Por Agroempresario.com
La búsqueda del conocimiento es un camino que exige determinación, paciencia y tiempo. Cualidades que definen a María Teresa Dova, una figura central en la física argentina. Graduada y profesora de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), e investigadora superior del CONICET, Dova se ha dedicado a desentrañar los misterios de las partículas que forman el universo, desde su origen hasta su manifestación en la materia. Su fascinación por la física de altas energías la ha llevado a explorar interrogantes complejos, muchos de ellos aún sin respuesta, sobre la estructura profunda del universo, las partículas elementales y las condiciones energéticas que surgieron fracciones de segundo después del Big Bang.
"Queremos entender la estructura de la materia, del universo, las leyes que hacen que este universo sea como es. Aún hay muchísimas preguntas sin respuesta y la materia oscura es una de esas preguntas", señaló Dova en una entrevista exclusiva, realizada en el Instituto de Física de La Plata (IFLP, CONICET-UNLP).
Recientemente, Dova fue distinguida con el premio internacional L’Oréal-UNESCO For Women in Science 2025 (FWIS) por la región de América Latina y el Caribe, compartiendo el honor con otras cuatro científicas destacadas a nivel global. Este galardón, reconocido por su valía académica y profundidad, es considerado por muchos como la antesala del Premio Nobel. La física argentina ya se ha sumado a la prestigiosa lista de posibles candidatas, siguiendo los pasos de la bioquímica húngara Katalin Karikó, quien recibió el FWIS en 2022 y el Nobel en 2023 por su trabajo pionero con el ARN mensajero.
La profesora Dova, como prefiere ser llamada, es doctora en física de altas energías. Su premiación reconoce su invaluable trabajo en la exploración de las partículas y fuerzas fundamentales que han moldeado nuestro universo, así como su notable contribución al estudio de los rayos cósmicos. Sus investigaciones fueron cruciales en el que se considera el descubrimiento más trascendente de la historia en 2012: la caracterización del bosón de Higgs y el surgimiento de una nueva era en la física.
En aquel año, el nombre de Dova acaparó los titulares de la prensa internacional al liderar el equipo de científicos argentinos que participó en el experimento ATLAS en el renombrado Laboratorio CERN, la Organización Europea para la Investigación Nuclear. Este laboratorio, considerado la "Catedral de la tecnología global", es el mayor laboratorio de física de partículas del mundo, ubicado en la frontera suizo-francesa.
El Laboratorio CERN alberga en su interior al Gran Colisionador de Hadrones (LHC), el acelerador de partículas más grande y potente del mundo. Se encuentra en un túnel de 27 kilómetros de largo, a unos 100 metros por debajo de la tierra, entre Francia y Suiza. Estos equipos, que combinan lo mejor de la tecnología y la física aplicada al conocimiento, podrían ser dignos de la mejor película de ciencia ficción.
María Teresa Dova fue una pieza fundamental en el descubrimiento del bosón de Higgs, una partícula esencial para comprender el origen del universo. "No es cualquier partícula; es única e irrepetible", subraya Dova. La serie de experimentos que llevaron al momento "¡Eureka!" del hallazgo se realizaron en el Colisionador de Hadrones (LHC), que permitió reconstruir lo que ocurrió después del Big Bang y cómo la energía se convirtió en materia, dando origen a todo: el universo, las estrellas, los planetas, las galaxias y la vida misma.
El saber popular, en su intento por simplificar ideas complejas, bautizó al Colisionador de Hadrones (LHC) —alojado en el CERN— como "la máquina de Dios". Al bosón de Higgs, lo llamó "la partícula de Dios". Y, a pesar de su incomodidad y pudor, a María Teresa Dova la apodaron "la intérprete de la máquina de Dios". El Gran Colisionador de Hadrones, con su anillo de 27 kilómetros, sirvió para descubrir el bosón de Higgs, y las nuevas investigaciones podrían requerir algo aún mayor.
"Es muy importante que le contemos a la gente qué hacemos, cómo trabajamos los científicos —en mi caso los físicos— para mover las fronteras del conocimiento, que es en definitiva lo que lleva al avance de la civilización. El 2012 fue un punto muy alto en mi carrera, junto con la dicha de no estar sola en ese momento, porque los argentinos ya éramos parte de un experimento del Laboratorio CERN, y pudimos contribuir de manera sustancial a este histórico descubrimiento", relató Dova durante la conversación.
Desde la Universidad Nacional de La Plata, Dova fundó un grupo experimental en física de altas energías que hoy colabora internacionalmente con el Observatorio Pierre Auger, dedicado al estudio de los rayos cósmicos, y el experimento ATLAS en el CERN. El experimento ATLAS, liderado por Dova y con la participación de científicos de Argentina y de todo el mundo, ha encontrado la primera evidencia de que el bosón de Higgs, la partícula que confiere masa a la energía, se descompone a su vez en dos leptones y un fotón.
"En 2012 alcanzamos un hito importante en tu carrera en el Laboratorio CERN, trabajando en el descubrimiento del bosón de Higgs. ¿Qué hace tan especial este descubrimiento?", se le preguntó a Dova.
"Todo lo que nos rodea, desde las personas hasta las galaxias, está compuesto por partículas. Pero ese universo pudo emerger porque esas partículas adquieren masa fracciones segundos después del Big Bang, gracias a un mecanismo que tiene asociado a esta partícula el bosón de Higgs. En 2012, en el Gran Colisionador de Hadrones, logramos crear esta partícula repetidamente en las colisiones de protones, permitiéndonos estudiar estas partículas masivas e inestables que ya no existen en el universo actual, pero que formaron parte del universo primitivo", explicó la científica.
La calma de Alberti, su pueblo natal en el centro bonaerense de la provincia de Buenos Aires, contrasta con su vida, más cercana al torbellino de la revolución científica. Esta dualidad se hizo presente casi desde que decidió dedicarse a la física, abandonando su sueño de ser concertista de piano a los nueve años. Si bien cambió las partituras de Bach por la estructura del átomo y la materia oscura —su actual objeto de estudio—, la lógica, según Dova, sigue siendo la misma: dejarse fascinar por el mecanismo y el origen de las cosas, estudiarlo hasta desentrañarlo. Ya sea sobre un pentagrama o a través de experimentos repetidos hasta el hallazgo en un acelerador de protones.
"Desde que eras muy pequeña, tuviste una especie de tensión entre dos pasiones: la música y la física. En un momento decidiste por la física. Ahora bien, viendo tu trayectoria se puede interpretar que no se trata de dos mundos tan disímiles. ¿Cómo lo sentiste vos?", se le consultó.
"Estudié piano desde que tenía cinco años y quería ser concertista. Absolutamente, hay una conexión entre ambas disciplinas. Ahora pienso mucho en la trayectoria de mi carrera profesional, y me doy cuenta de que la música y la física tienen muchos adjetivos comunes, como la creatividad y la perseverancia, incluso lo desafiante que es el trabajo en ambos mundos. No se trata de algo que se logre de un día para el otro. El desafío es constante. Hay muchas similitudes entre la música y la física. Yo jugaba a encontrar un patrón matemático que diera lugar a una obra de Bach. Y ahora, trato de encontrar las partículas elementales, esas fuerzas fundamentales que dieron forma a nuestro universo complejo. Hay muchísimos paralelos", reflexionó Dova.
"Entiendo que este descubrimiento del bosón de Higgs confirma un mecanismo crucial para nuestro universo. ¿En qué se diferencia el bosón de Higgs de otras partículas?", se le preguntó.
"El bosón de Higgs no es simplemente otra partícula más descubierta al profundizar en las capas de la materia. Lo histórico del descubrimiento radica en que fuimos capaces de comprobar el mecanismo mediante el cual todas las partículas elementales adquieren masa, dando forma al universo tal como lo conocemos hoy", afirmó.
"Mencionaste que el descubrimiento del bosón de Higgs es sólo el comienzo. ¿Qué ocurre después de un logro tan significativo?", se le inquirió a la científica.
"Muchas veces me dicen: 'Bueno, crearon el Higgs y ya está'. Sin embargo, desde 2012 no dejamos de trabajar. Cerramos un capítulo importante para la física de altas energías y abrimos uno nuevo, ya que el bosón de Higgs solo nos permite entender menos del 5% de la materia del universo. Ahora, queremos entender la estructura de la materia del universo, las leyes que hacen que este universo sea como es. Hay muchísimas preguntas sin respuesta. La materia oscura es una de esas preguntas", detalló Dova.
Sobre por qué se construyó un Gran Colisionador de Hadrones en el Laboratorio CERN, Dova responde que esa es la manera que tienen los físicos experimentales de interrogar a la naturaleza, ni más ni menos que con experimentos.
"Si hay algo por lo que amo hacer física de altas energías, es porque tenemos la posibilidad de trabajar con instrumentos que son construidos en la frontera de la tecnología, instrumentos donde la ciencia básica y los desarrollos tecnológicos se van intercambiando, se van realimentando con un objetivo común que es la búsqueda del conocimiento", dijo con entusiasmo.
No siempre la respuesta de la naturaleza es lo que esperábamos: "la única manera de preguntarle cosas a la naturaleza es con experimentos. Y ahí entonces entramos los físicos de altas energías, que es nuestra especialidad, que tiene objetivos muy simples —continúa— pero muy fundamentales. Se trata de entender la estructura más profunda de la materia. Entender los bloques y las partículas fundamentales, y entender las fuerzas que hicieron que estas partículas se unan, que le den forma al universo tal como lo conocemos".
El Gran Colisionador de Hadrones (LHC), alojado en el Laboratorio CERN entre la frontera de Francia y Suiza, es el acelerador de partículas más grande y potente del mundo. Este templo de la física implicó una inflexión tan fuerte en la historia de la ciencia que catapultó a María Teresa Dova de los papers y sus experimentos académicos indoor a la tapa de los diarios. El LHC es un anillo de 27 kilómetros de imanes superconductores que acelera y colisiona partículas, permitiendo a los científicos estudiar la estructura de la materia y el origen del universo.
María Teresa, antes del momento paradigmático para la ciencia mundial del descubrimiento del bosón de Higgs, ya había comprendido que ese era el lugar donde ella quería estar: "Trabajó en el Laboratorio CERN hace ya varias décadas, desde que fui por primera vez a hacer mi postdoctorado".
Desde hace años, Dova y su equipo trabajan en la búsqueda de esa "nueva física", como define a los modelos que proponen ir más allá del conocimiento actual.
"Sabemos que la materia oscura existe porque afecta el movimiento de rotación de las galaxias. Pero no sabemos de qué está hecha. No refleja, ni emite ni absorbe luz. Por eso la llamamos oscura. Lo interesante es que si existen partículas de materia oscura, podemos intentar producirlas en el acelerador, como hicimos con el Higgs", asegura con determinación.
Esa detección, subraya, no sería directa, sino a través del análisis de los datos: "Nosotros podemos ver lo que no se ve, porque lo interpretamos como energía perdida, a partir del conocimiento completo que tenemos sobre la manera en que interpretamos estos datos".
El premio global FWIS sintetiza lo mejor del empoderamiento femenino y la inercia de visibilizar el trabajo de las mujeres científicas, que aún necesita encontrar su total esplendor. Esto, definitivamente, no es para cualquiera; es para esas mentes brillantes y generosas que luego funcionan como propaladoras para que los simples mortales comprendamos el origen de la vida o del universo como si fuera un cuento de hadas.
Con el flamante premio For Women in Science 2025, Dova destacó la necesidad de visibilizar los logros de las investigadoras en ciencia. "Creo que si la visibilidad es abrumadora, en el momento que hay que dar promociones, en el momento que hay que elegir a mujeres, cuando hay una posición para un rol importante, poder elegir mujeres va a ser mucho más difícil de evitar", señaló en diálogo.
Dova insiste en que el problema de la desigualdad de género en las ciencias no tiene una única causa: "Siempre digo que es un problema multidimensional, no hay una única razón, pero la raíz está en la sociedad". Cita como ejemplo el impacto de los estereotipos desde la infancia: "Hace poco me enteré que las primeras palabras de esta muñeca famosa de los años 90 fueron 'qué difícil es la matemática'. Eso es estigmatización".
En sus investigaciones, el equipo de Dova utiliza inteligencia artificial desde hace más de dos décadas, incluyendo redes neuronales y técnicas de ciencia de datos.
Durante su trayectoria, la científica argentina —primera universitaria de su familia— reconoce haber experimentado obstáculos. En una de sus primeras becas para realizar su postdoctorado, cuando se informó que viajaría con su familia, le advirtieron que ese apoyo económico no era "para personas con familia". La situación se resolvió tras la intervención de sus profesores, y dos años después fue elegida para continuar en el experimento desde Argentina. "Ese fue el único momento en que sentí verdaderamente que algo pasaba por mi rol de mujer", explicó.
Dova no considera haber enfrentado discriminación explícita en las colaboraciones internacionales, pero reconoce "pequeñas sutilezas" en el ámbito local: "Presentaba proyectos, a veces no me salían y decía 'presentemos otro'. Nunca pensé 'es porque soy mujer'. Pero ahora, mirando en retrospectiva, pienso que quién sabe".
En 2014, se convirtió en la tercera física en alcanzar el rango más alto de investigadora en el CONICET desde su fundación en 1958. "Creo que este premio es importante también porque me da visibilidad y permite visibilizar los logros de las mujeres. Es fundamental trabajar en las vocaciones desde que las niñas son muy pequeñas, y también acompañar a las jóvenes cuando su carrera está despegando, pero a la vez quieren formar una familia. Hay que encontrar mecanismos para apoyarlas", afirmó Dova.
Con extrema convicción, Dova postula que los físicos han tenido un rol crucial en el desarrollo de la inteligencia artificial. Ha sido y es su materia prima desde hace tiempo en los experimentos y son los creadores de lo que hoy se denomina la ciencia de datos.
"Lo que hoy conocemos como los avances más profundos en Inteligencia Artificial y ciencia de datos, tiene un vínculo fundamental con las investigaciones en física, ¿cómo lo explicarías?", se le preguntó a la científica.
"La pantalla táctil y la web fueron inventadas cerca de donde trabajaba en mi postdoctorado en el CERN, por Tim Berners-Lee, para satisfacer necesidades de estos científicos. La web se ofreció de forma gratuita a la sociedad, marcando el inicio de lo que hoy reconocemos como una gran revolución en la sociedad de la información. Más adelante, cuando empezamos a trabajar con el Gran Colisionador de Hadrones, nos dimos cuenta de la necesidad de una tecnología para gestionar recursos computacionales distribuidos. Este requerimiento dio lugar a una nueva tecnología que hoy conocemos como la nube", explicó Dova.
"Y ahí quiero señalar un punto más en este cruce entre la ciencia dura, como la física, y la tecnología: la inteligencia artificial. Hoy se habla mucho de inteligencia artificial, pero nosotros llevamos más de dos o tres décadas trabajando con redes neuronales y algoritmos de este tipo. De hecho, me gusta decir que fuimos pioneros en lo que hoy se llama ciencia de datos, porque desde hace décadas estamos manejando colecciones de datos tan vastas y complejas que necesariamente tuvimos que desarrollar herramientas para procesarlas e interpretarlas", enfatizó la científica.
La capacidad de liderazgo de María Teresa Dova y su dedicación extraordinaria a la formación de jóvenes científicos inspira a las generaciones futuras y llevó a Argentina a desempeñar un rol importantísimo en la física experimental a nivel global.