Por Agroempresario.com
La planificación de la cosecha fina 2025/26 en el sur bonaerense enfrenta un panorama desafiante, con márgenes productivos que exigen una evaluación precisa. Los recientes descensos en los precios del trigo, sumados al estancamiento del valor de la soja, han generado interrogantes sobre la viabilidad de esta clásica secuencia.
Según estimaciones del analista Santiago Poklepovic, la combinación trigo/soja proyecta márgenes netos negativos de -112 US$/ha en campos alquilados, con rindes estimados de 49 qq/ha para trigo y 13,3 qq/ha para soja, y precios forward de 200 US$/t para el cereal y 295 US$/t para la oleaginosa en mayo de 2026. En contraste, la secuencia cebada/soja muestra mejores resultados, con un margen neto positivo de 13 US$/ha, gracias a rendimientos proyectados de 52 qq/ha para la cebada y 15 qq/ha para soja de segunda.
Por otro lado, cultivos alternativos como girasol y maíz presentan rendimientos más atractivos en la región. El girasol, con un precio de 370 US$/t y rindes de 23 qq/ha, generaría un margen neto de 155 US$/ha. Mientras tanto, el maíz, con rindes esperados de 82 qq/ha y un precio de 180 US$/t, alcanzaría un margen neto de 342 US$/ha, destacándose como una opción sólida frente al doble cultivo.
Sin embargo, estas proyecciones deben interpretarse como un escenario estático, sujeto a variables como las condiciones climáticas y dinámicas de mercado. Por ello, se enfatiza la importancia de una planificación minuciosa que contemple la humedad del suelo y una cobertura comercial adecuada para mitigar riesgos y optimizar resultados.
A nivel regional, la cosecha fina demanda una revalorización estratégica en las rotaciones, aunque el doble cultivo sigue siendo competitivo en áreas con mayores potenciales de rinde para soja, como la zona núcleo. En este contexto, el maíz de primera también destaca como un competidor fuerte en términos de rentabilidad.
La clave para el éxito reside en la capacidad de adaptarse a las exigencias de un entorno productivo complejo, maximizando cada oportunidad dentro de un sistema de producción integral. La agroindustria argentina avanza, pero con cada campaña los detalles hacen la diferencia.