Por Agroempresario.com
En un mundo donde la inmediatez, la hiperconectividad y las exigencias cotidianas se convierten en fuentes inagotables de tensión, muchas personas buscan alternativas naturales para aliviar el estrés y la ansiedad. Dentro de ese abanico de opciones, las infusiones de hierbas se posicionan como una elección recurrente y cada vez más respaldada por la ciencia.
El consumo de tés con propiedades relajantes es una práctica milenaria en diversas culturas, desde las civilizaciones orientales hasta las comunidades indígenas americanas. Lo novedoso es que hoy, buena parte de estos saberes tradicionales están siendo validados por investigaciones que reconocen los efectos de ciertas plantas sobre el sistema nervioso.
A continuación, un repaso por ocho infusiones naturales que se consolidan como aliadas en la gestión del estrés y la ansiedad:
Originario de Japón, el matcha es una variante del té verde en polvo, rica en L-teanina, un aminoácido que estimula la producción de ondas cerebrales alfa, asociadas a la relajación sin somnolencia. Esta característica lo vuelve particularmente atractivo para quienes buscan claridad mental y calma al mismo tiempo. Aunque la evidencia científica aún es limitada, estudios preliminares sugieren que su efecto relajante puede superar al del té verde común.
Quizás una de las infusiones más populares del mundo, la manzanilla contiene apigenina, un flavonoide que se une a receptores cerebrales generando un efecto sedante suave. En pacientes oncológicos, su consumo diario durante dos semanas demostró reducir síntomas depresivos. Aunque los resultados sobre su impacto directo en la ansiedad aún no son concluyentes, su uso como calmante está ampliamente aceptado.
Más allá de su prestigio como antioxidante natural, el té verde destaca por su contenido de L-teanina. Estudios en estudiantes y adultos de mediana edad mostraron que su consumo redujo los niveles de estrés y mejoró la calidad del sueño, especialmente cuando se elige una variante baja en cafeína. Es una opción eficaz para quienes buscan equilibrio entre energía y serenidad.
Aunque no hay pruebas sólidas sobre el efecto ansiolítico del té de menta como tal, sí se ha comprobado que el aroma de su aceite esencial puede disminuir la ansiedad. Su infusión, al ser intensamente aromática, podría replicar parte de este efecto. Ideal para combinar sabor, digestión ligera y bienestar emocional.
Históricamente usada en aromaterapia, la lavanda también demuestra beneficios cuando se consume en infusión. Una revisión de estudios publicada en 2021 confirmó su eficacia para reducir ansiedad, depresión y presión arterial. Un estudio en adultos mayores incluso evidenció mejoras notables tras consumirla dos veces al día durante dos semanas. Su suave sabor floral acompaña con eficacia momentos de descanso.
Usada por pueblos originarios de América del Norte, la pasiflora fue estudiada en comparación con ansiolíticos como el oxazepam. Si bien el extracto mostró efectos positivos, la evidencia sobre su infusión es más escasa. Un estudio aislado reveló que mejora la calidad del sueño, lo cual podría tener un impacto indirecto en la ansiedad.
Con uso documentado desde la Antigua Grecia, la valeriana sigue siendo una de las plantas más estudiadas en este campo. En cápsulas, ha demostrado aliviar ansiedad, depresión y trastornos del sueño, especialmente en poblaciones vulnerables. Su infusión, sin embargo, requiere mayor investigación para ser considerada una alternativa válida con efectos clínicamente comprobables.
La kava, planta del Pacífico Sur, ganó fama como relajante natural. Estudios indican que puede ser eficaz para tratar la ansiedad en el corto plazo. No obstante, su uso prolongado fue vinculado a toxicidad hepática, motivo por el cual se aconseja consumirla esporádicamente y siempre bajo supervisión médica.
El auge de las infusiones naturales no implica descartar los tratamientos médicos convencionales, sino integrarlos cuando sea posible. Si bien muchas de estas bebidas muestran resultados alentadores, no reemplazan la consulta profesional ni los tratamientos indicados por especialistas en salud mental.
Además, como cualquier sustancia activa, las plantas pueden tener contraindicaciones, especialmente si se combinan con medicamentos. Por ello, el consumo debe ser informado, moderado y adaptado a las características de cada persona.
La vuelta a lo natural puede ser un camino enriquecedor. Y, entre sorbos de manzanilla, lavanda o pasiflora, también puede ofrecer momentos de paz que tanto escasean en el mundo moderno.