Por Agroempresario.com
En un contexto de alta fragilidad social y económica, el Gobierno argentino busca reforzar su política de asistencia alimentaria a través de un nuevo préstamo del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), que se tratará formalmente en julio. El objetivo: garantizar la continuidad y ampliación del programa Alimentar, clave para sostener a millones de familias en situación de vulnerabilidad.
Según confirmó el presidente ejecutivo de la CAF, Sergio Díaz-Granados, el organismo multilateral prevé aprobar un financiamiento de USD 300 millones que permitirá seguir cumpliendo con los compromisos asumidos por el país con el Fondo Monetario Internacional (FMI), entre ellos, asegurar que los beneficios de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la Tarjeta Alimentar cubran al menos el 95% del valor de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), tal como se estipula en el programa de facilidades extendidas firmado por el Gobierno de Javier Milei en abril.
“Estamos preparando un proyecto con el Gobierno por USD 300 millones para el Alimentar, que probablemente sea aprobado en julio por el Directorio”, declaró Díaz-Granados desde Brasilia, donde la CAF presentó su Informe de Economía y Desarrollo centrado en el rol de los gobiernos locales en la región.
La intención es darle continuidad al desembolso anterior de USD 400 millones otorgado en marzo con el mismo fin. El refuerzo financiero es clave para mantener el poder adquisitivo de la asistencia alimentaria en un país donde, aunque las estadísticas muestran cierta mejora respecto a los niveles de pobreza, millones de personas aún dependen de la ayuda estatal para comer.
De acuerdo con datos oficiales, el programa Alimentar llega a más de 4 millones de personas, incluidos padres y madres con hijos menores de 14 años, embarazadas, personas con discapacidad y madres de siete hijos o más que perciben pensiones no contributivas. En marzo de 2025, la cobertura de estos beneficios alcanzaba el 95,1% del valor de una CBA, que en ese momento ascendía a $160.393 según el INDEC.
Este nivel de cobertura es uno de los puntos de seguimiento permanente por parte del FMI. El organismo internacional ha puesto especial énfasis en la protección de los sectores más vulnerables, incluso en el marco de un programa de fuerte ajuste fiscal.
La expansión del plan Alimentar fue una de las primeras medidas impulsadas por el gobierno de Milei para contener el impacto social de la devaluación de diciembre de 2023. Si bien la pobreza alcanzó al 38,1% de la población hacia fines de 2024, marcando una baja respecto al pico de 48,3% registrado en el primer semestre, la indigencia se ubicó en 8,2%. La mejora, aunque parcial, permitió que cerca de 6,9 millones de personas salieran de la pobreza, y 4,6 millones de ellas dejaran de ser indigentes.
Díaz-Granados también destacó la articulación con otros organismos multilaterales, como el Banco Mundial, el BID y el propio FMI, para apuntalar la situación financiera del país. En ese sentido, recordó que la CAF ya había otorgado dos préstamos puente a la Argentina: uno en julio de 2023 por USD 1.000 millones y otro en diciembre por USD 960 millones, que permitieron cumplir con compromisos clave del país con el Fondo Monetario y evitar un nuevo default. Estos préstamos fueron luego cancelados con fondos del propio FMI.
El financiamiento externo sigue siendo fundamental para el nuevo esquema macroeconómico. La llegada de divisas por parte del FMI (USD 12.000 millones), el Banco Mundial (USD 1.500 millones) y otras entidades multilaterales permitió recuperar las reservas del Banco Central, que pasaron de niveles críticos a más de USD 38.000 millones. Esto ayudó a estabilizar el tipo de cambio y, en parte, a mejorar la percepción de los mercados.
Antes de mitad de año, se espera el ingreso de otros USD 2.100 millones, y antes de fin de 2025, la suma alcanzaría los USD 15.000 millones comprometidos. A esto se sumará un "repo" (operación de recompra) del BCRA con bancos internacionales por USD 2.000 millones, una maniobra clave para sostener la liquidez en dólares.
En este delicado equilibrio financiero, la asistencia alimentaria sigue siendo un punto estratégico para el Gobierno. No solo se trata de una política social, sino también de una condición básica impuesta por el FMI para sostener el programa. En otras palabras, los desembolsos no solo sirven para estabilizar cuentas, sino también para garantizar que el ajuste económico no se traduzca en una crisis humanitaria.
El préstamo de la CAF, que se definirá en julio, podría convertirse en una herramienta clave para que la Argentina mantenga sus compromisos y contenga el malestar social. En un país donde millones aún dependen de la asistencia estatal para subsistir, asegurar los recursos para esa red de contención no es sólo una cuestión financiera, sino una apuesta política de alto impacto.