Por Agroempresario.com
La reciente decisión del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) de flexibilizar la histórica barrera sanitaria del Río Colorado para permitir el ingreso de carne con hueso a la Patagonia encendió las alarmas en toda la cadena agroindustrial del sur argentino. Aunque la medida fue suspendida temporalmente hasta el 16 de junio por la Resolución 186/2025, el temor persiste: productores, frigoríficos, entidades rurales y gobiernos provinciales denuncian que la modificación atenta contra décadas de trabajo sanitario y pone en peligro no solo la salud animal, sino también la soberanía territorial y la continuidad de mercados de exportación claves.
Desde hace más de veinte años, la Patagonia ostenta el estatus sanitario de zona libre de fiebre aftosa sin vacunación, una condición diferencial que ha abierto puertas internacionales a sus exportaciones, especialmente en el sector ovino. La Resolución 180/2025, impulsada por Senasa, propone permitir el ingreso de carne con hueso desde zonas donde se vacuna contra la aftosa, alterando así un delicado equilibrio sanitario que protege a la región del sur del país.
César Guatti, representante de la Federación de Instituciones Agropecuarias de Santa Cruz (FIAS) ante Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), expresó en diálogo con este medio: “Esta flexibilización rompe un esquema sanitario que nos costó décadas construir. No solo es un riesgo innecesario, también puede ser el quiebre definitivo de las explotaciones ovinas patagónicas”.
La Patagonia representa un tercio del territorio argentino, pero apenas concentra el 4% de los registros ganaderos y el 5% de la población nacional. En este contexto, la ganadería —principalmente ovina— se posiciona como una de las actividades productivas con más arraigo y valor social en la región.
En un documento conjunto firmado por federaciones rurales, cooperativas, frigoríficos y gobiernos provinciales, se advirtió que la entrada de carne con hueso desde zonas con distinta política sanitaria “podría significar el abandono de los campos”, lo que comprometería gravemente el tejido productivo y poblacional en zonas rurales.
Por su parte, la Cámara de Frigoríficos Ovinos y Bovinos de la Patagonia aseguró que “la medida podría afectar directamente a más de 100.000 familias que dependen de forma directa e indirecta de estas cadenas de valor”.
Uno de los principales temores del sector patagónico es que la flexibilización de la barrera sanitaria derive en sanciones o bloqueos por parte de mercados internacionales, especialmente la Unión Europea y Chile, que valoran de manera significativa el estatus libre de aftosa sin vacunación.
Durante las reuniones entre las cinco federaciones rurales patagónicas, las autoridades de la Secretaría de Agricultura y el presidente del Senasa, Pablo Cortese, se abordó el tema de los impactos comerciales de la medida. Según fuentes presentes en el encuentro, Cortese afirmó que el Gobierno ya envió notas a la UE y a Chile explicando la postura argentina, y que se está a la espera de una respuesta oficial.
La preocupación se agudiza ante la posibilidad de que no haya definiciones claras antes del vencimiento del plazo de suspensión. “Si no hay respuesta para el día 90, se evaluará extender el plazo”, habría afirmado Cortese, según relató la cámara frigorífica.
Uno de los casos más sensibles es el de la provincia de Tierra del Fuego, que no solo está libre de aftosa sin vacunación, sino también de tuberculosis y brucelosis bovinas. La isla, que comparte frontera con Chile, podría enfrentar nuevas complicaciones para movilizar hacienda hacia el continente.
“Para llegar a Santa Cruz, los productores fueguinos deben atravesar cuatro controles fronterizos, circular por caminos y barcazas chilenas. Un cambio en las condiciones sanitarias afectaría de forma inmediata la logística, como ya ocurrió en 2001”, advirtieron los ruralistas.
En abril, los ministros de Producción de las cinco provincias patagónicas —Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego— mantuvieron una reunión junto a la Mesa de Enlace, compuesta por CRA, Sociedad Rural Argentina (SRA), Coninagro y Federación Agraria Argentina. El objetivo fue consensuar un rechazo conjunto a la flexibilización y solicitar un nuevo esquema de diálogo con Nación.
Desde entonces, no se han fijado nuevas fechas de convocatoria para continuar las discusiones. Sin embargo, el sector patagónico permanece movilizado y en estado de alerta permanente. Se espera que en los próximos días se realice una asamblea de productores en la Sociedad Rural de Río Gallegos para definir los pasos a seguir.
El argumento oficial detrás de la medida es que busca abaratar el precio de la carne en el sur del país. Sin embargo, desde el sector rechazan esa premisa. Según los productores, entre el 60 y el 70% de la carne sin hueso que se consume actualmente en la Patagonia proviene del norte de la barrera y se comercializa a precios similares que la producción local.
“Eso demuestra que no se trata de una cuestión de oferta, sino de otros factores como la logística, la escala y la estructura impositiva”, señalaron en el documento.
Además, proponen una alternativa superadora: trabajar en un programa nacional para que todo el país alcance el estatus de libre de aftosa sin vacunación, consolidando así una marca país de calidad y sanidad.
El temor a perder el reconocimiento internacional de la Patagonia como zona libre de aftosa sin vacunación es compartido por todos los actores del agro regional. Aseguran que si el país apuesta por unificar estándares sanitarios, debería hacerlo elevando la vara en vez de bajarla.
“El sentido común indica que la barrera sanitaria debiera ampliarse hacia las zonas donde aún se vacuna, no al revés”, concluyeron.
El sector espera que el Gobierno derogue la medida antes del 16 de junio o, al menos, que se prorrogue su suspensión hasta tener certezas jurídicas y comerciales sobre el impacto en los mercados internacionales. Mientras tanto, el sur argentino se mantiene firme: defenderán el modelo sanitario que con tanto esfuerzo supieron construir.