Por Agroempresario.com
Las principales compañías alimenticias y de productos de higiene y cosmética decidieron poner en pausa los aumentos de precios que habían anunciado tras la reciente suba del dólar, mientras esperan definiciones más claras sobre la evolución del tipo de cambio. La decisión de frenar las subas, que llegaban hasta el 12% en algunos casos, se dio luego de que el Gobierno nacional señalará públicamente a algunas de estas empresas por haber presentado listas con incrementos.
El caso más resonante fue el de Molinos Río de la Plata, que había informado a las cadenas de supermercados –y también al Ejecutivo– que suspendía la aplicación de sus nuevas listas de precios. “Mantuvimos los precios sin cambios en las últimas semanas. La lista que se presentó días atrás se dejó en suspenso y la empresa continuó operando con normalidad, monitoreando día a día los costos de la empresa”, explicaron voceros de la firma.
La reacción oficial no se hizo esperar. El ministro de Economía, Luis Caputo, utilizó su cuenta en la red social X para denunciar públicamente los aumentos de Unilever y Molinos, indicando que “los supermercados grandes rechazaron la mercadería con lista de precios nueva con subas de entre 9% y 12%”. Al día siguiente, celebró la marcha atrás de Molinos: “Molinos retrotrae toda la suba de precios. Buena reacción. Y sobre todo, gran gestión de los supermercados, cuidando a sus clientes”.
Las presiones políticas y la volatilidad del dólar llevaron a que otras firmas, como Bunge, Aceitera General Deheza, Molinos Cañuelas, Softys y SC Johnson, también reconsideraran sus decisiones. Aunque no todas anunciaron formalmente la suspensión de listas, las cadenas de supermercados confirmaron que la mayoría de las empresas están tomando “un compás de espera” hasta mayo para analizar la situación.
“Se está entregando aceite en forma normal como venimos hasta ahora. La lista está vigente pero todavía no fue aplicada porque todo lo vendido durante abril es con el precio anterior. En los próximos días veremos cuál es la evolución del mercado”, dijeron desde Molino Cañuelas.
En este contexto, las compañías optaron por monitorear el comportamiento del dólar, que si bien volvió a repuntar en los últimos días y se ubicó cerca de los $1.200 (un 11% por encima del valor previo al nuevo régimen de bandas), todavía no se tradujo en una necesidad inmediata de trasladar esa suba a los precios de góndola.
Además, el débil desempeño del consumo masivo es otro factor que lleva a las empresas a actuar con cautela. Según la consultora Scentia, en marzo el consumo cayó un 5,4% interanual y acumuló un descenso del 8,6% en el primer trimestre de 2025. Así, se contabilizan ya 16 meses consecutivos de caída en las ventas, con un impacto más severo en los productos no esenciales, como cosmética y limpieza.
Mientras tanto, las cadenas de supermercados siguen negociando con sus proveedores, buscando evitar trasladar aumentos a los consumidores en un momento de fuerte retracción de la demanda. “Las listas están en revisión, pero no hay nada definido. Estamos en contacto constante con las empresas, esperando ver cómo se comporta el dólar en lo que queda de abril”, afirmaron desde una de las principales cadenas.
Así, el sector se encuentra en una suerte de “tregua” forzada entre empresas, Gobierno y supermercados. Aunque los aumentos no fueron descartados y las listas ya están preparadas, la presión social y el temor a represalias públicas generan un escenario de espera. La incógnita se resolverá en mayo, cuando se definirá si se aplican finalmente las subas que quedaron en suspenso o si las empresas apuestan a mantener los precios congelados, en línea con la evolución del dólar y el consumo.