Por Agroempresario.com
En un contexto global marcado por la guerra comercial entre China y Estados Unidos, el gigante asiático ha decidido dar un paso hacia la diversificación de sus fuentes de abastecimiento de productos agrícolas. Si bien el conflicto con Donald Trump parece haber tomado un respiro, con la firma de acuerdos en Ginebra, las medidas tomadas por Beijing muestran que la nación asiática no descansa en su intento por reducir su dependencia de los granos provenientes de los EE. UU. En este sentido, Argentina se presenta como un socio clave en los nuevos acuerdos comerciales firmados recientemente.
La guerra comercial desatada por Donald Trump contra China generó una serie de fricciones económicas que afectaron especialmente al sector agrícola. Las tarifas impuestas por ambas potencias, que llegaron a alcanzar hasta el 125% sobre productos agrícolas, casi destruyen el negocio de granos entre las dos naciones. Sin embargo, a raíz de los avances en las negociaciones, especialmente durante un encuentro en Ginebra, Estados Unidos y China acordaron una reducción temporal de aranceles por un período de 90 días, lo que permitió que el dólar alcanzara máximos frente al euro y el yen.
A pesar de este respiro temporal, China ha seguido adelante con su plan de diversificación de abastecimiento de granos. En el área agrícola, las autoridades chinas anunciaron medidas orientadas a reducir la dependencia de los Estados Unidos, apuntando principalmente al maíz, la soja y el aceite vegetal.
En este marco, China ha buscado alianzas estratégicas con otros países productores de granos, como Argentina. Recientemente, el gigante asiático firmó una carta de intención con exportadores argentinos, con el objetivo de adquirir soja, maíz y aceite vegetal por un valor aproximado de USD 900 millones. Este acuerdo no vinculante fue sellado por una delegación de funcionarios chinos del Consejo Chino para la Promoción del Comercio Internacional, que visitaron Buenos Aires para reunirse con actores clave del comercio exterior y los mercados agrícolas de Argentina.
Este nuevo acuerdo pone de manifiesto la intención de China de reducir su dependencia de los productos agrícolas de Estados Unidos y fortalecer sus relaciones comerciales con Sudamérica. Brasil ya es uno de los principales socios comerciales de China en la región, y con Argentina, se busca ampliar la cooperación agrícola y diversificar los orígenes de los suministros de granos.
El acuerdo entre China y Argentina ha involucrado a varias entidades, destacándose Cofco International Ltd., la mayor comercializadora de productos agrícolas de China. A través de este acuerdo, Cofco y la empresa estatal china Sinograin se han comprometido a ampliar el suministro de productos agrícolas provenientes de Argentina, además de explorar la posibilidad de una cooperación a largo plazo en el mercado de granos.
Otro de los aspectos relevantes es el interés de la empresa Fufeng Group Ltd., que planea construir una planta procesadora de maíz en Argentina. Con una inversión estimada en USD 400 millones, esta planta tendría una capacidad de procesamiento de más de 500,000 toneladas anuales, lo que se traduciría en la creación de numerosos puestos de trabajo y un impulso a la economía regional.
Uno de los puntos clave en esta estrategia de China es que Argentina es un productor de soja y maíz con precios competitivos en el mercado global. Según Bloomberg, la soja argentina es la más barata del mundo, lo que le da una ventaja en el contexto de la guerra comercial y las restricciones impuestas por Trump.
De hecho, la soja argentina tiene un precio inferior al de la soja brasileña, lo que hace que el gigante asiático apunte al país sudamericano para cubrir parte de sus necesidades. El maíz argentino, que también se encuentra dentro de los productos más competitivos, se suma a la lista de granos que China buscará asegurar, aprovechando la baja de precios y la posibilidad de fortalecer su abastecimiento sin depender tanto de EE.UU..
La relación comercial entre Argentina y China ha crecido significativamente en los últimos años, y ahora, con la firma de este acuerdo, se espera que el flujo de granos de Argentina hacia China continúe aumentando. En 2024, Argentina ya había registrado el envío de 30 buques con soja producida en el país, lo que subraya la importancia de este mercado para el agro argentino.
El fortalecimiento de los lazos comerciales entre China y Argentina no solo tendrá implicancias a nivel bilateral, sino que también puede alterar el equilibrio de los mercados globales de soja y maíz. La posibilidad de que China reduzca su compra de granos a Estados Unidos y apueste por fuentes alternativas en Sudamérica podría cambiar las dinámicas comerciales en el ámbito de los productos agrícolas.
Para Argentina, este acuerdo representa una oportunidad significativa para expandir sus exportaciones de granos a uno de los mayores consumidores globales. Sin embargo, también pone sobre la mesa un desafío, ya que China sigue siendo el mayor comprador de soja sin procesar, mientras que Argentina se especializa más en la elaboración de estos productos. En este contexto, las futuras negociaciones entre Argentina y China serán clave para definir el rumbo del comercio agrícola en los próximos años.
El acuerdo firmado entre China y Argentina es un paso importante para ambos países, ya que representa una oportunidad para fortalecer el comercio de soja, maíz y aceite vegetal. Sin embargo, la guerra comercial con EE.UU. sigue siendo una incertidumbre que podría alterar los acuerdos ya alcanzados. Mientras tanto, China continúa trabajando en su estrategia para reducir su dependencia de los granos estadounidenses y asegurar un suministro más diversificado a largo plazo. Argentina, por su parte, se posiciona como un proveedor clave para el abastecimiento de China.