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Por Agroempresario.com
En el marco de Agroactiva 2025, que se desarrolla en Armstrong, Santa Fe, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) despliega una amplia gama de innovaciones en automatización, robótica y sustentabilidad agropecuaria, que marcan el rumbo de una nueva era en el campo argentino. En un espacio compartido con la Secretaría de Agricultura del Ministerio de Economía, el organismo presenta tecnologías de vanguardia para cultivos, ganadería y poscosecha, pensadas para mejorar la eficiencia productiva y reducir el impacto ambiental.
Desde drones equipados con sensores LiDAR hasta comederos inteligentes y máquinas de compostaje, el foco está puesto en el desarrollo de herramientas precisas, automatizadas y adaptables a las condiciones locales, ideales para productores de distintas escalas. “Innovar después de la cosecha es la nueva frontera de la eficiencia agrícola”, resumió Ricardo Bartosick, uno de los especialistas del INTA durante las charlas técnicas del evento.
Entre los desarrollos más destacados se encuentra la llamada “cereza electrónica”, una tecnología de sensores capaz de detectar daños mecánicos durante la cosecha, minimizando pérdidas de calidad. Lo mismo ocurre con la “papatrónica”, diseñada para proteger los tubérculos durante la recolección, garantizando su integridad comercial.
También se presentan drones con sensores LiDAR que generan mapas 3D de alta precisión, fundamentales para gestionar la biomasa forestal y los recursos naturales con una exactitud inédita. Estas herramientas permiten tomar decisiones agronómicas basadas en datos, desde la planificación del riego hasta la evaluación del estado del cultivo.
En ese sentido, la app Co2ntrol se destaca como una solución digital para la monitoreo y alerta temprana de granos almacenados, lo que reduce riesgos en la etapa de poscosecha y mejora la trazabilidad del producto.
Otro de los focos del INTA está puesto en la ganadería. Con tecnologías como el tambo robotizado, comederos inteligentes y balanzas al paso, los productores pueden automatizar tareas rutinarias y acceder a datos precisos en tiempo real. Esto permite monitorear el consumo de alimento, el peso de los animales y su evolución, lo que mejora la toma de decisiones y fortalece los sistemas de trazabilidad.
“La tecnología de drones como apoyo en el ámbito agropecuario no es una opción, es una herramienta clave para producir más con menos”, explicó Emanuel Vicentini, en una de las conferencias más concurridas de la muestra.
En el área dedicada al manejo de residuos orgánicos, el INTA exhibe una máquina volteadora de compost que permite homogeneizar mezclas de restos vegetales, aserrín y cáscara de arroz, acelerando la descomposición y logrando una relación óptima de carbono/nitrógeno. Esta innovación mejora la calidad del compost y reduce el impacto ambiental de los residuos agroindustriales.
Además, se presenta un sistema de riego inteligente con pivot y bomba solar, que simula la lluvia y aplica agua de forma eficiente y uniforme, ideal para zonas con limitado acceso a la red eléctrica. Este sistema también permite fertilizar mediante fertirriego, optimizando el uso de insumos y reduciendo pérdidas.
El módulo es adaptable tanto a cultivos intensivos como extensivos, y puede incorporar sensores que ajustan la cantidad de agua y nutrientes de acuerdo con las condiciones del suelo y del cultivo, mejorando así la eficiencia hídrica y nutricional.
Durante la muestra, el INTA también ofrece un ciclo de charlas técnicas a cargo de sus principales especialistas. Entre las más destacadas se encuentran:
Estos espacios permiten a productores, técnicos y empresarios conocer de primera mano el potencial transformador de la AgTech nacional, y cómo estas herramientas pueden mejorar la rentabilidad y sostenibilidad de los sistemas productivos.
Con estas innovaciones, el INTA reafirma su papel como referente científico-tecnológico del agro argentino, con una visión integral que combina productividad, sustentabilidad y digitalización. La adopción de tecnologías como drones, sensores, automatismos y energía solar no solo mejora la eficiencia, sino que abre nuevas posibilidades para enfrentar los desafíos del cambio climático, la seguridad alimentaria y la competitividad internacional.
