Federico Sturzenegger aclaró sus dichos sobre la soja y apuntó al gasto público y las semillas

Agroempresario.com

En medio de una fuerte repercusión en el sector agropecuario, el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, salió a aclarar una frase que generó revuelo durante su participación en el 42° Congreso Anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF). Allí, el funcionario había señalado que la producción de soja en la Argentina se estancó frente al crecimiento exponencial de Brasil, y que “no son las retenciones necesariamente” las responsables del retroceso local.

La frase fue replicada ampliamente en redes sociales y medios agropecuarios, generando inquietud entre productores y referentes del sector. Frente a ello, Sturzenegger buscó poner el foco en otros factores estructurales que, según su visión, inciden de forma más determinante en la baja productividad argentina, entre ellos, la falta de reconocimiento de los derechos de propiedad intelectual sobre las semillas.

“Me piden bajar las retenciones, pero Brasil pasó de 50 millones de toneladas de soja a 150 millones y nosotros nos quedamos estancados en 45 millones. Entonces, me parece que es mucho más interesante preguntarse por qué Brasil triplicó la producción. Y no son las retenciones necesariamente”, había afirmado durante el congreso del IAEF.

En una entrevista con Eleonora Cole en el ciclo “La Casa Streaming”, el ministro intentó ordenar el debate, remarcando que una baja de impuestos sólo es viable si se acompaña de una reducción proporcional del gasto público.

“Si yo bajo los impuestos pero no bajo el gasto, ¿de dónde saco la guita?”, disparó. “Es lógico que planteemos esto como un debate integral. Si bajo las retenciones y no bajo el gasto, entonces tengo que subirle los impuestos al comercio. Por eso, el trabajo difícil que estamos haciendo es el de la motosierra”.

En esa línea, Sturzenegger destacó que el actual Gobierno ha tomado múltiples medidas en favor del campo, entre ellas, la reducción de restricciones para exportaciones, la baja de impuestos para las economías regionales, y la autorización para la importación de maquinaria agrícola usada, antes prohibida. También mencionó la eliminación del impuesto PAIS sobre insumos y fertilizantes, lo que, según él, ha significado un alivio directo en los costos productivos.

“No tienen que venir a decirnos que hay que bajar impuestos, vinimos a eso”, enfatizó, y agregó que uno de los objetivos clave del Gobierno es eliminar el cepo cambiario para dar mayor previsibilidad al sector exportador.

Uno de los pasajes más comentados de su exposición en el IAEF fue su referencia al INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria). Allí, Sturzenegger cuestionó la magnitud del presupuesto del organismo, su estructura y el nivel de eficiencia de sus actividades.

“¿Sabían que el INTA gasta $400.000 millones, tiene 6000 empleados y 3000 vehículos, y no se sabe muy bien qué hacen? Bueno, en todas esas cosas hay que poner una lupa”, disparó.

Volviendo a la comparación con Brasil, el funcionario explicó que el país vecino logró incrementar significativamente no solo el área sembrada, sino la productividad por hectárea, gracias a un sistema más sólido de protección de la propiedad intelectual de las semillas.

“La productividad en la Argentina está totalmente estable, mientras que en Brasil subió mucho. Y un elemento central en la productividad agropecuaria es la semilla. Vos podés tener una soja más grande o más chica según la genética”, explicó.

Sturzenegger destacó el caso de la empresa Don Mario, líder mundial en genética de semillas, de origen argentino pero con fuerte presencia en Brasil. “Esa tecnología, que aumentó la productividad en Brasil, fue desarrollada por científicos argentinos en empresas argentinas, pero allá se protege. Acá, no hay derechos de propiedad sobre eso”.

La falta de un marco regulatorio claro en materia de propiedad intelectual, según el ministro, desalienta la innovación y la inversión en biotecnología agrícola dentro del país, lo que termina impactando de manera directa en la competitividad de los productores nacionales.

La aclaración de Sturzenegger no solo intenta recomponer el diálogo con el sector agropecuario, sino también reforzar el mensaje central del Gobierno en torno a la necesidad de una reforma estructural del Estado, donde la eficiencia y la sustentabilidad fiscal permitan liberar cargas impositivas en el mediano plazo.