Por Agroempresario.com
En un escenario global marcado por la volatilidad y la transformación, Argentina vuelve a posicionarse como un punto de interés estratégico para los grandes fondos internacionales. La pregunta clave es si las reformas impulsadas por el gobierno de Javier Milei son sostenibles en el tiempo, una condición esencial para consolidar el regreso de capitales al país.
Así lo expresó Aitor Jauregui, director para América Latina de BlackRock, el fondo de inversión más grande del mundo, con activos por US$11,6 billones. En el marco del Forbes Money & CFO Summit, Jauregui compartió la mirada del gigante financiero sobre el país y la región. La Argentina, según el ejecutivo, despierta nuevamente el interés de los inversores globales, pero todavía enfrenta riesgos estructurales que podrían condicionar el proceso.
Desde la asunción de la nueva administración, BlackRock observa con atención las medidas orientadas a una consolidación fiscal, desregulación de la economía y liberalización de los mercados. Estas políticas, respaldadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), generaron algunos efectos positivos inmediatos: reducción de la inflación, superávit fiscal y apreciación de activos financieros.
"Con la nueva administración, se está impulsando una agenda de estabilización macroeconómica que es bien recibida por los mercados", destacó Jauregui. No obstante, advirtió que "la transformación aún no está completa y hay riesgos de implementación que seguimos de cerca".
El país presenta dos grandes tipos de oportunidades: las estructurales, como la histórica necesidad de infraestructura, y las emergentes, relacionadas con la innovación digital, la transición energética y el desarrollo de activos reales como tierras, energía y crédito privado.
"Argentina representa el 10% del PBI de América Latina. No es algo menor", remarcó el directivo. Desde el punto de vista del fondo, la clave es identificar oportunidades de largo plazo que permitan construir carteras más resilientes y menos expuestas a la volatilidad coyuntural.
La mirada de BlackRock sobre América Latina es estructural y trasciende las elecciones o los ciclos políticos. “Nuestra vocación es de permanencia. No tenemos que detenernos en cada elección o resultado electoral”, afirmó Jauregui, subrayando que la compañía lleva más de 30 años operando en la región.
En este contexto, el fondo busca democratizar el acceso a la inversión, atrayendo capitales hacia países como México, Brasil, Colombia y Argentina, y promoviendo la creación de alianzas estratégicas y proyectos de coinversión entre el sector público y el privado.
Uno de los pilares innegociables para BlackRock es la gestión del riesgo, considerado un deber fiduciario hacia sus clientes. Esta práctica implica evaluar en profundidad los factores que pueden afectar cada activo, pero sin perder de vista la perspectiva regional y global.
“Creemos que si bien hay ansiedad, los inversores están optimistas”, subrayó Jauregui, destacando el interés en activos como infraestructura, crédito privado y proyectos energéticos. “Nos enfocamos en la resiliencia de las carteras y en construir soluciones que sean sostenibles en el tiempo”.
Si bien el proceso de reformas iniciado por el gobierno genera buenas expectativas, las elecciones de medio término serán un test importante para medir el respaldo político y social del programa económico.
"No es que me preocupe algo puntual de la coyuntura actual de la Argentina", dijo Jauregui, "sino que nos importa ver una evolución consistente del proceso, con pasos sostenibles que se consoliden en el tiempo".
El interés renovado en Argentina no puede desvincularse de un entorno internacional que está en plena reconfiguración. Las tensiones geopolíticas, la relocalización de cadenas de valor y la demanda de materiales críticos vuelven a posicionar a América Latina como una región clave.
“Hay una oportunidad estratégica para la región. La inversión en infraestructura y la colaboración público-privada serán fundamentales para aprovecharla”, anticipó Jauregui. La misión de BlackRock, aseguró, es ofrecer esas oportunidades a quienes confían en ellos para gestionar su capital a largo plazo.
En definitiva, el mensaje de BlackRock es claro: Argentina está en el radar, y el proceso iniciado por el gobierno de Milei genera expectativas positivas. Pero la implementación será determinante. Los inversores buscan previsibilidad, instituciones sólidas y un entorno que favorezca el desarrollo de negocios sostenibles.
Mientras tanto, el fondo mantiene su foco en lo estratégico. Con una mirada de largo plazo, sin dejarse llevar por los vaivenes del corto. Porque en un mundo cambiante, los países que logren estabilidad y apertura serán los que captan los flujos de capital necesarios para crecer.