Por Agroempresario.com
La producción de yerba mate atraviesa una crisis sin precedentes. Durante el primer trimestre de 2025, la cosecha cayó más de un 30% en comparación con el mismo período del año anterior, alcanzando mínimos históricos. La situación afecta de lleno a las provincias de Misiones y Corrientes, donde se concentra la mayor parte del cultivo, y amenaza con profundizar la recesión en las economías regionales.
En los campos, la postal es desoladora: chacras paralizadas y camiones que ya no recorren los caminos cargados de hoja verde. Según referentes del sector, la parálisis era esperable debido a la grave crisis de precios que atraviesan los productores. Cristian Klingbeil, dirigente agropecuario de Misiones, explicó: "Iba a llegar el momento en que la gente optara por no cosechar porque no le queda nada. No hay movimiento, no hay yerba circulando, y no es una estadística dibujada. Es la realidad cotidiana".
El problema principal radica en que el precio de la hoja verde no alcanza para cubrir los costos básicos de producción. Los valores actuales que ofrecen los compradores oscilan entre $230 y $250 por kilo, con plazos de pago que se extienden entre 60 y 90 días. Algunos compradores llegan a ofrecer hasta $300 por kilo, pero en condiciones desfavorables, como pagos en 12 cuotas sin interés. Ante este escenario, muchos productores decidieron no levantar la cosecha para evitar pérdidas mayores. "Si la hoja no deja ganancia y encima te expone a conflictos laborales, ¿para qué arriesgarse?", agregó Klingbeil.
A la crisis interna se suma una fuerte caída en las exportaciones. Según datos del sector, las ventas externas de yerba mate bajaron entre un 15% y un 16%, afectadas por la pérdida de competitividad frente a países como Brasil y Paraguay, cuyos costos en dólares resultan mucho más competitivos. "La inflación local encarece nuestras exportaciones mientras nuestros vecinos mantienen estructuras más ordenadas. Así se pierden mercados y oportunidades", advirtió Klingbeil.
El futuro de la yerba mate es incierto. El emblemático producto del noreste argentino enfrenta una combinación crítica de precios deprimidos, paralización de la actividad y pérdida de mercados externos. Además, el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) continúa sin autoridades designadas desde hace más de un año, dejando al sector sin una instancia de regulación y sin mecanismos de apoyo financiero.
La crisis amenaza con impactar a miles de familias que dependen directa o indirectamente de esta cadena productiva, y plantea serios desafíos para la recuperación de una actividad que forma parte de la identidad nacional.