Por Agroempresario.com
En una semana clave para la economía argentina, el Gobierno puso en marcha una estrategia ambiciosa para fortalecer las reservas del Banco Central (BCRA), apuntando a captar un primer tramo de USD 3.000 millones. La maniobra se apoya en dos pilares principales: una ampliación del préstamo Repo con bancos internacionales y una nueva licitación de deuda por parte del Ministerio de Economía, que buscará captar hasta USD 1.000 millones en instrumentos en pesos y en dólares.
Ambas operaciones, que se oficializaron este miércoles, forman parte de un plan más amplio que prevé incorporar hasta USD 9.000 millones mediante financiamiento externo, privatizaciones y colocaciones de activos del Estado. El objetivo central es reforzar la debilitada posición de reservas netas del BCRA, que resulta clave para las metas de acumulación exigidas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y para reducir el riesgo país, que se mantiene por encima de los 600 puntos.
El presidente del Banco Central, Santiago Bausili, confirmó que este miércoles se adjudicará una ampliación del préstamo Repo, que en su primera etapa, en diciembre pasado, permitió obtener USD 1.000 millones con una tasa anual del 8,8%. En esta ocasión, según Bausili, el costo financiero será menor, lo cual refleja una mejora en la percepción de riesgo por parte de los bancos internacionales que participan del acuerdo.
Ese primer tramo del Repo fue estructurado con un plazo de 2 años y 4 meses, garantizado con bonos Bopreal por un total de USD 1.750 millones. Esta ampliación busca fortalecer las reservas de corto plazo, aunque su impacto en las reservas netas es limitado, ya que según el staff técnico del FMI, solo USD 500 millones de los primeros USD 1.500 millones podrían contabilizarse como reservas netas efectivas.
Así lo advirtió un informe de Portfolio Personal Inversiones (PPI), que señaló: “Los primeros USD 1.500 millones de financiamiento privado en dólares no cuentan para las reservas. Por lo tanto, como máximo, sólo USD 500 millones mejorarán las reservas netas”.
En paralelo al Repo, el Ministerio de Economía realizará esta semana una licitación de deuda con el objetivo de captar hasta USD 1.000 millones. Se trata de la primera operación de este tipo bajo la administración actual, con una novedad: el menú incluiría bonos en dólares, además de títulos en pesos a tasa fija o ajustables por tipo de cambio.
El viernes tendrá lugar la primera escala de colocaciones, de las dos previstas para junio. El Gobierno enfrenta vencimientos por 4,9 billones de pesos el 18 de este mes, por lo que el éxito de esta licitación será determinante para evitar presiones sobre el mercado financiero.
Otra novedad es la flexibilización para el ingreso de capitales del exterior. Se habilitará la posibilidad de que inversores residentes y no residentes suscriban títulos con vencimiento superior a un año utilizando dólares, hasta un tope mensual de USD 1.000 millones. Además, el BCRA eliminará los plazos mínimos de permanencia para no residentes que inviertan en colocaciones primarias con vencimientos superiores a seis meses.
“El límite mensual de USD 1.000 millones sugiere un enfoque prudente, evitando una sobreexposición del Tesoro a refinanciaciones constantes de deuda en moneda dura”, destacó un análisis del Centro de Planificación Estratégica (Cepec). “Pero el verdadero desafío estará en lograr que los inversores crean en la capacidad de pago del Estado argentino”.
Además de estas medidas, el Gobierno dejó trascender otras fuentes complementarias de divisas. Entre ellas se cuentan los ingresos proyectados por la privatización de empresas públicas, como las represas del Comahue —que podrían aportar hasta USD 500 millones— y la venta de activos estatales.
A esto se suma la posibilidad de que el Tesoro compre dólares en el mercado cambiario dentro de la banda de flotación, siempre que el contexto financiero lo permita y no genere tensiones inflacionarias.
En este contexto, el plan oficial busca cerrar un tercio del paquete total de USD 9.000 millones esta misma semana. Aunque una parte significativa de ese monto no será contabilizada como reservas netas, su sola presencia en el balance del BCRA podría ser suficiente para mejorar la percepción del riesgo país y dar una señal de compromiso con la estabilidad macroeconómica.
Con una política monetaria aún restrictiva y una necesidad urgente de financiamiento, el Gobierno busca equilibrar el delicado frente fiscal y el externo. La clave, según economistas del sector privado, será generar confianza suficiente como para que este primer paso no sea un hecho aislado, sino el inicio de una secuencia ordenada de ingreso de dólares que contribuya a reducir la incertidumbre y alinear expectativas.