Por Agroempresario.com
Patricio Albacete supo ser sinónimo de fortaleza en el rugby argentino. Con más de 15 años de trayectoria profesional y tres mundiales en el lomo, el ex segunda línea de Los Pumas no sólo dejó una marca dentro de la cancha, sino que también decidió proyectar su legado en otros terrenos. Hoy, retirado de la competencia desde 2019, Albacete divide su tiempo entre la escritura, el mundo del vino y el desarrollo de tecnologías aplicadas a los medios de pago.
Este 2025, Patricio sorprendió al mundo editorial con la publicación de Mil Batallas, su autobiografía editada por Planeta. Con 424 páginas cargadas de anécdotas, enseñanzas y momentos icónicos del deporte, el libro es también una puerta a su nueva vida. “Nunca tuve la idea de hacer una biografía”, confiesa. La idea surgió tras su retiro, con una propuesta que pareció casual pero que, con el paso del tiempo, terminó materializándose en un testimonio profundo y humano. “Había hecho bastante trabajo previo, y no quería que quedara inconcluso. Me contacté con Planeta y decidimos terminarlo”, cuenta.
En sus páginas repasa desde su debut en el Club Manuel Belgrano hasta su consolidación en el rugby europeo, donde brilló en Colomiers, Section Paloise, Stade Toulousain y Racing 92. En Francia alcanzó una de las etapas más exitosas de su carrera, coronándose campeón en cuatro ocasiones. Pero el pico más alto lo vivió con la camiseta celeste y blanca en el Mundial de Francia 2007, donde Los Pumas alcanzaron el histórico tercer puesto. “Fue un momento increíble, una conjunción de generaciones con experiencia y juventud muy prometedora”, recuerda Albacete.
El análisis del ex Puma no se limita al pasado. Su lectura del rugby actual, si bien distante del día a día, es aguda. Destaca el presente del seleccionado de seven, recientemente campeón en la Serie Mundial: “Hoy los jugadores de seven son especialistas. Eso fue clave para pegar el salto”. También se muestra optimista con el rumbo de Los Pumas y ve con buenos ojos el proceso que encabeza Felipe Contepomi. “Si logran mantener una estructura estable y un buen nivel, pueden alcanzar campeonatos y éxitos”, asegura.
El retiro del rugby fue el punto de partida para una reinvención. Si bien tuvo una experiencia como entrenador en su club de origen durante cuatro años, el foco se trasladó a nuevos proyectos. Uno de ellos fue 2456 Wines, una bodega que comparte con amigos y ex compañeros como Manuel Carizza, Eusebio Guiñazú y Julio Farías. “Empezó como una excusa para juntarnos”, cuenta Albacete. “Hicimos 7.000 botellas en el primer año y nos dimos cuenta de que gustó. Hoy producimos cerca de 60.000 por año y exportamos el 40% a Francia, Italia, Brasil, Reino Unido y España”.
El crecimiento del emprendimiento vitivinícola los llevó a pensar en grande. Actualmente proyectan un espacio receptivo en Mendoza que incluirá hotel, spa, bodega de exhibición y un restaurante. Pero ese no es el único negocio que lo tiene ocupado. En paralelo, Albacete está involucrado en el desarrollo de soluciones tecnológicas vinculadas a las billeteras virtuales y sistemas de pago. Tiene clientes en Chile y ya instalaron un sistema de transporte público similar al de la tarjeta SUBE.
La clave de su transición al mundo empresarial fue la formación académica. Tras dejar el rugby profesional, terminó su carrera en administración de empresas en Francia, algo que le había prometido a su padre antes de irse a jugar. Luego, hizo un máster en marketing, desarrollo de negocios internacionales y mercados financieros. También se formó como coach ontológico. “Vi a muchos ex compañeros perdidos después del retiro, y no quería que me pasara eso. Sabía que debía prepararme, tener herramientas y generar un nuevo camino profesional”, explica.
Hoy, además, construye viviendas premium en Pilar junto a un equipo de socios. “Estos proyectos los hago con amigos y gente con experiencia. Sería imposible llevar todo adelante solo”, aclara. La importancia del equipo, como en el rugby, sigue siendo central en su vida.
Albacete no solo se reinventa como empresario, sino también como comunicador. En paralelo a sus negocios, participa ocasionalmente como analista de rugby en medios, pero lo hace con mesura. Elige priorizar el tiempo con su esposa y sus hijos. “Mi vida hoy es completamente distinta. Disfruto mucho más de las pequeñas cosas, y estoy muy contento con este presente”.
En Mil Batallas, también hay lugar para la reflexión. Habla de la resiliencia, del sacrificio silencioso que implica el alto rendimiento y del aprendizaje que deja la derrota. Pero también del valor de la amistad, del orgullo de representar al país y de la importancia de reinventarse con pasión y constancia.
Su historia es una síntesis de varias vidas en una: la del deportista de elite, la del estudiante perseverante, la del emprendedor innovador y la del hombre que supo capitalizar su experiencia para construir futuro. Patricio Albacete, con sus múltiples proyectos, demuestra que hay vida más allá del retiro y que el liderazgo que se forja en una cancha puede convertirse en una herramienta poderosa para transformar otros mundos.
Y así, entre vinos, libros y desarrollos tecnológicos, el ex Puma sigue sumando batallas. Pero ahora, fuera del scrum.