Una revolución sobre rieles: Japón construyó una estación de tren en solo seis horas con impresión 3D

Por Agroempresario.com 

En una pequeña localidad costera del Japón rural, una estación de tren histórica fue reemplazada por una estructura moderna y minimalista, construida en apenas seis horas gracias a la tecnología de impresión 3D. El proyecto, pionero a nivel mundial, se llevó a cabo en Hatsushima, una aldea ubicada en la ciudad de Arida, prefectura de Wakayama, y promete marcar un antes y un después en el mantenimiento de infraestructuras ferroviarias en zonas remotas.

Durante la noche del 26 de marzo, tras la partida del último tren a las 23:57, un equipo de trabajo comenzó a ensamblar una estación completamente nueva con piezas impresas previamente en una fábrica ubicada a 800 kilómetros, en la isla de Kyushu. Con la llegada del primer tren del día siguiente, a las 5:45, el nuevo edificio ya estaba en pie. La hazaña, coordinada por la empresa Serendix y la Compañía de Ferrocarriles del Oeste de Japón (JR West), fue seguida de cerca por decenas de vecinos que se acercaron para presenciar el cambio.

La antigua estación, construida en madera en 1948, había estado en funcionamiento durante más de 75 años. Automatizada desde 2018, como muchas otras estaciones rurales del país, ya no contaba con personal permanente. La nueva estructura, mucho más pequeña, ocupa apenas 9,3 metros cuadrados y presenta un diseño funcional decorado con ilustraciones locales, como una mandarina y un pez sable, productos típicos de Arida.

El desarrollo fue impulsado por los desafíos que enfrenta el transporte ferroviario japonés: una población que envejece, una fuerza laboral en disminución y el alto costo de mantenimiento de instalaciones en zonas con baja densidad de pasajeros. En Hatsushima, por ejemplo, transitan entre uno y tres trenes por hora y la estación recibe a unos 530 pasajeros diarios. Bajo este contexto, el uso de tecnología 3D se presenta como una solución eficiente, económica y escalable para mantener el servicio en comunidades rurales.

“Normalmente, una obra así lleva meses. Gracias a esta técnica, el trabajo se realizó sin afectar el cronograma de trenes”, explicó Kunihiro Handa, cofundador de Serendix. La construcción tradicional hubiera tomado más de dos meses y duplicado el presupuesto. En cambio, las piezas fueron impresas y reforzadas con hormigón durante una semana en la fábrica, y luego transportadas en camiones hasta el lugar de instalación. Con el apoyo de una grúa, se ensamblan rápidamente en el sitio.

El nuevo edificio aún necesita ser equipado con sistemas como expendedoras de boletos y lectores de tarjetas. La inauguración oficial está prevista para julio, según informaron desde JR West, que impulsa este modelo como un posible estándar para futuras renovaciones ferroviarias. “La importancia de este proyecto radica en la reducción drástica del personal necesario”, destacó Ryo Kawamoto, presidente de JR West Innovations.

Para los vecinos, el evento fue tan emocionante como nostálgico. “Me entristece que se desmantele la estación que usé toda mi vida”, confesó Toshifumi Norimatsu, encargado de la oficina de correos cercana. “Pero también me enorgullece que estemos haciendo historia. Esta innovación puede beneficiar a muchas otras comunidades”.

Japón, país pionero en trenes bala y sistemas ferroviarios de alta tecnología, vuelve a sorprender al mundo con una solución simple, eficiente y adaptada a las necesidades actuales. En un contexto global donde muchas infraestructuras rurales se ven amenazadas por el abandono o la falta de inversión, la estación de Hatsushima es una prueba de que la tecnología puede ser aliada del desarrollo local, aún en los rincones más alejados del mapa.