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Por Agroempresario.com
En un contexto global donde la sostenibilidad ya no es una opción sino una necesidad, tres jóvenes emprendedores argentinos decidieron actuar. Gaspar Mac, Lionel Orso y Matías Dutto fundaron Nativas, una empresa de servicios ambientales que conecta a productores agropecuarios con empresas que buscan regenerar ecosistemas y mejorar el impacto ambiental de su cadena de valor. Desde su creación hace dos años, el proyecto avanza en posicionar al campo argentino como proveedor estratégico de servicios ambientales para el mundo.
Naturaleza Positiva es el programa insignia de Nativas. A través de esta iniciativa, los fundadores impulsan la incorporación activa de naturaleza en los sistemas productivos. Hoy trabajan con 17 productores en diferentes puntos del país y están en búsqueda constante de empresas que deseen compensar su huella ambiental y acceder a beneficios competitivos mediante la compra de activos ambientales tokenizados.
“El productor argentino ya es pionero en prácticas sustentables, como la siembra directa. Pero necesitamos más compañías que reconozcan y paguen por los beneficios que generan esos sistemas”, asegura Mac. Luego de años de experiencia en el sector tecnológico y en proyectos de triple impacto, Mac sintió que era el momento de aplicar todo ese conocimiento a un modelo regenerativo con impacto real.
“Convertimos los servicios que brinda la naturaleza —como la biodiversidad o la captura de carbono— en activos que empresas pueden adquirir como solución integral para avanzar en sus compromisos ambientales”, explica.
Para lograrlo, diseñaron un protocolo de valorización de prácticas naturales. El eje de su propuesta está en que los productores incorporen elementos de la naturaleza a sus sistemas, más allá de las prácticas tradicionales. Esto no solo mejora la resiliencia de los ecosistemas, sino que también habilita nuevas oportunidades de ingresos, incluso en áreas improductivas o de bajo rendimiento económico.
El modelo que propone Nativas permite que empresas de distintos sectores —como bancos, aseguradoras o industrias de alimentos— puedan certificar buenas prácticas en su cadena de abastecimiento y, al mismo tiempo, compensar su impacto ambiental. En otras palabras, las firmas pagan a los productores por servicios como la regeneración de suelos o la conservación de biodiversidad, generando así un flujo económico que antes no existía.
Para los productores, esto representa una vía de diversificación de ingresos y un incentivo concreto para seguir desarrollando modelos productivos sostenibles. “Muchos de nuestros clientes hoy acceden a mejores condiciones de financiamiento, nuevos canales comerciales y hasta incentivos económicos por parte de las empresas compradoras”, señala Lionel Orso.
Los orígenes de Nativas están ligados a un invernadero en Arroyo Seco, Santa Fe, donde producían plantines de especies nativas. Sin embargo, el proyecto fue migrando hacia una escala mucho más ambiciosa. Hoy operan también en Jujuy, donde junto a una cooperativa de mujeres regeneran un bosque de 1800 hectáreas en Vinalito.
Además, Nativas ha establecido convenios con distintas empresas y ONGs para escalar su impacto. Un ejemplo reciente fue la alianza con The Nature Conservancy, con quienes en enero pasado lanzaron un proyecto de reforestación en el Gran Chaco argentino. Allí ya se plantaron 20.000 árboles nativos en las provincias de Santa Fe y Santiago del Estero, con el objetivo de superar los 100.000 en los próximos tres años.
Según Matías Dutto, uno de los grandes objetivos de Nativas es posicionar a Argentina como una plataforma exportadora de soluciones ambientales: “El país tiene un enorme potencial en regeneración de suelos, biodiversidad y captura de carbono. Nuestra misión es ayudar a convertir ese potencial en valor económico y ambiental”.
Nativas no es solo una empresa, sino también una invitación a repensar el vínculo entre el agro y el ambiente. Mientras las empresas del mundo buscan soluciones para cumplir con sus metas ESG, los productores argentinos encuentran en este modelo una nueva forma de agregar valor, tanto a sus campos como a su rol en el cuidado del planeta.
