Por Agroempresario.com
La construcción de un corredor ferroviario en Brasil, diseñado para mejorar la logística agrícola y facilitar la exportación de granos, ha generado una creciente preocupación ambiental. El proyecto, denominado Ferrogrão, consiste en una línea férrea de 933 kilómetros que conecta el corazón productivo de Mato Grosso con los puertos del Atlántico. A pesar de que se presenta como una solución para reducir costos y agilizar el transporte de granos como la soja y el maíz, estudios recientes han puesto en duda su impacto en el medio ambiente, especialmente sobre la Amazonía.
El proyecto, ideado durante la presidencia de Jair Bolsonaro, busca aliviar la saturación de las carreteras en la denominada "frontera agrícola" brasileña, zona donde las rutas actuales se ven colapsadas, especialmente durante las cosechas. La Ferrogrão se concibe como un componente clave para aumentar la competitividad del sector agropecuario, pero el informe elaborado por un grupo de universidades e investigadores del Observatorio del Clima arroja una perspectiva sombría sobre los efectos ambientales de la obra.
El estudio, que será presentado este jueves en Santarém, Pará, cuestiona de manera crítica las conclusiones del estudio de viabilidad gubernamental. Según los expertos, el informe oficial subestima el impacto que la construcción de la vía férrea tendrá en la deforestación, especialmente porque asume erróneamente que la expansión agrícola se limitará a tierras ya degradadas. Este supuesto es refutado por los investigadores, quienes subrayan que la dinámica histórica de uso de la tierra en la región muestra una tendencia constante a avanzar sobre bosques nativos, transformándolos en tierras de cultivo.
Entre 2012 y 2023, más de 1,3 millones de hectáreas de pastizales fueron convertidas en tierras de cultivo en la zona que rodea la línea férrea. A la par, otra cifra similar de bosques se transformó en pastizales, lo que evidencia cómo el avance de la agricultura está desplazando de manera progresiva a la selva amazónica. Esta expansión no ha seguido la premisa de utilizar únicamente tierras degradadas, como sugiere el gobierno, y sin un control efectivo, podría acelerar aún más la deforestación.
El informe señala que la falta de mecanismos de control sólidos y la presión de los monocultivos sobre los ecosistemas amazónicos podría convertir a la Ferrogrão en un nuevo motor de deforestación. La proyección de que la obra no tendrá consecuencias para la selva es calificada como “genérica” y “no probada” por los expertos.
Además, el evento en Santarém también dará a conocer otros dos informes críticos sobre la Ferrogrão, uno del Instituto Socioambiental (ISA) y otro de la Universidad Federal de Pará (UFPA), que coinciden en la necesidad de replantear el proyecto. Ambos informes sugieren que se deben implementar medidas efectivas para proteger la Amazonía antes de avanzar con la obra.
El agronegocio brasileño ha impulsado el proyecto con la idea de reducir los costos logísticos y mejorar la competitividad del país en los mercados internacionales. Sin embargo, muchos expertos coinciden en que, si no se toman en cuenta los riesgos ambientales, las consecuencias podrían ser devastadoras para la Amazonía, uno de los pulmones del planeta.