Por Agroempresario.com
En un contexto de tensión cambiaria e incertidumbre internacional, el directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) se reúne este viernes para definir si aprueba el nuevo acuerdo con la Argentina. El programa, enmarcado en la modalidad de Facilidades Extendidas, contempla un préstamo total de US$20.000 millones, a desembolsar en un plazo de cuatro años y con vencimientos hasta 2035.
Este nuevo entendimiento entre el organismo y el Gobierno de Javier Milei llega en un momento clave para la estabilidad económica local. Según fuentes oficiales, la primera parte del crédito podría alcanzar los US$8000 millones, y en el mejor de los casos escalar hasta US$12.000 millones, lo que permitiría recomponer parte de las reservas netas del Banco Central, hoy en terreno negativo.
Desde el FMI expresaron que el objetivo del acuerdo es "fortalecer la estabilidad macroeconómica, mejorar la sostenibilidad externa y promover un crecimiento más fuerte y duradero". Estas metas están alineadas con el plan económico del oficialismo, que busca consolidar el superávit fiscal y avanzar con reformas estructurales. El respaldo del Fondo también podría mejorar el acceso a financiamiento externo e incentivar nuevas inversiones.
Uno de los puntos más esperados tras la aprobación es el detalle sobre el nuevo esquema cambiario. El Gobierno analiza implementar bandas de flotación para el tipo de cambio, una herramienta que permitiría al Banco Central intervenir dentro de un rango de precios, brindando mayor previsibilidad al mercado. De concretarse, sería un paso hacia la eventual salida del cepo cambiario, aunque en el corto plazo no se esperan cambios drásticos.
En declaraciones recientes, el ministro de Economía, Luis Caputo, sostuvo que los fondos que ingresen serán de libre disponibilidad. Parte de ese dinero se destinaría a fortalecer las reservas y a refinanciar compromisos con el propio FMI. Sin embargo, algunos analistas advierten que los desembolsos podrían no ser en dólares líquidos, sino en Derechos Especiales de Giro (DEG), que requieren conversión para ser usados en el mercado.
La importancia del acuerdo también radica en que puede activar apoyos paralelos de organismos multilaterales como el Banco Mundial, el BID y la CAF. Según estimaciones del propio Caputo, las reservas internacionales podrían alcanzar los US$50.000 millones si se suman todos los aportes previstos.
Desde el Gobierno, aseguran que este nuevo programa marca una nueva etapa de relaciones con el FMI, con mayor flexibilidad en el uso de fondos y respaldo político internacional, especialmente de Estados Unidos, principal accionista del Fondo. Esto se da en paralelo con el intento de Argentina de posicionarse como un socio estratégico frente al nuevo contexto global dominado por tensiones comerciales y redefiniciones geopolíticas.
Con la mirada puesta en Washington y las reformas internas en marcha, la aprobación del directorio del FMI representa una señal clave para los mercados, para los sectores productivos como el agro, y para la recuperación de la economía argentina.