Por Agroempresario.com
En un escenario internacional dominado por la debilidad del dólar y una reconfiguración de los activos de refugio, el Gobierno argentino y los bancos comienzan a prepararse para captar parte de los dólares que se encuentran fuera del sistema. Esta estrategia se potencia con nuevas medidas regulatorias que alivian exigencias impositivas y migratorias, con el objetivo de movilizar divisas, estimular la inversión y fortalecer el mercado de capitales en medio de un clima financiero mundial volátil.
El plan oficial contempla reducir la carga documental para que los tenedores de dólares puedan bancarizarlos sin enfrentar los complejos informes impuestos por la ex AFIP, hoy Agencia Federal de Ingresos Públicos y Comercio Agropecuario (ARCA), o sin activar el temido ROS (Reporte de Operaciones Sospechosas), una barrera para muchos inversores. Esta flexibilización apunta a dinamizar el flujo de capitales en momentos donde el dólar retrocede globalmente, lo que representa una ventana de oportunidad para economías emergentes como la argentina.
El DXY, índice que mide la fortaleza del dólar frente a las seis principales monedas del mundo, tocó ayer su nivel más bajo desde febrero de 2022. Esta tendencia se ve alimentada por el creciente déficit fiscal de Estados Unidos y su agresiva política arancelaria, que genera dudas sobre la sostenibilidad de la deuda estadounidense. Prueba de ello es que los bonos a 30 años del Tesoro alcanzaron un rendimiento de 5,10%, el más alto desde 2007. En paralelo, las calificadoras de riesgo acompañaron este diagnóstico, mientras los inversores comenzaron a migrar hacia otros refugios: oro, criptomonedas y activos emergentes.
En este contexto, los bonos del Tesoro caen y el Bitcoin rompe récords al superar los USD 111.000, mientras el oro se mantiene como una opción sólida ante la incertidumbre global. Se espera que los bancos centrales ajusten sus carteras, vendiendo parte de sus tenencias en bonos estadounidenses para incorporar metales preciosos.
Argentina, en este escenario, sale a captar fondos. Ayer, varias empresas locales emitieron Obligaciones Negociables (ON) con tasas atractivas: Telecom colocó USD 800 millones al 9,5% anual, Pluspetrol USD 450 millones al 8,75%, Grupo Supervielle USD 60 millones al 4,5% a 6 meses y John Deere USD 41 millones al 7,5%.
La Bolsa porteña, sin embargo, mostró cierta debilidad. El S&P Merval cerró con una baja de 0,20%, y la mayoría de las acciones operaron en rojo. Aun así, destacaron Transportadora Gas del Norte (+2,5%) y Central Puerto (+2,3%). Entre los bancos, sólo VALO se mantuvo firme con una suba del 1%, acumulando un 18% de ganancia en mayo, impulsado por un balance favorable de $13.229 millones.
Los ADR argentinos en Nueva York lograron sostener sus precios gracias a la estabilidad del contado con liquidación (CCL), que se mantuvo en torno a los $1.163. La baja de los dólares financieros y del blue también fue notable: el MEP cayó 0,5% a $1.143,50, y el blue retrocedió $10, cerrando en $1.165. La brecha entre el MEP y el oficial quedó en apenas 1%, reflejando el impacto de las medidas promercado.
En el Mercado Libre de Cambios (MLC) se operaron USD 524 millones, y el tipo de cambio de referencia bajó 0,12%, situándose en $1.143,58. El mayorista cerró a $1.136,5. Los futuros también respondieron a la desregulación con caídas de hasta 0,80% en contratos como el de diciembre, que cerró en $1.300.
No obstante, las nuevas normas generan ciertas dudas. Según la consultora F2, dirigida por Andrés Reschini, “las medidas son acertadas, pero aún falta avanzar en un marco legal que despeje del todo las penalidades cambiarias y tributarias”. En la misma línea, Adcap Grupo Financiero señala que “sin una agenda clara para atraer los dólares no declarados —estimados en hasta USD 200.000 millones—, los efectos serán marginales en el corto plazo”.
A este conjunto de disposiciones se sumó una norma migratoria que, aunque menos mediática, podría tener gran impacto. Según el abogado Santiago Fidanza, del estudio Quinterno, Fidanza y Asociados, “facilitar la ciudadanía argentina mediante una inversión sustancial es una herramienta potente para la radicación de capitales extranjeros”.
En tanto, los bonos soberanos argentinos lograron alzas de hasta 1,4%, aunque aún no recuperan las pérdidas recientes. El riesgo país se mantiene por encima de los 600 puntos, pero el Gobierno confía en perforar ese nivel con la ayuda de la liberalización cambiaria y nuevos instrumentos en pesos que podrán ser adquiridos en dólares.
Los bonos en pesos a tasa fija también subieron, lo que implica una baja de tasas efectiva anual para Lecap y Boncap de entre 33,7% y 35,9%. Por su parte, los bonos CER mostraron caídas en el corto plazo y repuntes en el tramo medio y largo de la curva.
En Nueva York, al cierre de la jornada y en el after market, los principales índices bursátiles mostraban una tibia recuperación, aunque insuficiente para revertir la tendencia bajista. El oro subía 0,25%, aunque recortaba esa ganancia al avanzar la jornada. El petróleo, en cambio, continuaba su caída.
En este panorama global desafiante, el atractivo de los bonos argentinos en dólares y los instrumentos de renta fija locales se ve potenciado por un tipo de cambio relativamente estable y el esfuerzo del Gobierno por atraer capitales. Para los inversores, será clave seguir de cerca la evolución normativa y la solidez de estas señales promercado, en un contexto donde los dólares del colchón aún no encuentran una salida clara pero podrían empezar a moverse.