Por Agroempresario.com
Argentina formalizó su regreso a la Federación Internacional de Lechería (FIL), el principal organismo global que regula y promueve estándares técnicos, sanitarios y comerciales para la cadena láctea. Esta reincorporación, anunciada durante la feria Todo Láctea 2025 en Esperanza, provincia de Santa Fe, representa un hito estratégico para la inserción internacional del sector lechero argentino.
La FIL, fundada en 1903 y con sede en Bruselas, Bélgica, actúa como un foro técnico y científico que reúne a los principales países y actores de la industria láctea mundial. Su objetivo es fomentar la colaboración internacional y establecer normativas que garanticen la calidad, seguridad y sustentabilidad de los productos lácteos.
Después de años sin participar en esta entidad, Argentina vuelve a ocupar un asiento clave en la toma de decisiones globales, lo que permitirá potenciar la proyección de los lácteos nacionales en los mercados internacionales. La representación argentina estará integrada por un Comité Nacional conformado por representantes del sector público y privado: productores, industriales, técnicos, académicos y funcionarios.
La decisión de reincorporarse a la FIL responde a una visión estratégica de largo plazo. Desde el Gobierno nacional se destacó que esta participación activa contribuirá al mejoramiento de la calidad y trazabilidad de los productos argentinos, además de facilitar la apertura de nuevos mercados y consolidar los existentes.
“La vuelta a la FIL es una oportunidad histórica para poner en valor el trabajo de toda la cadena láctea argentina en un escenario internacional que demanda alimentos seguros, sustentables y de alta calidad”, explicaron desde el Comité Nacional, que será el encargado de coordinar la participación del país en las actividades del organismo.
Uno de los hechos más destacados es que la representación argentina debutará oficialmente en octubre de 2025, durante la Cumbre Mundial de la FIL que se realizará en Santiago de Chile. Allí, nuestro país volverá a tener voz y voto en las decisiones estratégicas que afectan a toda la cadena láctea global.
La reincorporación de Argentina a la FIL fue posible gracias a un trabajo articulado entre el sector público y privado. La coordinación técnica está a cargo de la Escuela Superior Integral de Lechería (ESIL), con sede en Villa María, Córdoba, una institución académica con fuerte tradición en la formación de recursos humanos para el sector lechero.
Además, la membresía argentina fue financiada de manera conjunta por empresas lácteas de distintas escalas, productores, cooperativas y proveedores de insumos y servicios, lo que refleja el compromiso colectivo por recuperar presencia internacional y mejorar la competitividad de toda la cadena.
Este esquema permitió conformar un Comité Nacional de Representación ante la FIL que ya se encuentra operativo. El mismo está estructurando comisiones internas de trabajo donde se articulan conocimientos científicos, tecnológicos y productivos. Entre sus metas se destacan:
Fortalecer la formación técnica y profesional.
Participar en la definición de estándares globales.
Promover la mejora continua de los procesos productivos.
Consolidar los sistemas de trazabilidad y certificación.
Impulsar acuerdos de cooperación internacional.
La reincorporación a la FIL llega en un contexto donde el mercado global de productos lácteos se encuentra en expansión y con altos estándares de exigencia. Participar activamente de este foro permitirá a Argentina posicionar mejor su oferta exportable, especialmente en segmentos de alto valor como quesos, leche en polvo, manteca y productos funcionales.
Asimismo, el regreso a la entidad abre nuevas puertas para la transferencia de conocimiento, acceso a información técnica, interacción con centros de innovación, y establecimiento de redes internacionales de cooperación. Todo esto contribuirá a una mejora general del sistema productivo nacional, especialmente en aspectos como la sustentabilidad, el bienestar animal, el uso eficiente de recursos y la seguridad alimentaria.
Desde el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación señalaron que este paso “reafirma la vocación del país de integrarse a los espacios técnicos multilaterales donde se discute el futuro de los alimentos, y de acompañar a nuestros productores en el camino de la innovación y la apertura de mercados”.
El caso argentino puede convertirse en un modelo de articulación entre sectores para recuperar protagonismo internacional. Desde la ESIL destacaron que “la experiencia demuestra que, cuando se unen las voluntades públicas y privadas en torno a un objetivo común, los resultados pueden ser muy significativos y beneficiosos para todos los eslabones de la cadena”.
La cumbre en Santiago de Chile será el primer gran test para la delegación nacional. En ese evento se definirán lineamientos sobre comercio internacional, nuevas normativas sanitarias, estrategias para enfrentar el cambio climático, y el rol de la lechería en la alimentación saludable a escala global.
Argentina aspira a jugar un papel relevante y a contribuir con su experiencia, capacidad técnica y tradición productiva. Como explicaron desde el Comité, “nuestro país tiene mucho para aportar: un sistema lechero diverso, eficiente, arraigado en el interior productivo, y con potencial para crecer y exportar más”.
Con esta reincorporación, Argentina no solo recupera una silla en la mesa donde se toman las grandes decisiones del sector lácteo mundial, sino que también envía una señal clara de compromiso con la calidad, la innovación y el desarrollo agroindustrial sustentable.