Rubinstein analiza el nuevo esquema cambiario

El exsecretario de Finanzas analiza las medidas cambiarias y las diferencias con el pasado reciente

Rubinstein analiza el nuevo esquema cambiario
viernes 18 de abril de 2025

Por Agroempresario.com 

Gabriel Rubinstein, exsecretario de Política Económica durante el último tramo del gobierno de Alberto Fernández, analiza el nuevo esquema cambiario adoptado por la administración actual y las implicancias económicas de su implementación. En una entrevista exclusiva con Forbes, el economista sostiene que la salida del cepo era una medida necesaria, aunque reconoce que, como toda reforma económica, conlleva ciertos “daños colaterales”.

Rubinstein, quien formó parte del equipo de Sergio Massa en el Ministerio de Economía, resalta las diferencias entre la situación actual de Argentina y la que se vivió en los últimos años del gobierno anterior, particularmente respecto al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la falta de apoyo por parte de esta entidad en momentos clave. A su juicio, la intervención del FMI en la actualidad tiene un impacto positivo que no estuvo presente durante su gestión, un factor clave para entender las decisiones económicas tomadas en este nuevo escenario.

La salida del cepo como necesidad estructural

El economista comienza su análisis destacando que el nuevo esquema cambiario, que establece bandas para el dólar, constituye una solución parcial, aunque positiva, a un sistema cambiario “disfuncional” que Argentina arrastraba desde hace varios años. Para Rubinstein, la medida era inevitable y tenía que haberse tomado antes, dado el desgaste económico que producía mantener el cepo.

“Es una solución o un principio de solución a un sistema cambiario que era disfuncional; en algún momento debía haber alguna modificación”, reflexiona Rubinstein. Explica que el gobierno actual ha tomado la decisión de modificar el esquema cambiario con una mayor convicción y profundidad que en etapas anteriores, buscando que la inflación disminuya mientras se mantiene el control del tipo de cambio.

Aunque reconoce que la medida es arriesgada a corto plazo, debido a los posibles efectos negativos, como una inflación más alta en los próximos meses, ve en este cambio un camino necesario para reactivar la economía. “Es más sólido en esencia”, afirma, al tiempo que subraya la importancia del respaldo externo que ahora tiene el gobierno, algo que no existía antes.

Daños colaterales y expectativas inflacionarias

Entre los posibles “daños colaterales” que Rubinstein prevé, menciona un aumento de la inflación en los próximos meses, especialmente en abril, mayo y junio. Explica que el gobierno esperaba que la inflación en estos meses se mantuviera entre el 1,5% y 1,8%, pero estima que podría ser mucho más alta, con un aumento cercano al 4%. “Probablemente la inflación sea más alta en abril, mayo y junio”, indica.

El economista aclara que, además de los efectos directos sobre el tipo de cambio, la incertidumbre que genera la nueva política cambiaria podría llevar a muchos comerciantes y empresarios a remarcación de precios. Este escenario afectaría negativamente el proceso de desinflación que el gobierno intenta implementar. Asimismo, advierte que los salarios, que ya venían perdiendo poder adquisitivo, podrían quedar aún más rezagados respecto a la inflación, lo que generaría una retracción en el consumo, un fenómeno que podría afectar la reactivación económica.

economia

Sin embargo, Rubinstein considera que estos efectos, aunque negativos, no son necesariamente dramáticos y pueden ser asumidos por la economía a mediano plazo. Lo importante, subraya, es que la medida tomada por el gobierno contribuye a eliminar una de las principales incertidumbres económicas: el “Día D” en el que se esperaba la salida del cepo. Esta cuestión, según Rubinstein, ya no está sobrevolando el panorama, lo que da cierto margen para la estabilización de la economía.

¿Era el momento adecuado para salir del cepo?

En cuanto a si el momento era el adecuado para eliminar el cepo, Rubinstein no duda en señalar que “es polémico discutir cuál es el momento indicado”, pero que las circunstancias actuales eran las apropiadas para llevar a cabo este cambio. No obstante, aclara que el apoyo del FMI ha sido clave para que el gobierno haya podido tomar esta decisión.

“Ahora lograron el acuerdo del FMI y que llegaran US$ 12.000 millones de dólares, que por experiencia propia sé que es un logro muy importante”, comenta Rubinstein. Este respaldo externo, en su opinión, ha sido fundamental para que el gobierno pueda proceder con la reforma cambiaria y afrontar los posibles efectos negativos sin tanto riesgo. Sin embargo, recuerda que durante su gestión en 2022, el FMI no brindó el apoyo necesario para que se pudiera levantar el cepo. A pesar de que había un plan para devaluar el peso y liberar el tipo de cambio, el apoyo financiero externo nunca llegó.

El apoyo del FMI: un factor clave para entender la diferencia

Rubinstein profundiza en la comparación entre la situación actual y la que vivió el gobierno de Fernández, especialmente en relación con el FMI. Recuerda que, durante su gestión, el gobierno intentó implementar un plan de ajuste fiscal para reducir el déficit y estabilizar la economía, lo cual incluía una devaluación controlada. Sin embargo, el FMI no brindó el respaldo necesario en ese momento.

“Nosotros al Fondo le decíamos ‘si nos dan US$ 20.000 o US$ 30.000 millones el cepo se levanta mañana. La voluntad estaba’”, asegura Rubinstein. En su opinión, el FMI no estaba dispuesto a dar más dinero debido a la falta de credibilidad que había generado el préstamo previo a Argentina, y el gobierno de Fernández no pudo avanzar en la salida del cepo debido a la falta de ese apoyo crucial.

El economista recuerda que, en su gestión, Argentina había acumulado US$ 7.000 millones en reservas gracias a una serie de medidas, como el dólar soja, y que, aunque existían ciertas posibilidades de modificar el esquema cambiario, la falta de apoyo político y económico por parte del FMI hizo que la devaluación se postergara de manera indefinida.

Cortocircuitos políticos y falta de autoridad

Rubinstein también menciona que una de las razones por las cuales el FMI no apoyó más a la Argentina en 2022 fue la falta de autoridad política en el gobierno. Durante ese período, el liderazgo de la coalición gobernante estaba fragmentado y el entonces ministro de Economía, Sergio Massa, no gozaba de suficiente poder para tomar decisiones clave, como la devaluación del peso.

“Se tomaron medidas como la moratoria previsional, que en un primer momento dijimos que no, pero de pronto Alberto Fernández lo firmó. Entonces ahí hubo que darlo vuelta, minimizarlos, explicarlos... hubo algunos cortocircuitos”, recuerda Rubinstein. Estos conflictos internos, según el economista, fueron observados de cerca por el FMI, que no confiaba en la capacidad del gobierno para implementar las reformas necesarias.

La expectativa de los dólares del campo

Otro tema que se analiza en la entrevista es la posible contribución del sector agropecuario a la reactivación económica. Rubinstein considera que el campo podrá aportar dólares al país, aunque señala que existe cierto malestar en el sector debido a las altas retenciones y la sensación de que el campo está siendo castigado por la política fiscal.

“Va a llegar (el dólar del campo), pero hay una rentabilidad baja, además de la sensación de que están castigados por las retenciones, que no deberían existir”, afirma. Aunque reconoce que algunos productores están reticentes a vender, Rubinstein cree que la eliminación de la brecha cambiaria y el nuevo esquema cambiario van a incentivar la venta de granos, lo que contribuirá a la recuperación de las reservas.

Perspectivas económicas a mediano plazo

Finalmente, Rubinstein se muestra optimista respecto a la evolución de la economía si el gobierno mantiene el control sobre el tipo de cambio y sigue adelante con la disciplina fiscal. En su opinión, la estabilización de la moneda y la reducción de la inflación permitirían un “reacomodamiento” económico, que podría abrir las puertas a la reactivación.

“Si el Gobierno estabiliza el tipo de cambio y la situación fiscal sigue, buena, incluso un poco mejor, esa doble ancla, cambiaria y fiscal, y sin un horizonte de devaluación, porque no existe brecha, porque no existe un riesgo, la inflación tiene que ceder”, sostiene Rubinstein.

El rol del FMI y las inversiones

Por último, el exsecretario de Finanzas subraya que, a diferencia de lo sucedido en el pasado, la salida del cepo con el respaldo del FMI va a facilitar las inversiones. Para Rubinstein, la liberalización del mercado cambiario es esencial para atraer capitales internacionales, pues el cepo siempre fue un obstáculo importante para los inversores.

“Para que la inversión fluya no se puede pensar en cómo entrar o sacar dólares. Algunas empresas internacionales dicen no, y es una traba. Esto facilita y agiliza la economía argentina”, concluye.

 



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