Por Agroempresario.com
En un nuevo paso para alentar la inversión productiva y reducir el costo país, el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció este jueves una rebaja arancelaria para 27 bienes de capital clave. La medida se enmarca en una estrategia más amplia para facilitar el acceso a equipamiento e insumos fundamentales para sectores como la industria metalúrgica, energía, alimentación y agroindustria.
A través de su cuenta en X, Caputo explicó que se trata de productos que actualmente pagan derechos de importación de entre el 20% y el 35%, y que ahora pasarán a tributar un arancel común del 12,6%, en línea con lo estipulado por el Mercosur.
“Seguimos reduciendo aranceles para mejorar la competitividad de la economía”, sostuvo el ministro, subrayando que “estos cambios impactan directamente en los costos de producción y en el precio de los bienes finales”. De esta manera, el Gobierno busca descomprimir el sistema de precios en un contexto de inflación aún elevada y con dificultades para acceder al crédito productivo.
Según precisó el Ministerio de Economía, entre los bienes alcanzados por la baja de aranceles se encuentran:
Todos ellos son insumos clave para distintos segmentos de la producción industrial, servicios públicos y la cadena agroalimentaria. El objetivo es facilitar la incorporación de tecnología, acelerar los procesos de modernización y aumentar la productividad sin que los costos de importación sean una barrera.
Con esta nueva medida, el Gobierno acumula un total de 1081 posiciones arancelarias con recortes desde el inicio de la gestión de Javier Milei. En particular, ya se habían reducido los aranceles de:
Entre los casos destacados figura el de los fertilizantes, que pasaron a tributar un 0% de arancel. Esto incluye productos de alta demanda como la urea, el nitrato de amonio y sus mezclas. También se ajustaron a la baja los aranceles sobre herbicidas como el glifosato, la atrazina y el 2-4D, fundamentales para la producción agrícola argentina.
En el caso de la industria textil, los aranceles a la importación de ropa y calzado bajaron del 35% al 20%, y los de telas e hilados se redujeron entre un 18% y un 12%, según el tipo.
La baja de aranceles es parte de la estrategia oficial de liberar trabas al comercio, reducir costos internos y acelerar la recuperación de la actividad económica. “Este tipo de medidas generan condiciones más competitivas para la industria y el agro, mejoran el acceso a tecnología y promueven nuevas inversiones”, destacaron fuentes del Palacio de Hacienda.
Desde el sector empresarial, especialmente en el ámbito agroindustrial y manufacturero, la medida fue bien recibida. Muchos consideran que la posibilidad de importar maquinaria con menor carga impositiva permitirá renovar equipamiento obsoleto, mejorar la eficiencia energética y reducir fallas operativas, lo que se traduce en mayor capacidad exportadora.
A pesar de que los desafíos macroeconómicos siguen siendo importantes, como la inflación persistente y la caída del consumo interno, la rebaja arancelaria aparece como un incentivo concreto en medio de un proceso de reordenamiento fiscal y monetario.