Por Agroempresario.com
Luego de varios meses de condiciones bajo el dominio de La Niña, el clima en el Pacífico tropical ha entrado en una fase neutral del fenómeno ENSO, lo que genera un panorama más incierto para los próximos meses. Aunque las proyecciones a largo plazo son siempre inciertas, los pronósticos indican que la probabilidad de enfrentar un verano con El Niño es baja, y el escenario más probable parece ser uno neutral.
Desde principios de 2025, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) informó que La Niña ha llegado a su fin, con la transición hacia una fase neutral que continuará durante el invierno del hemisferio sur. Este cambio marca el fin de un período de sequías intensas en diversas partes de Argentina, que tuvo su punto máximo durante el último verano. Las aguas frías del Pacífico central, que fueron características de La Niña, se han disipado, y el enfriamiento ha dado paso a temperaturas más cálidas en la región ecuatorial del océano.
A pesar de que los modelos climáticos permiten predecir con relativa antelación el comportamiento de estos fenómenos, los meteorólogos advierten que aún existe incertidumbre respecto a lo que sucederá en los próximos meses. En la actualidad, los modelos muestran un escenario predominantemente neutral hasta la primavera, con menores probabilidades de que se registre un cambio hacia El Niño o La Niña. Las perspectivas a largo plazo indican que las condiciones neutrales continúan siendo las más probables para la región hasta principios del próximo verano.
Lo que se espera para el verano de 2025 es que el clima se mantenga en esta fase neutral, lo que representa un alivio para los productores agropecuarios, quienes históricamente han sufrido los efectos de la sequía generada por La Niña. Un escenario neutral implica que las condiciones climáticas son menos predecibles, pero también menos extremas en comparación con los cambios abruptos que genera El Niño. Esto, según los especialistas, representa una oportunidad para que los productores lleven adelante la siembra de la gruesa, como la soja y el maíz, sin las amenazas de un Niño severo que podría alterar el comportamiento de las lluvias.
El último reporte de la NOAA también menciona que las predicciones a largo plazo, especialmente para la primavera, se ven afectadas por lo que se conoce como la “barrera de previsibilidad”. Este fenómeno implica que los pronósticos realizados en la primavera del hemisferio norte suelen ser menos certeros debido a las fluctuaciones que pueden producirse en el cambio de fase de ENSO. Así, aunque la mayoría de los modelos climáticos se concentran en un clima neutral, no se puede descartar por completo el riesgo de un Niño para el futuro cercano.
Según el Instituto Internacional de Investigación para el Clima y la Sociedad (IRI), la probabilidad de que el fenómeno neutral persista hasta finales de 2025 es superior al 50%. Sin embargo, para la franja de noviembre de 2025 a enero de 2026, las posibilidades de que se presenten condiciones de La Niña aumentan a alrededor del 38%, mientras que las de El Niño se mantienen por debajo del 20%. Este dato refuerza la idea de que, si bien la previsibilidad de los fenómenos sigue siendo incierta, la fase neutral sigue siendo la opción más probable en el corto plazo.
Desde el punto de vista agrícola, el mantenimiento de un escenario neutral ofrece un respiro a los productores que temen los efectos devastadores de un Niño. La fase más amable, en términos de precipitaciones y temperaturas, facilita la siembra de cultivos de verano, como la soja y el maíz, en las principales regiones productivas de Argentina. La aparición de una nueva Niña podría haber traído consigo un escenario más complejo, con una acumulación de fenómenos climáticos desfavorables que no favorecen el buen desarrollo de los cultivos.
A medida que el otoño se transforma en invierno, la incertidumbre irá disminuyendo, y las proyecciones climáticas comenzarán a afinarse. Si bien no hay nada que los productores puedan hacer para alterar el comportamiento de la atmósfera, sí es importante prepararse para diversos escenarios y, en caso de que las condiciones cambien, implementar estrategias defensivas a largo plazo.
En definitiva, Argentina está dejando atrás un periodo de severas sequías causadas por La Niña, y los primeros pronósticos para los próximos meses apuntan a un escenario más favorable para los productores. De momento, el escenario neutral parece el más probable, con un clima menos extremo para la próxima campaña agrícola. Aún así, las incertidumbres persisten, y será necesario estar atentos a los cambios en las condiciones climáticas a medida que se acerque el verano de 2025.