Por Agroempresario.com
En las costas del sur bonaerense, Reta es un balneario con más de 90 años de historia, cuyo origen se remonta a un proyecto familiar que soñó con un destino turístico único. Lucas Chillemi, nieto de una de las nietas del fundador, ha dedicado su tiempo a rescatar la historia de este pintoresco pueblo costero, que sigue vivo tanto en su corazón como en la memoria de aquellos que lo visitan generación tras generación.
Martín Reta, tatarabuelo de Lucas, donó las tierras para la creación del balneario, buscando convertirlo en un destino turístico, algo poco común para su época. “Nada fue ‘así nomás’. Martín se encargó de la agrimensura y lo pensó todo a largo plazo. Fue un proyecto que planeó con mucha visión: dónde iría cada calle, la escuela, las plazas. Era un hombre con un sueño claro”, comenta Lucas al recordar las palabras de su familia sobre el fundador. Para él, este proyecto fue más que una simple donación de tierras; fue un legado, una obra que se construyó con el objetivo de ofrecer algo único para las futuras generaciones.
Lucas, nacido y criado entre los campos de su familia y la Capital Federal, se presenta orgulloso de sus orígenes. Desde pequeño, la historia de Reta formó parte de su vida, tanto en las charlas familiares como en las visitas que realizaba al pueblo. “Mi abuela era la nieta de Martín Reta y aunque no lo conoció, siempre nos compartió historias sobre él. Toda la historia permanece muy vigente en mi familia, y es algo que me apasiona rescatar”, dice Lucas, quien además de ser fotógrafo, es un activo miembro del Museo y Fototeca Reta.
El acto formal de recepción de las tierras que dieron origen a la localidad fue firmado en 1929 por el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Valentín Vergara. Poco tiempo después, Martín Reta y su socio Claudio Rodríguez Otero impulsaron la construcción del Hotel Playa, un establecimiento que marcó la primera gran etapa turística del pueblo. Con 35 habitaciones, una sala de juegos y un acceso directo a la playa, el hotel fue un verdadero éxito hasta su cierre en 1938. Sin embargo, en 1945 reabrió bajo un nuevo nombre: Hotel Océano, gestionado por la familia Almeida. Funcionó hasta 1960 y, hoy en día, parte de su estructura se conserva como el Corralón La Rusa.
Lucas relata con entusiasmo cómo los primeros turistas llegaban a Reta en los años 30 y 40. “Venían desde la Capital Federal, La Plata y Tres Arroyos, a bordo de autos de última generación. Aquellos que no tenían vehículos tenían que tomar tres trenes hasta Copetonas y luego continuar en camioneta por caminos de tierra”, explica. Según cuenta, la llegada de asfalto en 2011 transformó la conectividad del pueblo, pero la esencia de su historia sigue intacta.
Un hito importante en la historia de Reta fue el remate realizado en la década del 40 en el Luna Park, que permitió que muchas personas compraran lotes a precios muy accesibles. “Algunos compraron dos o tres lotes como inversión, lo que permitió que el balneario se posicionara como un destino popular”, recuerda Lucas. Este remate ayudó a que Reta se convirtiera en un lugar conocido, al que llegaron turistas que, al igual que hoy, siguen enamorados del paisaje, la tranquilidad y la historia del lugar.
Generación tras generación, Reta sigue siendo un lugar de encuentro para aquellos que lo descubrieron en su juventud. “Hoy, muchos de los veraneantes que vienen desde hace 40 años lo hacen con sus nietos. Algunos hasta se han tatuado ‘Reta’ en el brazo”, comenta Lucas con una sonrisa. Para él, ese cariño por el lugar refleja la conexión única que los habitantes y turistas tienen con el balneario y su historia.
A través de su trabajo en el Museo y Fototeca Reta, Lucas continúa transmitiendo el legado de su tatarabuelo, mientras conserva la historia y las memorias de un pueblo que, a pesar del paso del tiempo, sigue siendo un destino que enamora a todos los que lo visitan.