Por Agroempresario.com
El economista Rodolfo Santángelo fue tajante en su análisis del escenario cambiario actual: “Sería una mala noticia que el dólar vaya a $1.000”. En una entrevista con radio Mitre, advirtió que el tipo de cambio no bajará de manera sostenible mientras el mercado siga incompleto y falte intervención genuina del sector público. En un contexto de superávit fiscal y reservas negativas, Santángelo volvió a posicionarse como una de las voces más escuchadas del pensamiento económico local, crítico pero realista.
Desde la implementación de las recientes medidas económicas que buscan incentivar la exteriorización de los “dólares del colchón”, el Gobierno nacional ha apostado a reactivar la circulación de divisas en el mercado local. Sin embargo, Santángelo puso paños fríos a las expectativas. “No alentaría expectativas muy fuertes para el corto plazo”, declaró. En su opinión, el fenómeno será lento y con escaso impacto inmediato tanto en el consumo como en la cotización del dólar.
El economista destacó que el nuevo paquete de medidas no está dirigido a los capitales depositados en el extranjero, sino a los ahorros físicos que los argentinos guardan en sus casas, comúnmente denominados “dólares del colchón”. Según sus cálculos, el blanqueo de 2024 permitió que unos USD 15.000 millones se reinsertaran en el sistema. “Si estas medidas logran lo mismo, me saco el sombrero”, afirmó. Pero aclaró que no es razonable esperar un efecto acelerado.
Asimismo, valoró positivamente el objetivo de avanzar hacia un esquema de bimonetariedad, donde convivan pesos y dólares en la operatoria cotidiana, sin persecuciones ni exigencias estatales innecesarias. “Es una sana intención, pero hay una simplificación que termina controlando a los inocentes”, reflexionó.
Para Santángelo, las razones detrás del deseo de muchos argentinos de atesorar dólares van más allá de las regulaciones: se trata de una reacción cultural a décadas de inflación, incertidumbre y pérdida de poder adquisitivo. “La gente no va a mover sus dólares hasta que no haya leyes claras, incentivos reales y un horizonte definido”, aseguró.
El valor del dólar, argumentó, responde a la ley de la oferta y la demanda. La mayor fuente de oferta, según su mirada, proviene del sector exportador. Del otro lado, están los importadores, los ahorristas y los turistas como principales demandantes. “Ese mercado está levemente superavitario, como si la oferta fuera un poquito más alta que la demanda”, señaló.
No obstante, lo que falta es un actor clave: el Estado. Santángelo explicó que el mercado actual es “rengo” porque no contempla la compra de dólares por parte del Tesoro o el Banco Central. En su diagnóstico, esa ausencia impide que se forme un precio real de equilibrio. “Un mercado completo debería incluir al sector público como comprador genuino, sobre todo en un contexto de superávit fiscal”, sostuvo.
“La intervención del Tesoro debería servir para pagar intereses de deuda. Y el BCRA, para acumular reservas. A mí no me gusta seguir con reservas netas negativas”, insistió. Según el economista, la consolidación fiscal es un avance importante de la gestión de Javier Milei, pero necesita estar acompañada de una política activa en el mercado de divisas.
En esa línea, criticó las afirmaciones oficiales de que el Banco Central solo comprará dólares cuando el valor llegue a $1.000. “Sería una mala noticia. Ya a $1.140 es lo que valía el viejo dólar blend. Está justito”, alertó. También planteó preocupación por la pérdida de competitividad cambiaria en relación con otras monedas. “Cuando me dicen que Madrid está barato, me preocupa. Y Brasil ni hablar. Estamos en un mundo de real barato, de euro barato”, afirmó.
Consultado sobre qué ocurre con quienes compraron dólares a valores altos, entre $1.400 y $1.450, Santángelo fue claro: “El dólar es reserva de valor. Lo que uno guarda para el futuro. Lo recuperará cuando el tipo de cambio vuelva a crecer. Esta película ya la vi”, sostuvo.
Reveló además que la dolarización de flujos no ha bajado. La compra promedio ronda los 700 dólares por operación y se sigue canalizando a través de plataformas digitales. “Eso no ha bajado. Se están sumando más de mil millones de dólares por mes. El dólar bajaría genuinamente a $1.000 recién el día que esa dolarización de flujo baje a cero. Eso aún no pasa”, detalló.
En su análisis final, Santángelo remarcó que la falta de confianza en el sistema financiero local lleva a los ciudadanos a seguir eligiendo el dólar como refugio. “En otros países, la seguridad la brinda un Banco Central que tiene reservas o un sistema financiero robusto. Acá, la seguridad la da el canuto”, resumió con crudeza.
Con un enfoque crítico pero constructivo, el economista volvió a poner sobre la mesa la necesidad de un mercado cambiario completo, transparente y con intervención estratégica del Estado, especialmente en tiempos donde las señales de estabilidad fiscal aún conviven con desequilibrios monetarios estructurales.
En definitiva, para Santángelo, el verdadero desafío no es bajar el dólar por decreto, sino construir condiciones de fondo que reduzcan la necesidad de ahorrar en moneda extranjera. Y eso, advirtió, tomará tiempo.