Por Agroempresario.com
En el corazón de la Puna catamarqueña, a más de 3.000 metros de altura sobre el nivel del mar, se encuentra un tesoro natural de Argentina que todavía es desconocido para muchos: la Laguna Carachi Pampa. Conocida popularmente como la "Isla de los Flamencos", este enclave remoto del departamento Antofagasta de la Sierra es una experiencia única para los amantes de la naturaleza, la fotografía, el trekking y la aventura extrema. Su espectacular paisaje, teñido de colores surrealistas, combina salares, un volcán majestuoso, agua rojiza y, por supuesto, flamencos rosados que le dan vida a este rincón aislado de la Cordillera de los Andes.
La Laguna Carachi Pampa se ubica a unos 30 kilómetros del pequeño pueblo El Peñón y a 62 kilómetros de Antofagasta de la Sierra. Se trata de una región de difícil acceso, alejada de las rutas convencionales y que obliga a los viajeros a internarse en caminos de ripio durante varias horas. Desde la capital provincial, San Fernando del Valle de Catamarca, el trayecto es de aproximadamente 600 kilómetros, en un recorrido que puede demorar entre 11 y 12 horas, dependiendo del vehículo y las condiciones climáticas. Es altamente recomendable realizar el viaje en un vehículo 4x4 y contar con guías locales para asegurar una experiencia segura.
Este espejo de agua rojiza está emplazado sobre un cráter volcánico colapsado, lo que le otorga una forma circular y rodeada de formaciones geológicas jóvenes. El color inusual del agua se debe a la presencia de microorganismos y minerales disueltos, que tiñen la laguna de tonos rojizos, anaranjados y púrpuras, generando una estética visual impactante que recuerda a paisajes marcianos.
La "Isla de los Flamencos" recibe su nombre por la presencia de cientos de ejemplares de estas aves que habitan la laguna, especialmente durante ciertas temporadas del año. Las tres especies principales que pueden encontrarse allí son:
Flamenco andino
Flamenco de James
Flamenco austral
Estas especies se instalan en la laguna para alimentarse y reproducirse, formando un espectáculo natural que deja sin aliento a cualquier visitante. Además de los flamencos, en el ecosistema circundante es común observar vicuñas, zorros y distintas aves de altura adaptadas al clima extremo de la Puna.
El paisaje inhóspito y sus condiciones extremas han atraído también el interés de científicos, astrobiólogos y geólogos. Investigadores de la NASA han estudiado la zona por sus similitudes con la superficie de Marte, analizando cómo se conserva la vida en ambientes de alta radiación solar, escasez de oxígeno y temperaturas extremas. Asimismo, la historia volcánica reciente de los Andes encuentra en Carachi Pampa un sitio clave para el análisis de procesos geológicos.
Más allá de la contemplación y la desconexión, la Isla de los Flamencos permite realizar varias actividades para los viajeros que se animen a explorar este territorio único:
Trekking alrededor de la laguna y del cráter volcánico
Avistaje de flamencos en estado natural
Excursiones fotográficas en un paisaje sin igual
Visita al Campo de Piedra Pómez, a 60 kilómetros del lugar
Recorridas por la Laguna Grande y la Cueva del Cóndor
Se recomienda llevar binoculares, cámaras con buen zoom y calzado adecuado para recorrer suelos de ripio, sal y piedra volcánica. No hay servicios en el lugar, por lo cual es indispensable llevar provisiones: agua, alimentos, abrigo, sombrero, protector solar y medicamentos básicos. El clima puede variar de forma brusca, y por la altura, los visitantes deben tener precaución con el mal de montaña.
El pueblo más cercano es El Peñón, que cuenta con opciones modestas pero cálidas para dormir y comer. Allí se pueden encontrar hospedajes como:
Hostería El Peñón
Hospedaje Doña Rosa
Refugios de montaña
Casas de familia
La gastronomía de altura también sorprende a quienes llegan hasta allí. Entre los platos más recomendados se encuentran:
Guisos de quinoa
Cazuelas de llama
Empanadas salteñas
Tortillas al rescoldo
Todo preparado con ingredientes locales, en un entorno de absoluto silencio, lejos del ruido urbano y con cielos estrellados como pocas veces se pueden ver.
Debido a su ubicación remota y la falta de infraestructura turística desarrollada, es fundamental preparar la visita con anticipación. Las recomendaciones clave son:
Contratar guías locales o agencias en Belén o Antofagasta de la Sierra
No viajar por cuenta propia si no se tiene experiencia en alta montaña
Cargar suficiente combustible y verificar el estado del vehículo
Tener en cuenta las condiciones climáticas, que pueden ser extremas
Considerar que no hay señal de celular ni acceso a Internet
La Isla de los Flamencos es ideal para quienes buscan desconexión total y naturaleza virgen, alejada de los circuitos turísticos masivos. Es una experiencia para vivir con respeto, cuidado ambiental y la guía de quienes conocen y habitan la región.