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Después de varios meses de retraso en la comercialización del maíz de la nueva campaña debido a las lluvias intensas y los caminos intransitables, el sector experimentó un repunte histórico en el ingreso de camiones al Gran Rosario. Según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la semana pasada se registró el segundo mayor ingreso de camiones de maíz en la historia para el período semanal: cerca de 136.000 toneladas de maíz fueron trasladadas por 4.850 vehículos, marcando una de las mayores cifras desde 2019, cuando el promedio diario superó los 5.000 camiones.
El informe de la BCR destacó este acontecimiento como un punto de inflexión en el mercado de granos. "Al inicio de marzo, los ingresos de camiones eran bajos debido a las dificultades para acceder a los campos por las lluvias, pero la situación cambió drásticamente", señaló Matías Contardi, integrante de la Dirección de Informes y Estudios Económicos de la BCR. Según él, el impacto del maíz temprano se sintió con fuerza la semana pasada, con 136.000 toneladas de maíz ingresando a los puertos del Gran Rosario, un volumen que no se alcanzaba desde hace varios años.
Este repunte, sin embargo, contrasta con el rezago que aún muestra la comercialización del cereal. Según la BCR, el avance de ventas del maíz alcanza apenas el 21% de las 44,5 millones de toneladas estimadas para esta campaña, mientras que el promedio de los últimos cinco años para esta misma fecha se situaba en el 33%. Esto significa que las ventas se encuentran 12 puntos por debajo del promedio histórico y 5 puntos por debajo del año pasado. Este desfase se debe principalmente a la falta de condiciones para acceder a las cosechas debido a las intensas lluvias y los problemas logísticos.
A pesar de esta desaceleración en la comercialización, la BCR destacó que la campaña muestra un aspecto positivo: el porcentaje de negocios en firme ha aumentado en comparación con la campaña anterior. Según Contardi, esta mejora está vinculada a los precios más atractivos del cereal en los últimos meses y a una fuerte demanda externa. "La proporción de negocios en firme supera en 10 puntos porcentuales a la campaña pasada, lo que refleja un mayor interés por parte de los compradores internacionales", indicó.
En cuanto a la proyección total de la cosecha de granos para este año, la BCR había estimado a fines de 2024 una producción de 143 millones de toneladas. Sin embargo, las condiciones climáticas adversas, como las lluvias a destiempo, el calor extremo de enero y la falta de agua en febrero, afectaron considerablemente la producción. Actualmente, la proyección se encuentra en 127 millones de toneladas, con una estimación de ingreso de divisas por exportaciones del agro cercana a los 30.800 millones de dólares, una cifra similar a la del año pasado.
El maíz no ha sido ajeno a estos problemas climáticos. La plaga de la chicharrita, que afectó especialmente los lotes de siembra temprana, sumada a la caída del 22% en la superficie sembrada en la región centro, ha reducido la producción estimada del cereal. De las 52 a 53 millones de toneladas inicialmente previstas, la proyección actual se ha ajustado a 44,5 millones. Esto ha generado preocupación entre los productores, quienes no solo enfrentan la caída de la producción, sino también la incertidumbre por los precios.
Por otro lado, otro de los cultivos clave, el trigo, ha mostrado una oferta histórica en esta campaña. Con una producción estimada en 19 millones de toneladas y un stock de arrastre superior a los 4 millones de toneladas, la oferta de trigo es una de las mayores de la historia. Sin embargo, las exportaciones no avanzan al ritmo esperado. A pesar de que se han exportado 6 millones de toneladas, lo que representa el volumen más alto en los últimos tres años, el progreso en las exportaciones está muy por debajo de las expectativas, con un avance de solo el 46% frente a un objetivo de 12,8 millones de toneladas para la campaña.
Contardi advirtió que, para que el trigo argentino gane terreno en el mercado internacional, será clave la aparición de una demanda externa robusta, especialmente antes de la cosecha del hemisferio norte. Si no se concretan estas exportaciones, el exceso de oferta podría generar presión sobre los precios internos.
En el plano internacional, las tensiones en torno al comercio marítimo también están afectando a la cadena de suministro. El gobierno de Estados Unidos está evaluando una reglamentación que podría imponer aranceles de hasta 1,5 millones de dólares a los buques con bandera o fabricación china. Aunque aún se encuentra en etapa de consulta pública, ya se descuentan los posibles efectos sobre los precios del transporte y la competitividad del grano estadounidense. Algunos estudios estiman que el costo del transporte podría aumentar entre un 50% y un 90%, lo que afectaría la competitividad del grano estadounidense en los mercados internacionales.
A nivel local, la incertidumbre persiste y los productores se preparan para un año complicado. Si bien el ingreso de camiones al Gran Rosario marca un hito en la actividad comercial del maíz, los desafíos para los productores continúan. La combinación de factores climáticos, logísticos y económicos seguirá siendo clave para determinar el rumbo del mercado en los próximos meses.