Por Agroempresario.com
El reciente desembarco de Pampa Energía en el capital accionario de GeoPark, con la compra del 10,17% de las acciones de la petrolera colombiana, agitó el tablero energético regional. Si bien la empresa argentina insiste en que se trata de una “posición de inversión pasiva”, el mercado internacional ya especula con una posible jugada de consolidación que podría derivar en una adquisición hostil, alimentada por el contexto favorable que enfrenta Pampa: caja sólida, bajo apalancamiento y una oportunidad de mercado atractiva.
La movida se da en un contexto clave. Tras la retirada de Phoenix Resources del bloque Aguada Federal en Vaca Muerta por incumplimientos regulatorios, quedó en evidencia el complejo entramado normativo y económico argentino para jugadores extranjeros. Pampa, en cambio, fortalece su presencia regional y podría capitalizar ese vacío.
Tres bancos de inversión internacionales –BTG Pactual, Jefferies y Citi– analizaron la operación y coincidieron en que el ingreso de Pampa en GeoPark representa una oportunidad estratégica con potencial para transformar el mapa energético sudamericano.
Según BTG Pactual, el movimiento tiene una clara lectura: aprovechar el mal momento de GeoPark para entrar a un precio atractivo. El banco brasileño asigna un precio objetivo de US$87 por acción, destacando que Pampa posee más de US$1.100 millones en caja, un apalancamiento de apenas 0,6x y un EBITDA proyectado de US$1.241 millones para 2025.
La señal es clara: Pampa está en posición de adquirir más acciones e incluso lanzar una oferta pública de adquisición (OPA) en el mediano plazo. Como respuesta, el Consejo de Administración de GeoPark activó un plan de derechos para proteger a la empresa de una eventual toma de control hostil, según confirmaron fuentes corporativas en Bogotá.
El interés de Pampa no es meramente financiero. La empresa argentina podría diversificar su portafolio y expandirse hacia el negocio petrolero, un complemento ideal a su fuerte presencia gasífera en Argentina, especialmente en Vaca Muerta. La complementariedad geográfica y de recursos haría de la integración una movida lógica y sinérgica.
Desde Jefferies, se interpreta la inversión como una acción oportunista pero estratégica. Con un precio objetivo de US$115 por acción, el banco estadounidense ve en esta compra una forma de internacionalizar el negocio upstream de Pampa y fortalecer sus activos con reservas probadas en Colombia y Ecuador.
El informe destaca que GeoPark cotiza con un descuento del 40% sobre su valor neto de activos, lo que convierte a esta participación en una “oportunidad barata” en un contexto donde los activos petroleros en América Latina han ganado interés.
Aunque Pampa es actualmente el segundo mayor accionista de GPRK, detrás de su fundador James Park, la posición adquirida podría funcionar como punta de lanza para una toma de control futura. La falta de claridad en la comunicación pública de ambas compañías alimenta las especulaciones.
Más cauto se mostró Citi, que si bien reconoce un potencial de crecimiento del 20%, con un precio objetivo de US$92, considera que la inversión “envía señales mixtas al mercado”, dada su baja cuantía (US$30 millones) pero alto impacto accionario.
El banco advierte sobre riesgos regulatorios, cambiarios y políticos asociados al entorno argentino, los cuales podrían condicionar futuras decisiones. Sin embargo, también señala que Pampa tiene un buen historial en la gestión de activos energéticos y que esta incursión podría resultar positiva si se materializa una integración eficiente.
El atractivo de GeoPark para Pampa es multifacético:
Este posible reingreso a Vaca Muerta, ahora apalancado por una empresa argentina con experiencia en el terreno y buena llegada al gobierno, abre una nueva ventana de oportunidades para ambos jugadores.
La operación marca una tendencia que podría intensificarse: la búsqueda de jugadores regionales fuertes capaces de sortear las complejidades regulatorias de América Latina, y de liderar la transición energética con eficiencia y rentabilidad.
La relación entre gobiernos, especialmente entre Colombia y Argentina, así como la situación política interna, serán factores claves en el desenlace de esta historia. También la estrategia que tome el propio James Park, fundador de GeoPark, frente al avance de Pampa.
El sector energético regional asiste así a un posible cambio de paradigma, donde empresas locales como Pampa dejan de ser meros actores domésticos y empiezan a jugar en ligas mayores, con ambiciones regionales y movimientos estratégicos que van más allá del corto plazo.
Si el mercado tiene razón, la historia de Pampa y GeoPark recién empieza.