de carga impositiva”, afirmó. En este sentido, elogió la reciente reforma fiscal brasileña que implementó un “super IVA” que unifica impuestos estaduales y federales, reduciendo así la burocracia y los costos operativos para el productor.

“En Argentina seguimos con una estructura fiscal pesada y desordenada, y eso afecta directamente la competitividad del sector ganadero”, remarcó. Chiesa también cuestionó las condiciones desiguales en las que se compite: “Hoy entra carne de cerdo, de pollo y vacuna desde Brasil, y si bien podemos competir porque tenemos calidad, lo hacemos en desventaja”.

Otro de los temas que preocupa al sector es la situación interna del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA). Si bien reconoció su prestigio internacional, Chiesa advirtió que el organismo “está en un momento crítico hacia adentro”. Reclamó su autonomía institucional y destacó la necesidad de contar con “recursos humanos bien remunerados y tecnología de punta” para garantizar la apertura de mercados internacionales y brindar calidad sanitaria a los consumidores locales.

En este contexto, el reclamo del sector ganadero se centra en lograr reglas claras, estables y equitativas que permitan proyectar inversiones de largo plazo. La alta presión fiscal no solo reduce la competitividad frente al exterior, sino que también desalienta la formalización y el crecimiento de una actividad clave para las economías regionales.